Charlotte Cierro mi taquilla y me sobresalto al ver a Adam parado junto a mí. Luce triste, pero no me atrevo a indagar en ello. Le dedico una sonrisa cortés, porque no pretendo darle la impresión equivocada; él no es el único que tiene derecho a molestarse. - ¿Podemos hablar? – pregunta con un tono de voz neutro. - Ya me voy – aviso, intentando no mirarlo a los ojos. Sé que si lo hago, su mirada de cachorrito va a cautivarme, y no quiero darle el gusto. – Que sea rápido. - ¿Quieres ir por un batido? – me sigue por el corredor atestado de personas que intentan salir de la escuela lo más pronto posible. - Ya tengo planes. - De acuerdo… Charlie, no es algo que pueda soltar así como así en medio de la calle. Llegamos a las escaleras de la entrada y me vo

