ABBY KING No sé lo que está sucediendo pero solo sé que estoy siendo arrastrada lejos de la pista de baile. Mis pies no pueden seguir el ritmo de la persona que mantiene sujeta mi mano. Choco entre las personas y derribo algunos vasos de licores en el proceso. Esto podría parecer un secuestro pero no lo es. La espalda de Stefano es todo lo que veo en este preciso instante. El sudor empapa su camisa blanca, mostrando los músculos que tanto me fascinan ver. Cuando los sanitarios saltan a nuestra vista soy arrastrada hacia su interior. Mi cuerpo se estira y creo que caeré pero mi secuestrador me sostiene firme pegándome a su pecho. Su cercanía manda una punzada a mi entrepierna. Algunas parejas están besándose otras casi cogiendo. Se sobresaltan al ver al hombre de casi 1,90 empap

