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RE NATA NAEL: BEGINING

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Aprovechando el tiempo te diré las reglas, no me gusta que me llamen sr Pierce, el sr Pierce era mi padre, Natanael está bien, comprenderás que no soy un hombre al que le agrade compartir, no me gusta la idea que la chica que tengo en turno este siendo tocada por otras manos, no me gusta que me repliquen, lo que yo digo es definitivo y los “no” están prohibidos, no espero que te expreses de mi rindiéndome pleitesía sin embargo, el decoro y más aún la confidencialidad son muy importantes para mi imagen, a cambio pagare tus gastos en el instituto todos y cada uno de ellos, más adelante, cuando te hayas habituado, hablaremos de los encuentros

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Renata Olivares echo los hombros hacia atrás mientras esperaba que la directora dejase los papeles en sus manos y reparara en su presencia, no tenía idea de lo que diría la mujer, acomodo su diminuta falda de ballet por sobre sus mallas blancas y entonces escucho un carraspeo -Renata, lo siento, tras todo lo que estamos viviendo nuestros recursos son insuficientes y debemos cerrar el programa de becas – la directora dijo todo tan rápido cual si se tratase de algo casual y sin embargo, para Renata era como perder la vida misma, se llevó las manos a la boca reprimiendo las suplicas que estaban por salir - ¿como? ¿Cuándo? -pregunto cuando por fin encontró su voz -descuida, cubriremos este año -comento la directora como si le estuviese haciendo un favor Renata no espero más, se puso de pie y puso en marcha sus largas, delgadas y bien torneadas piernas, ser bailarina de ballet clásico era lo que más amaba en el mundo, no existía nada más para ella desde los 3 años, cuando a sus 8 años recibió la beca completa de stardance, el mejor instituto para crear bailarinas estrellas en el mundo, estaba muy extasiada y el poder conservarla hasta sus casi 19 había sido lo mejor que le había pasado en la vida. Entro en su habitación y se miró en el espejo, aún estaba ataviada con el uniforme, un payasito rosa, mallas blancas y falda de raso rosa, era verdaderamente delgada, no del tipo esquelético, más bien del tipo de las modelos, solo que ella si estaba torneada a causa de trabajar los músculos durante años. Su piel era blanca, de un blanco casi porcelánico por la poca exposición solar, contrastaba terriblemente con el cabello castaño oscuro y los ojos cafés, no era fea al contrario era bastante guapa. - ¿Qué haces? -pregunto Sonia entrando a la habitación -ya no se puede tener privacidad -se quejó Renata tumbándose en la cama -esta también es mi habitación, cariño -le recordó Sonia quien era su compañera de habitación, rubia, fina y elegante serían las palabras que mejor la describirían, sus ojos azules le daban ese aire de extrajera que para nada era cierto -cerraran el programa de becas, estoy perdida -declaro Renata y Sonia sabía que decía la verdad, era su mejor amiga y sabía que Renata estaba sola en el mundo, no tenía padres, murieron cuando ella cumplió 12 -no te deprimas hoy, es tu estelar, además podrías encontrar algún benefactor, he oído que algunas chicas tienen patrocinadores y no tienen un papel principal como tu -Renata amplio su sonrisa y corrió a la habitación de Karina, si alguien sabia de benefactores era ella, llevaba cerca de 5 años sobreviviendo de ellos Entro en la habitación sin tocar, Karina quien era una chica morena clara, cabello n***o y estatura baja para ser bailarina sonrió al verla entrar -así que es cierto, cerraron el programa de becas -dijo mientras seguía arreglando sus zapatillas de baile -necesito un benefactor -declaro Renata sentándose frente a ella -no tienes lo necesario – rio de buena gana -lo tengo y tengo un papel principal en la obra de hoy -Karina sonrió maliciosamente -te regalo al mío -dijo aun con esa sonrisa -solo tienes que hacer una gran actuación hoy y el mismo irá a ti -no entiendo -hay Renata no creerás que pagan miles de dólares en colegiaturas, trajes, viáticos y manutención solo por ser buenas personas ¿cierto? -Renata negó sin decir nada, pero Karina sabía que eso pensaba -escucha el Sr Pierce es el mejor benefactor que tendrás - ¿el ogro de toped? -pregunto Renata temiendo la respuesta El llamado ogro de toped, el Sr Natanael Pierce era un hombre de 26 años, heredero universal de Pierce Companys un emporio que manejaba absolutamente todo en el estado de toped, era conocido por su mal humor, pésimo