Acorralada
La atrae besando sus labios con deseo y pasión, la toma del trasero, apretando la zona por unos segundos y continua subiendo su Baby Doll hasta quitarlo por completo, lo que la deja desnuda y muy nerviosa expuesta a él. Valeria está muy agitada ante su mirada que recorre su hermosos cuerpo hasta enfocarla nuevamente como un depredador que la toma de la nuca y la acerca nuevamente contra su pecho atacando sus labios con mucha pasión mientras la toca con su mano derecha, jugando con su clítoris palpitante.
— ¡Aahs!— Jadea temblorosa mirándolo fijamente, mientras se sujeta del abdomen y la mano de su esposo quien continúa tocándola a su merced.
Sin decir nada, como en la primera vez, ella se deja guiar por él, su cuerpo lo desea, la manera en la que la toma es desquiciante, le besa los senos bajando por su abdomen hasta su feminidad que besa y chupa haciéndola temblar de manera que ella lo toma del cabello causando que él la sujete de ambos muslos de sus piernas y la abre a su merced sin detener sus acciones que la desequilibran por completo.
— ¡Dios! ¡Dios! ¡Dios! ¡Mmm! Octavio, ¡Mmm!— se jala el cabello con la mano izquierda, mientras que con la derecha se toca el seno que aprieta con la misma intensidad en la que se mueve el labio inferior mirándolo muy débil.
Lo disfruta, disfruta de sus súplicas, de sus quejidos, le encanta escucharla chillar mientras la lleva hasta el límite que ella apenas puede soportar.
— ¡Mmm¡ Pará, pará, Octavio…¡Aaahs! — La hace revolcarse en la cama muy débil, la lleva a su clímax, lo que la hace arquear la espalda, la vena de su cuello y su frente se notan, como lo roja que está por la presión en su cuerpo.
Esta tan perdida que no lo siente alejarse, en esa misma posición Octavio la toma hundiéndose de golpe en ella de tal manera que la lleva a entumecer sus pies que encoge ante el placer que causa sus embestidas intermitentes y profundas.
La toma del cuello con su mano izquierda y con la derecha sujeta su delgado abdomen como un demonio hambriento mirándola fijamente muy agitado por el deseo. La recorre tomando su seno izquierdo que aprieta con su mano embistiéndola sin piedad. La toma con locura, de manera excitante y desquiciante, pasa de tenerla en la cama a cargarla en sus brazos en la misma posición.
Ella se abraza de sus caderas con sus pies, él aún tiene el control, la abraza sujetando su trasero embistiéndola con frenesí. Ella recorre su espalda con su mano izquierda y con la derecha lo toma de la nuca besando sus labios, siendo correspondida como nunca antes.
— ¡Aaahs! ¡Oh Dios!— Jadea débil mirándolo con el ceño fruncido y sus hermosos ojos azules lo matan.
— ¡Ahs! ¡Ah! — Jadea tensando la mandíbula, frunce el ceño aferrado al trasero de su mujer que aprieta con ambas manos, embistiéndola con frenesí.— ¡Demonios! —Exclama descontrolado.
La presiona hundiéndose por completo en ella quien lo abraza temblorosa rozando sus labios con los de su esposo, ambos muy agitados, sudados, sumergidos en un transexual que los envuelve por primera vez.
Se miran por unos segundos, es la primera descarga, él la baja acomodándola boca abajo, recorre su espalda con su mano derecha abriéndose paso por su hermoso cabello a su cuello mientras se acomoda para volver a entrar en ella. Empieza suave, aumentando sus embestidas que la hacen apretar las sábanas de la cama mirándolo con el ceño fruncido, mordiendo su labio inferior con esa expresión tan sexi que él guarda en su memoria. Con maldad la toma de su hermosa cabellera larga y la empuña en su mano atrayéndola contra su pecho. Ella lo toma del cuello y empieza a besarlo sintiendo como él la muerde con maldad.
— ¡Mmm! — se queja por su agarre en sus labios.
No solo muerde sus labios, besa su hombro subiendo con su lengua por su cuello al lóbulo de su oreja que besa erizando su piel, acción que él nota, volviendo a su boca que toma en un beso, callando sus gemidos.
— Te quiero sobre mí. — Ordena alejándose de ella.
Se acomoda apoyándose de la cabecera de la cama y ella se sube sobre él acomodándose de frente.
— ¡Aahs! — Exclama débil bajándole la cabeza.
Él toma nuevamente su cuello con su mano izquierda y con la derecha su trasero, la besa con intensidad de la misma manera en que se hunde por completo en ella, lo que la hace estremecer, no lo había sentido tan adentro antes, su esposo está bien dotado y la debilita en cada embestida en la que no le deja salida por el agarre de su trasero. Ella empieza a moverse, tratar de llevarle el ritmo, ambos se coordinan, están sudados y el roce de su piel es alucinante, tanto que la hace cerrar los ojos ante la electricidad que recorre su cuerpo. Se acomoda apoyándose de sus rodillas y se mueve tomando el control, sus senos rebotan frente a él en cada movimiento, nada de lo que hayan sentido antes. Él la recorre con su mano, tocando sus senos hasta su cuello que sujeta siguiéndole el ritmo.
