Lunes por la mañana y yo no había dormido más de dos horas. Mi fin de semana se había basado en ayudar a Candie a recuperar a su exnovio y en actualizar la lista de pendientes de las páginas web de las universidades a las que había aplicado y había quedado en lista de espera. El domingo por la noche me agarró el insomnio y solo conseguí dormir un poco antes de que mi despertador comenzara a sonar taladrándome los oídos. Mi semana no podría haber comenzado peor. Lo juro. - ¿Te llevo? – Candie estaba parada junto a la puerta de la casa y me estaba mirando. - ¿Quién eres y qué hiciste con mi hermana? – dije antes de darle un mordisco a mi manzana. Ella rodó los ojos. - Quiero compensarte, es todo. - ¿Por arrastrarme a la pe