carácter y extrema belleza. Mucha gente le veía perfecto pues era un adonis, alto y atlético, se decía que hacía ejercicio aun en los días festivos, los ojos grises, la dentadura perfecta y blanca, la piel ligeramente apiñonada, el cabello castaño casi rubio, era perfecto, de hecho, su único problema era que no podía controlar su carácter, habían ocurrido varios incidentes que le valieron el apodo. Lo más importante es que Pierce Companys era la empresa más influyente de toped e incluso de muchos de los estados vecinos, no existía nada que él no controlara y el dinero que tenía era infinito. Único hijo de Nathan Pierce, quien lo tuvo a los 80 años, nadie conocía a su madre y a su alrededor se habían inventado las peores historias, la más contada era que su madre era una chiquilla menor de edad a la que Nathan Pierce había violado, que había comprado el silencio de la familia y la niña había muerto en el parto, nadie sabía la verdad y Natanael no estaba dispuesto a contarla. Mas allá de todas las historias que se erguían en torno a él, nadie lo conocía realmente, se sabía que su padre había muerto a los 101 años heredándole absolutamente todo, tambien era bien sabido que había estudiado en la universidad más prestigiosa y que era brillante, nadie sabía si se llevaba bien con su padre o si conocía a su madre, habría tenido 2 o 3 novias oficiales a las que presentaba en público sin llegar nunca a algo más serio que una relación de unos meses y, aunque se le había visto con otras chicas en restaurantes o presentaciones, pocas veces se le veía 2 veces con la misma mujer. -no creo que un tipo como él se fije en alguien como yo -Renata hizo un puchero que acompaño a su frase -ama a las bailarinas, te sorprendería saber cuántas de aquí han salido con él, a algunas les sigue costeando y ya ni las ve -declaro Karina por fin dejando las zapatillas de lado -solo porque es buena persona -ironizo -porque se aburrió de ellas, así como se aburrió de mí, veras me dijo “descuida seguiré costeando tus gastos y si necesitas algo solo dile a Wendel, lo único que pido es discreción” según otras chicas es cuando termina contigo, no me molesta, Sali con él por 3 meses, en realidad lo vi como 6 veces y solo estuve con el 2 veces, uff el hombre es increíble -dijo para morderse el labio inferior -entonces ¿no es mal negocio? - ¿bromeas? Ver a un tipo 6 veces, tirártelo 2 y que pague tus gastos de por vida es un grandísimo negocio, no lo pierdas, si él se acerca y sé que lo hará, no desperdicies la oportunidad A Renata las declaraciones le supieron agridulces, no es que pensara que debía entregarse por amor ni mucho menos, es que sentía que sería una distracción, se había mantenido sin salidas y sin novios, dedicada únicamente al baile, y, compartir ese tiempo con el ogro de toped… en fin, en la vida se tienen que hacer sacrificios y si no hacia este, tampoco conseguiría seguir bailando que era lo que más amaba. Quedaban solo 4 meses del año y si Karina no se equivocaba solo necesitaba 3 para solucionar toda su vida. Esa noche Renata dio su mejor interpretación, si bien todos decían que era la mejor, en el balle así como subías un día, bajabas al otro, mantenerse en el papel principal era complicado, entro al camerino para ser felicitada por muchas chicas que estaban ahí, Renata agradeció de buena gana aunque esperaría las reseñas, nunca sabias si había estado bien a menos que las reseñas lo dijeran, bostezo largamente, llevaba entrenando sin descanso para esta puesta en escena y sabía que lo que le restaba del mes seria así puesto que estaba programada para exhibirse durante ese tiempo. Se saco el vestuario y se colocó un pants tipo jogger con líneas blancas, amaba ese pants era comodísimo y combinaba a la perfección con su payasito blanco, se puso la chamarra rosa del conjunto y se dispuso a guardar sus cosas, escucho los toques en la puerta, pero ni se inmuto, quería volver pronto para dormir, mañana tenía clase de puntas muy temprano. Logro oír la conmoción y levanto el rostro al oír su nombre, vio a un hombre de edad un tanto avanzada, medio calvo y canoso, aun así, atlético y de rostro amable. -señorita olivares el sr Pierce se las manda -comento señalando el arreglo floral en la mesa -y quisiera invitarla a cenar para celebrar el estreno -Renata no supo que decir se quedó pasmada hasta que sintió el codazo de Karina -yo... no me encuentro vestida para la ocasión -y era la única que no llevaba un hermoso vestido de coctel, porque ella pasaba de ir a las recepciones, más cuando en