— ¡Aahs! ¡Mmm! — Lo mira con deseo, debilidad, amor.
— ¡Ah! ¡Ah!— La mira agitado, sintiendo este sentimiento como hace mucho no lo siente.
Sudados, débiles, sintiendo esa sensación que los eleva, su orgasmo es descontrolado, admira a su esposa como nunca antes, su cuerpo es perfecto, su mirada, su cabello, ese hermoso hoyuelo de su barbilla, todo de ella lo atrae y es de lo que siempre a estado huyendo, desde que se casaron. Se besan, él la recorre con sus manos, ella se aferra a su pecho y sin poder contenerse lo abraza cerrando los ojos para sentirlo como nunca.
— Deseo darte la felicidad que buscas, yo haré todo lo que me pidas para cumplirte. — le dice dejando un corto beso en su cuello.
— ¿Qué haces después de irte de mi cama cada noche?— Pregunta curioso, sabiendo la respuesta, pero quiere ver si ella se lo cuenta.
— Una técnica que me enseño mi madrastra, ¿Por qué lo preguntas?
— Quizás debas hacerla aquí, levantarte y caminar haría que se salga, ejecuta tu técnica aquí.— Ella lo mira con una pequeña sonrisa y se levanta acomodándose a su lado con las piernas sobre la pared. En su mente ora para que está vez si lo logre.
Octavio se levanta a tomar una ducha y al salir la nota dormida en la misma posición abrazada a sus piernas. Camina a su encuentro y la acomoda en la cama cubriéndola con la cobija. Octavio se acomoda a su lado siendo la primera vez que duermen juntos, sus pensamientos se van a los recuerdos de su vida con Kelly, lo que le quita el sueño por lo sucedido está noche, siente que ha traicionado en su mente a su amada, tiene un debate incómodo sobre su actual esposa y su exesposa, lo que lo lleva por un instante a compararlas, quedando corto ante la belleza de Valeria y su angelical dormir que lo confunde.
*
Un nuevo día, Octavio abre los ojos notando a Valeria dormida sobre su pecho, su pierna está sobre la suya, descubierta, lo que le permite recórrela con la mirada de la misma manera que desliza la yema de sus dedos de su mano izquierda por su hermosa y suave piel, recorriéndola hasta su trasero que aprieta despertándola.
— Lo siento…— dice soñolienta. — Me quedé dormida. —Valeria intenta alejarse, siendo detenida por Octavio, quien la sube sobre su rezago acomodándola para volver a tomarla.
Es y siempre ha sido un hombre muy activo sexualmente, lo de anoche fue solo una muestra de lo que es capaz de hacer y tomarla al despertar es alucinante, algo que ella no esperaba, pero él le demuestra que lo disfruta por completo.
*
Tras esa entrega, ambos se despiden tomando rumbos diferentes, ella se va a su habitación a subir los pies a la pared por unos minutos y él a prepararse para ir a la oficina. Está mañana en particular desayunan juntos y aunque la noche y está mañana fue increíble, no se puede dejar pasar las preguntas en la mente de Octavio.
— ¿A dónde vas cada vez que me voy a la empresa? — Pregunta sin rodeos siendo directo, lo que sorprende a Valeria quien no puede ocultarlo más.
— Antes iba a la universidad, ahora acabo de graduarme de la universidad y estoy trabajando como asesora de bienes raíces en el centro, por eso salgo a diario.
Octavio se sorprende porque no tenía idea de que estaba estudiando y menos trabajando.
— ¿Desde cuándo estudias?
— No deje mis estudios, siempre me he enfocado en sacar una carrera después de mí graduación de secundaria aplique a una beca completa y la gane, empecé a estudiar después de su llegada del cumpleaños 68 de su abuela, continue mis estudios por las noches hasta que nos casamos, solo los pause por nuestro trato los primeros meses de nuestro matrimonio, los retome a final del primer año y acabo de terminar la carrera de administración. — Responde sorprendida de su interés por el tema.
— ¿Ahora eres administradora? ¿Por qué no me lo informaste? Te hubiera dado un cargo en la empresa.— Ella se incomoda un poco.
— Te lo agradezco, pero estoy bien, no quiero incomodarte, me gusta lo que hago, espero esto no sea un problema entre nosotros, no pretendo afectarlo en nada, mantendré la discreción como hasta ahora para que su reputación no sea afectada.
— ¿Tan mal conecto tienes de mí? Si me hubieras dicho que estabas estudiando te hubiera ayudado financieramente.— Ella se incomoda tratando de pensar en sus respuestas sin que afecte nuevamente su comunicación.
