El fantasma

1533 Words
Música... más música... Risas... más risas... Gritos... sangre... muerte... fuego. Despertó. Lo primero que visualizó era el rostro de su padre. Su pelo peinado hacia atrás como de costumbre, sus ojos negros como la noche, su barba en forma de candado. —Carajo Max, ¿qué coño haces aquí?—le regaña. El chico respira hondo acomodando su torso. Con dolor de cabeza y aún la vista borrosa. —Aaaah—pega un gritito al sentarse en el desván de su padre tocándose la cabeza—. ¿Que me pasó? —¿Que te pasó? —suelta una risita bastante molesta posando sus manos en la cintura—. Que llegaste hablando solo, diciendo que ibas con una chica, que dios sabe que... ¿qué está pasando en la vida de mi hijo? dime... ¿estás consumiendo? —¡¿Que?! ¡No padre!—manifestó buscando por todos lados a el fantasma. No estaba en la oficina arreglada de su padre. —¿Dime... cocaína, marihuana, éxtasis, alucinógeno ...que es? —No, nada de eso papá, solo que... tuve un día difícil. —¿Día difícil? si claro—se lamió los labios caminando a todos lados pensativo—. Maximiliano... ¿estás yendo a tus terapias, tomando tus medicamentos para calmar tus ataques...? —¡Que! si estoy tomando mis medicamentos—afirmó—. Con respecto a las terapias... —Ni hablar, no vas a dejarlo—repuso antes que Max hablara. El chico guardó silencio—. Ya basta de toda esta mierda Max, necesito que te recuperes, que superes lo que pasó y sigas adelante. El pasado es pasado, y aunque sea difícil, Dios permitió que tú vivieras. Las lágrimas estaban saliendo. —Es difícil papá... es difícil soltar. Su padre relajó sus facciones y le da una mirada condescendiente. Ahora su voz refunfuñadora se transforma en una suave y arrolladora. Se acerca a su hijo colocandole la mano en el hombro. Se da cuenta que su ropa está totalmente mojada. —Max, hijo, no estás solo, estoy aquí para apoyarte—el chico asiente abrazando a su padre como si fuera aún un niño. El detective le acaricia la espalda como si le estuviera dando palmaditas para sacarle los gases mientras cierra los ojos para recibir el afecto de su hijo. Él necesitaba ayuda... necesitaba sentirse acompañado. —¡Te amo hijo! — Y yo a ti papá. —Todo estará bien, lo superaremos juntos. Ya hemos superado muchísimas cosas y esta es una más. Max asintió en lágrimas. —¿Te sientes mejor?—se despega de ese abrazo que por poco lo hace llorar. Su hijo asiente—. ¿Puedes conducir a casa? —Si papá—se seca las lágrimas—. ¿Vas a casa? —No, tengo asuntos pendientes. Iré mañana y que te parece si almorzamos juntos ¿eh? —Me parece genial papá. Te espero... —Si... y hijo, cambiate esa ropa, vas a pillar una neumonía. —Si papá—Max le da otro abrazo a su padre y sale de su oficina caminando despacio, limpiándose el rostro por si algún rastro de lágrimas quedó allí. Al pasar por la recepción mira con cautela al uniformado bigotudo. Tiene vergüenza, pensará que está demente. —Buenas noches—hizo un gesto con la mano y salió de la estación. La lluvia seguía perseverante al igual que los truenos. Al mirar su auto se da cuenta de un cierto brillo que esta en la puerta. Oh mierda, mierda... es ella. Se detuvo a mitad de camino sin dejar de observar a la chica resplandeciente. El miedo perforó su piel nuevamente y dando unas cuantas miradas a la estación de policía quiso volver a entrar hasta que el espanto se fuera. Sin embargo, lentamente dió pasitos porque no quería que lo volvieran a tomar como un demente o drogadicto. Una vez se estaba acercando no pudo evitar cagarse los pantalones, temblando y dispuesto a correr por si se convertía en un demonio con siete colas y cuernos. Sacaba un tridente y se convertía en mitad caballo y mitad humano. La chica alzó su rostro angustiado, enrojecido por las lágrimas y quizás un poco de sangre. —Tú no eres real, no eres real—se repitió frente a ella con una distancia prudencial. —Por favor, tienes que ayudarme, por favor—suplicó en llanto. —Eres un demonio, o un diablo, ¿o que coño eres? —¿¡Que!?