realidad ya el instituto se encargaba de darle la publicidad necesaria    -por dios Renata, el sr Pierce lo tomara como un desaire -regaño Sonia, haciéndole cambiar de parecer -si gusta señorita puede acompañarme y explicarle usted misma -Renata asintió al hombre y le siguió mientras se colgaba su maleta al hombro. Llegaron al estacionamiento y contrario a lo que se esperaba no había una limosina ahí, era una camioneta volvo negra, Wendel se apresuró a abrirle la puerta del pasajero, cuando subió cerró la puerta y se dirigió al lugar del conductor. -muchísimas gracias por su invitación sr Pierce, realmente quería agradecerle en persona, sin embargo, como podrá ver no me encuentro vestida para la ocasión -decía Renata algo nerviosa sobre todo porque el hombre no se había dignado a quitar su vista de la ventana Se volvió lentamente y se tomó su tiempo para mirarla de pies a cabeza, es verdad que no estaba apropiadamente vestida, pero nadie rechazaba al sr Pierce -para mi te ves bien -dijo como si esa fuera la única opinión que se necesitaba, al menos era la única que necesitaba Wendel porque puso el auto en marcha Renata no tuvo el valor de contrariarlo, su voz era firme sin lugar a las objeciones y pensaba que realmente necesitaba el dinero así que hacer el ridículo en una cena bien valía la pena. Al llegar al lugar Wendel abrió la puerta, ambos bajaron y el hombre camino sin reparar en su presencia, Renata le siguió sintiéndose diminuta, entraron por una puerta distinta a la principal y fueron directo a una terraza donde no había más que una mesa para dos en donde ambos tomaron asiento. -cuénteme, señorita olivares ¿desde cuándo es bailarina? -dijo sin hacerle mucho caso ni mirarla, de hecho, se concentró en el menú que tenía entre las manos -desde los 8 -respondió Renata con simpleza, era evidente que el hombre no estaba ni remotamente interesado en saber algo de ella, Natanael hizo un gesto con la mano y una mesera se apresuró a acercarse -tomare el rib eye ¾, para la señorita un entrecot también ¾ y trae una botella de vino tinto cabernet Sauvignon de don leo -al finalizar entrego el menú a la mesera La actitud del hombre molesto a Renata, no porque no le haya preguntado que prefería comer, si no porque no le dejaba opción de negarse, frunció el ceño involuntariamente y miro sus manos, respiro profundamente 2 veces y espero a que el enojo se disipara, no quería echar todo a perder, pero tampoco quería dejarlo pisotearla de esa manera. -Señorita Olivares, ¿Por qué nunca asiste a los cocteles? Ha tenido muchos protagónicos, pero no ha ido a ningún coctel -Natanael por fin la miro expectante a su respuesta -amo bailar, pero nunca he anhelado la fama -Renata también lo miro y se sorprendió de ver brillo en los ojos grises de él -algún día deberás dejar de bailar -la declaración entristeció a Renata lo sabía, algún día debía dejar de bailar -aún faltan algunos años para ello, apenas cumpliré 19 -dime Renata, ¿te puedo llamar Renata? -Natanael espero que ella asintiera para continuar -supongo que sabes quién soy y porque te invite a cenar, ¿Qué ofreces? Renata frunció el ceño en el acto, este tipo tenía fama de mal carácter, pero no sabía que tambien tenía malos modales, es decir ella estaba ahí para conseguir dinero, pero ¿debía tratarla como a una prostituta? Listo estaba dicho, ella no era una prostituta. -Señor Pierce, no sé qué espera de mí, pero quiero aclararle que no soy ninguna prostituta, vine con la única intención de conocerlo y lamento mucho mi decisión, es evidente que ambos estamos decepcionados de lo obtenido Renata esperaba que el tipo la echara, que aventara lo que tenía enfrente, algún tipo de arranque de ira sabía que Pierce era conocido por sus arranques de ira, es por ello por lo que quedo muy sorprendida cuando el hombre solo acomodo su servilleta en sus piernas y le miro sin un atisbo de enojo -entiendo -dijo con simpleza recibiendo los alimentos y tomando un sorbo de su copa de vino El resto de la noche no dijo más, se dedicó a comer en silencio, Renata lo imito esperando que en cualquier momento soltase algo, se debatió entre si quedarse callada y hacer algo de platica, sin embargo, opto por no volver a abrir la boca. Una vez que terminaron de comer el sr Pierce pago la cuenta y se levantó de su silla para dirigirse a su auto, Renata lo siguió por instinto y subió al auto, tampoco volvió a mencionar nada, evidentemente lo había arruinado y la verdad es que le dolía, esperaba poder seguir bailando, pero era casi un hecho que debía