— Ya has hecho mucho por mí, no necesite mucha ayuda.
— ¿Cuando fue la graduación?— Pregunta sabiendo que no le aviso.
— No asistí a la graduación, solo fui por el título, no es relevante, por ello no te lo dije, te agradezco mucho que quieras ayudarme y lamento que esto sea incómodo para ambos, trato de no incomodarte con mis cosas, se que tienes mucho trabajo.
La tensión entre los dos crece, ya está cansada de los rumores de que se aprovecha de él, que no es nadie y claramente no puede luchar contra ello, después de todo ella paso de ser la sirvienta de Octavio a su esposa, se dice mucho de ella, aunque en secreto la familia sabe la verdad sobre ese acuerdo entre ellos.
— Él trabajo será una opción hasta que quedes embarazada, luego deberás renunciar, no quiero que nada ponga en riesgo tu embarazo.— Ella se sorprende.
— No será así, yo puedo trabajar, necesito…— Guarda silencio.
— Termina, ¿Por qué te quedas callada?— Ella lo mira inquieta. — El acuerdo es muy claro, tú no necesitas trabajar, para ello te doy una pensión, tú prioridad debe ser el bebé, es lo que acordamos, si necesitas dinero dímelo y te transferiré a tu cuenta lo que necesites.
— No es necesario, estoy bien.— responde un poco incómoda.
— Bien, debo irme. Buen día.
— Buen día Octavio.
Valeria lo ve marchar mirando a su mejor amiga, quien la enfoca con preocupación.
— Debes decirle, hablar con él, sobre los comentarios de su familia, te humillan frente a todos, estoy segura que si hablas con él, él parará la presión que tienen sobre tí.
— Eso no cambiará nada Eva, para el resto sigo siendo del servicio y siempre lo seré.
— No es así Valeria, el señor Dominic te eligió para ser la esposa de su hijo, estoy segura que él debió ver algo en ti, no te desanimes.
— Vio la necesidad, nada más, no es que sea muy importante en sus vidas, soy solo el vientre en alquiler para su hijo. Debo irme, nos vemos más tarde.
— Ánimo Valeria, tú eres hermosa, inteligente y capaz, no te dejes incomodar por sus comentarios, cuando le des un hijo al señor Octavio, serás su reina, ya lo verás, él va a corresponder a ese amor que sientes por él.
— Dios te escuche Eva, tengo miedo de no poder darle un hijo, ya no se si podré soportar un mes más de tratamiento, sino lo logro nada de esto habrá valido la pena. Me voy, te quiero.
— Yo a ti amiga, buen día.
— Igual. — Valeria le arroja un beso a su mejor amiga y sale subiéndose al coche rumbo a su trabajo, cuando de repente la llamada de su madrastra la inquieta.
V: ¿Bueno?
J: Hola mi niña, ¿Cómo estás?
V: Bien Jakeline, ¿Cómo estás tú y papá?
J: Mal niña, por eso te llamo, necesitamos tú ayuda, papá necesita un nuevo tratamiento y no podemos costearlo, sabes que no puede trabajar.
V: ¿Se terminó el último suplemento que compre?
J: No querida, ¿pero no pretenderás que duremos con eso todo el mes? Tenemos gastos querida, y mientras tú vives cómoda en esa casa, nosotros pasamos hambre, ya no tenemos comida.
V: Mamá por favor, dame unos días, se que le has pedido dinero a la madre de Octavio y te pido me dejes solucionarlo, recientemente te hice un mercado y compré las medicinas, no fui a la graduación para costear los gastos, no tengo dinero en este momento, pero si me das unos días lo voy a resolver.
J: ¿Unos días? Necesitamos el dinero Valeria, tenemos gastos, no se porque te mortificas tanto teniendo a un esposo millonario.
Valeria suspira incomoda, no quiere pedir más dinero, menos ahora que las cosas están un poco tensas con la familia de Octavio.
V: Dame unos días Jakeline lo voy a resolver por mi cuenta.
J: Pídele dinero Valeria, te casaste con él porque prometió protegernos, ¿Acaso piensas dejar morir a tú padre?
V: Mamá déjame resolverlo, lo resolveré por favor no le pidas más dinero.
J: Si no se lo pides tú, lo haré yo, él prometió cuidar de nosotros, que cumpla.
V: Mamá no le he dado lo que prometimos, aún no he podido quedar embarazada.
J: ¿Qué pasa? ¿Estás segura que no es él, el del problema? Ya son casi dos años Valeria, él doctor dijo que estabas sana, ¿Acaso no lo están intentando?
V: No es eso, quizás sean otras razones, en cuanto a el dinero, no te preocupes lo conseguiré mamá, por favor cálmate dame unos días.
J: Dos días Valeria, en dos días tenemos que ponerle el siguiente tratamiento a tú padre, si en dos días no lo resuelves iré a hablar con Octavio.