Connor. Miro la pantalla de mi teléfono con impaciencia. Suelto un gruñido y vuelvo a mirar. - Vamos Charlie – murmuro para mí. Enciendo la radio del auto y por enésima vez miro la pantalla del móvil. Llevo esperando un largo rato que Charlotte responda mis mensajes. Y cada minuto un poquito de esperanza se marchita. Nuevo mensaje. Suspiro. ‘Ven a mi casa en veinte minutos. -Charlie.’ Una oleada de alivio y otra de ansiedad me recorren el cuerpo. Luego todo lo que siento es miedo, un miedo aterrador. Cierro los ojos y respiro con calma. Miro la hora en el móvil: Ocho y cuarenta minutos de la noche. Arranco el carro sin pensármelo dos veces, concentrado tanto en el camino como en lo que tengo planeado hablar con ella. Me sudan las manos y tengo un nudo en