olvidarse de ello, ni tomando un trabajo a tiempo completo, cosa que no podía, podría pagar semejante dineral que costaba ese instituto. Cuando el auto se detuvo frente a la academia Renata sintió que todo su mundo se desmoronaba, debía por lo menos evitar que le odie y tal vez podría pedirle ayuda en el futuro. -muchas gracias por la cena sr Pierce -debido a los nervios soltó la frase cual, si fuera una mera cordialidad, se regañó por ello Natanael no volteo a verla, en cambio le indico con un gesto de la mano que se fuese, ella bajo del auto puesto que Wendel ya le había abierto la puerta, entro al instituto y se dirigió a los dormitorios donde Sonia esperaba despierta para enterarse de lo acontecido -estoy arruinada -declaro Renata aventando su maleta al piso y tirándose boca abajo en su cama -por favor no pudo irte tan mal -reconforto Sonia, pero en el fondo sabía que Renata debió arruinarlo -necesito otras opciones Sonia -ya encontraremos alguna solución Ambas sabían que no habría otra opción, sin embargo, ninguna dijo nada más y durmieron, tenían clases temprano. Se levanto y se metió a bañar inmediatamente, era bastante tarde y aunque ella no solía ser la más puntual, nunca llegaba tarde a sus clases, salió del baño apenas enjuagada y se puso su uniforme enseguida, corrió hacia el salón al tiempo en que se recogía el cabello aun mojado en una coleta -muchas gracias por acompañarnos señorita olivares -ironizo el profesor -lo siento -fue su simple respuesta y se acomodó en la barra junto a Sonia La clase fue extenuante, Renata no se sentía en su mejor forma, quizá el desvelo, quizá el malestar por beber vino o quizá el saber que había perdido su única oportunidad -hoy es su cumpleaños -susurro Sonia, Renata hizo cara de no entender mientras el profesor miraba a las chicas descansar revisando sus papeles -del señor Pierce -mierda! -grito Renata -fuera de mi sala olivares – Renata ni siquiera intento refutar la decisión, salió del salón pensando en cómo haría para ocultar la vergüenza que sentía por su actitud en la presentación de esa noche. Cada año, en el cumpleaños del sr Pierce, el instituto montaba un gran espectáculo para él, había números de baile increíble, no era un secreto que el sr Pierce apreciaba el ballet, ellos presentarían su puesta en escena Giselle y el número final seria, como cada año, el lago de los cisnes. Renata protagonizaría ambos, cada año era ella la seleccionada para el lago de los cisnes, solo que este año se sentía tensa, el hombre seguro la odiaba. Camino a su siguiente clase y vio a Karina hablando con otra chica, en cuanto la vieron Karina se acercó preguntando animadamente sobre su asunto, Renata rodo los ojos -necesito otro benefactor -se quejó Renata - no creas que los fabrico, esperaba de hecho lograr casarme con Pierce, pero el hombre no se deja enganchar -bromeo -descuida, te dará otra oportunidad, solo debes decir que quieres hacer un trato y todo saldrá bien. - ¿está segura? -se sorprendió Renata -sí, a pesar de su mal carácter está acostumbrado a tratar con niñatas como tú, así que no te preocupes por ello, ahora te daré unos consejos gratis, solo haz lo que te diga y no lo molestes, si lo haces enfadar nuevamente seguro te botara en la siguiente velada, nadie llega a 3. Si te bota antes del tercer mes no consigues nada así que ya tu sabrás Karina entro a su clase mientras le sonreía a Renata, en realidad Karina no esperaba que Renata lograse nada, nadie había estado por más de 3 meses con el hombre, se aburria fácil o encontraba a alguien más interesante. Por la tarde todo era un mar de gritos y carreras como pasaba cada que había una presentación importante. Pierce Companys era el principal donador del instituto por tanto era importante siempre tenerlo contento, se sabía tambien que era el principal subsidiario del instituto, es decir que pagaba parte de los viáticos de quienes se presentaban fuera de toped, a Renata le parecía un acto agradable hasta que comenzó a pensar que era esa la razón por la que se sentía dueño de todas las chicas, si lo pensaba bien el hombre no era para nada feo y aunque no lo conocía a fondo no había visto aun ese horrible temperamento del que hablaban, entendía porque Karina quería casarse con él. Renata se sentía bien cuando termino Giselle, el primer número de la noche, vio a la gente aplaudir y había visto las criticas tan buenas que había obtenido en las reseñas del debut, entro al camerino tirándose en el suelo como hacían casi todos, Sonia parecía dormitar pues este año había