—lo miró aturdida, con los ojos llorosos—. No soy nada de eso, solo necesito tú ayuda. —Eres un espanto, un fantasma... un hueste del infierno. —No, escúchame, solo soy una chica que por algún motivo tú solo puedes verme. Max se rió frotándose los ojos. —Es un sueño, un mal sueño—se dijo asimismo. —Por favor, no recuerdo nada, solo sé que alguien quiere matarme. ¡Ayudame! —Nadie quiere matarte. Cuando eres un fantasma más bien tienes que buscar la luz. Vamos, sigue la luz, busca tú redención en el purgatorio La chica le da una mirada de desesperanza. —¡No hay ninguna luz!—exclamó arrodillandose—. Por alguna razón tú solo puedes verme, por favor, te lo suplico ayúdame, ayúdame. Maximiliano se quedó atónito sin dejar de mirarla. Quizás, lo que el percibía como un ente demoníaco, era todo lo contrario, un Ángel caído del cielo que le gritaba ayuda. Cerró los ojos de nuevo. Ayudame Max... ayúdame... Las palabras vinieron nuevamente a su mente haciéndolo sentir desvalido. —Si te ayudo... ¿te irás y me dejarás en paz? La joven se alzó de inmediato asintiendo con vehemencia. —¿Como te llamas? —Ya te lo dije, no lo recuerdo. Bufó. —¿Gasparin? ¿sí? —¿¡Que!? —Es un nombre para un fantasma. Solo necesito convencerme de que no me tomarás de los pies ni nada de eso. La muchacha frunció el ceño y asintió. —Soy Max—le extendió la mano. Ella se apresuró en dársela y cuando ambas se cruzaron, la mano de Gasparin era tipo holograma, se disolvía como una neblina. No podía tocar nada, ni sostener en absoluto nada, específicamente, era una ilusión que traspasaba paredes sin sentir la sensaciones de los objetos solidos. Gasparin miró con tristeza como su mano se volvía neblina al chocar con algo, y al apartarla tomaba su forma natural. Quizás Max tenía razón, en vez de buscar respuestas debería de encontrar la luz porque ya no era humana. —Con permiso, tengo que entrar, está lloviendo muchísimo—asintió sin aparta la vista de su extremidad, luego, levantó la cabeza, inspiró hondo y se introdujo en el auto como un fantasma solo podía hacerlo. Max se asustó un poco, no estaba convencido de hacer lo correcto, solo que si no ayudaba a Gasparin, ella lo perseguiría y no lo dejaría en paz. —Gracias por ayudarme—susurró limitándose a mirarlo. —Oye, tengo que volver a casa, estoy cansado y necesito... sabes... dormir. —Oh, si, está bien. Ha sido una noche bastante rara. A el chico casi se le escapa una risita. —Si, bastante rara. Max arrancó el auto y conduciendo en silencio echando de vez en cuando unos cuantos vistazos al asiento de al lado. A continuación, una vez llegó a su casa, se estacionó en la cochera. Gasparin observando todo a su alrededor percibió la sensación de que alguna vez estuvo ahí, en esa casa, en esa misma cochera. Max se baja del auto y cierra la puerta de la cochera para ahora aperturar la puerta principal, sigue teniendo desconfianza, aunque ahora aquel fantasma no le daba tanto miedo como al principio, ya había tratado de calmar aquellos pelos de puntas, sin embargo, no podía ignorar lo que lo acompañaba no era real. Eso le daba lugar a las hipótesis de su mente de que quizás estaba entrando en una esquizofrenia segura. Genial ahora veo cosas... Gasparin seguía observando, buscando en su baul de los recuerdos el porque esa casa le parecía tan familiar. La fachada azul, la puerta roja. Los ventanales, el jardín descuidado. Max abre. Un perchero los recibió en un pasillo que llevaba directo a dos caminos: las escaleras para las habitaciones o la sala y cocina. En este caso, Max decidió escalar los peldaños para sucumbirse en su cama entre las almohadas. La chica lo vió ir al segundo piso, sin embargo, ella permaneció caminando despacio en la sala. No hay fotos, ni flores, ni matas, es una sala vacía, con unas persianas bastantes empolvados, un televisor y unos muebles negros. Un breve recuerdo cruzó por su mente. Flores, televisor, alfombra persa, matas en las esquinas, papel tapiz verde manzana, sillones rosas. Risas... muchas risas... Miró a un lado de la cocina y consolidó el recuerdo mirándose a ella misma en una pijama de corazones riéndose y hablando con alguien más. Abrió los ojos como plato al darse cuenta de una cosa. La casa de Max era su casa. ☆☆☆☆☆ ¿Que les parece? dejen sus hipótesis, comentarios, seguiremos actualizando.
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