conseguido papeles insignificantes, Renata sabía lo que ello significaba, el fin de su carrera, los ojos de maestros y coreógrafos estaban puestos en bailarinas más jóvenes con talentos por explotar, ellas aun no conseguían ir a Xemenic, entendía que Sonia no hubiese ido, en realidad a pesar del gran cariño que pudiese tenerle admitía que como bailarina no tenía mucho que ofrecer, había obtenido siempre papeles de relleno y en los mejores casos secundarios y estaba por cumplir los 25 por lo que era evidente para todos que era hora de dejar el ballet. Renata en cambio no se explicaba porque ella aún no había obtenido la oportunidad de ir a Xemenic, había protagonizado prácticamente todos los números en los que había estado, recibía siempre muy buenas críticas y parecía que su carrera iba viento en popa hasta que elegían a quienes llevarían a Xemenic para la audición, extrañamente y a pesar de ser la mejor nunca había sido elegida, había dedicado varias noches de reflexión a aquello y cuando era más joven incluso muchísimas lágrimas, aquel sueño había acabado y se conformaba con poder seguir siendo la mejor de toped, no tenía los medios para ir sola a Xemenic y sin el respaldo del instituto poco podría lograr. -señorita olivares, el sr Pierce pidió su compañía durante la velada -Renata se puso de pie como resorte y siguió a Wendel hasta la mesa en que se encontraba Natanael, quien murmuro un “siéntate” sin siquiera mirarla. Odiaba ser tratada de esa manera, pero en realidad ¿qué más podía esperar?, viendo la situación de Sonia era posible que su propia carrera acabase en 5 o 6 años más, Sonia tenía una familia con mucho dinero y una empresa de personal del limpieza y niñeras que seguro ella manejaría puesto que era hija única, Renata en cambio no tenía familia, ni casa, ni herencia… ni nada, si un día dejaba de bailar sin haber conseguido nada, su futuro era vivir como mendigo. -sr Pierce muchas gracias por la invitación, lamento haberle mal interpretado la noche pasada -se disculpó esperando satisfacer al hombre que seguía sin devolverle la mirada -no me mal interpreto -contesto mientras le hacía señas a Wendel de que se acercase -me apetece cenar con la señorita Bonilla -dijo en un tono bajo pero que Renata sí alcanzo a escuchar Wendel se alejó con destino a los camerinos, seguro a entregar la invitación a dicha muchacha que estaría totalmente ilusionada con la misma, Areliz Bonilla tenía sus 20 años, un perfecto espécimen de belleza pues sus rizos dorados y sus ojos azules le hacían ver como una muñeca, con respecto a su talento Renata pensaba que carecía de él, sus puntas eran horribles y verla bailar era angustiante para ella, sin embargo sabía que el sr Pierce no quería verla bailar en puntas en su habitación, así que fingió no escuchar el pedido que había hecho a Wendel. -nuevamente le agradezco la invitación sr Pierce, debo retirarme ahora -soltó Renata con la mayor cordialidad posible, debía ir a arreglarse para su último número y no quería que Natanael pensase que se trataba de un nuevo desaire -siéntate, Renata -demando Natanael sin si quiera volverse a mirarla, Renata se sintió contrariada, debía ir y presentarse -estoy a punto de salir a escena -declaro Renata tratando de hacerle entrar en razón y con la tentación de simplemente irse sin más explicación -siéntate -repitió el hombre y Renata decidió hacerlo, después de todo era para él y ya sabría por qué razón el acto estaría incompleto Renata abrió los ojos lo más posible cuando vio a Areliz reemplazándola, primero estaba enfadada, pero cuando vio el desastre que hacia la chica sintió pena por ella, no es que fuese mala es que le faltaba mucho entrenamiento, pudo captar más de 4 errores en toda la interpretación, además ahí estaban esas horribles puntas que le causaban una angustia terrible, fruncía las cejas involuntariamente cada vez que la chica se paraba en punta, una vez hubo terminado la interpretación se escucharon los aplausos, Renata decidió no aplaudir sería una hipocresía de su parte, la chiquilla seguramente estaba valiéndose de su influencia con el sr Pierce para conseguir papeles muy por encima de su nivel, pero más de una puede jugar ese juego pensó Renata, no había tenido motivación pero ahora estaba dispuesta a que Natanael fuera únicamente de ella, ya vería esa Areliz como pagaría su osadía. ***Buscame en Sueñovela como RE NATA NAEL: BEGINING *****Recuerden seguirnos en Face como YaniVQ.LCC  ***Buscame en f******k como Yanivq Lcc

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