Alejandome de la millonaria

¿Una amante?

Unos días después Nathan regresaba al trabajo, estos días los había utilizado para enfrascarse en la gran cantidad de cosas que tenía que solucionar.

Harry había estado pendiente de todo lo que sucedía, se tomó unos días con su familia, incluso le envió fotografías a Nathan de una reunión con la abuela Sarah Richmond, y un paseo a la playa que dio con sus hijos y esposa.

No podía dejar de ver la fotografía familiar, pues ahí estaba ella, su hermoso rostro que parecía ver directamente a sus ojos, cuanto la amaba, ¿por qué no podía olvidarle?

Pensaba claro que no era cualquier cosa, se había enamorado de Antonella hasta los huesos, ahora no podía dejar de pensar en ella.

El ascensor se abrió en el piso donde tenía su despacho, y caminando hacia el venía Antonella junto con ese tipo, ¿pero qué demonios hacia aquí nuevamente? ¿Negocios? ¿O una nueva conquista de Antonella? Eso lo ponía furioso.

— Pero mira nada mas quien esta aquí, mi querido Nathan, se te extraño estos días.

Nathan observó molesto a Antonella, pero ella no le presto atención, no permitiría que le afectara nuevamente su actitud.

— Debo irme, pero te deseo buen viaje de regreso a casa Mark.

Se despidieron con un beso en la mejilla, algo que irrito aún mas a Nathan, odiaba verla con él, así con esa gran sonrisa, y en cambio a él lo ignoraba sin siquiera saludarlo.

— Gracias, hermosa, y ya lo sabes, la invitación sigue abierta, solo llama y nos pondremos de a cuerdo.

Antonella caminó y paso al lado de Nathan sin prestarle atención, algo que dejo algo asombrado a Mark, pues Anto siempre solía ser tan expresiva y amable con todos, parecía ignorar a Nathan.

—Es la primera ocasión que no saluda a alguien, sobre todo a ti que parecías tan cercano a ella.

Nathan se quedó en silencio y se despidió de él con un simple nos veremos después.

Mark salió de la compañía, mientras Nathan dejaba algunos documentos a Alana, para entregárselos a Harry, por ahora no deseaba verlo, estaba algo cansado y tenía trabajo esperándolo en su despacho.

Pensaba en esa indiferencia de Antonella, su frustración y molestia crecían mas aun de solo imaginarla en los brazos de otro hombre.

Darle vueltas a ese asunto una y otra vez lo ponía de muy mal humor, camino por su despacho hasta que se armó de valor para hablar con Antonella, le molestaba mas de lo que imagino su frialdad, necesitaba saber si lo había amado alguna vez realmente o solo jugaba a no ser descubierta.

— Toc Toc, me dijo Alana que llegaste hace unas horas, ¿cómo te fue? ¿Algún problema?

Nathan se quedó en silencio, pero enseguida respondió con un simple no.

— Todo salió bien como te lo dije por teléfono.

Pero Harry notaba un malestar en la voz de Nathan, ya había pasado tiempo, y él seguía malhumorado, ¿por qué?

— ¿Puedo hacerte una pregunta Nath?

Nathan al ver a Harry pensativo asintió.

— Por supuesto, ¿qué necesitas?

Pero Harry quería que Nathan fuese sincero, que le comentara si había algún problema, pues hacía algunos días lo notaba seco, distante, y eso era extraño, pues se había hecho buenos amigos, de pronto sin saber por qué las cosas habían cambiado.

— Tu sinceridad Amigo, todo parecía ir bien, laboralmente, y sentía que éramos buenos amigos, que había confianza, pero de pronto te volviste seco, pareces de mal humor todo el tiempo, no lo sé, como si te hubiese hecho algo malo, como si de pronto no estuvieras cómodo en la compañía.

Nathan lo veía intentado no decir la verdad, pero la realidad era que se volvía imposible, ya no podía soportar mas verlo tan feliz, siendo el tan desgraciado por haber perdido a la mujer que amaba, no podía con la hipocresía de Harry, con la forma en que engañaba a su familia, como perdería todo por entregarse a otra mujer que no era su esposa.

— La verdad no sé cómo puedes hacerlo, sinceramente e intentado no meterme en problemas, callar porque sé que no debe importarme, pero no sé cómo puedes dormir con la conciencia intranquila que debes tener al engañar a tu esposa.

Harry se quedaba sorprendido por la dureza en las palabras de Nathan, pero sobre todo por la forma en la que hablaba, ¿engañar a su esposa?

— ¿Engañar a mi esposa? ¿Pero a que te refieres? ¿De qué demonios hablas? ¿De qué forma la engaño?

Nathan estaba molesto, no tenía porque hablar, pero en ese momento ya era demasiado tarde, lo había sacado de su sistema, no había vuelta atras, aun que eso significaba que quizá perdería su empleo, pero ahora mismo todo era mejor que ese vació que sentía al ir todos los días a trabajar.

— Por favor, no juegues con mi paciencia, sabes a lo que me refiero, sobre tu infidelidad, sobre tu amante...

Harry abrió muy grandes los ojos y entonces no podía creer que Nathan lo acusara de algo como eso, él no tenía una amante, su esposa era por mucho la mujer mas bella en el planeta, era perfecta, dulce, gentil, una madre y esposa increíble.

— ¿Por qué engañaría a mi esposa? Digo no eres ciego, es hermosa, increíble, amable, me ama y la amo como a nadie en la vida, ¿por qué piensas que tengo una amante?

Nathan perdía la paciencia, no podía creer que Harry fuese tan hipócrita.

— Por favor, no juegues conmigo, yo mismo he tenido que acallar los chismes de la compañía, y no por ti o tu amante, si no por tu familia que no merece ser expuesta.

Harry seguía sin comprender.

— Esto es una locura total, ¿qué amante? ¿De quién demonios hablas? Yo no tengo ninguna amante, ¿por qué pensarías eso de mí? Rayos es la primera ocasión que algo tan extraño me sucede.

Nathan habló con sinceridad, destapando la que él creía era una verdad.

— Antonella, la hermana de tu esposa es tu amante, o dime por qué la abrazas y besas con ese cariño, porque ahora es accionista de la compañía, esta mas que claro, tienes una amante, y lo mas triste de todo es que es la propia hermana de tu esposa, ¿no sientes repulsión por ti mismo al hacerle algo así a Alison? ¿De verdad se merece eso?

Harry no podía creer lo que sus oídos escuchaban, ¿Antonella su amante? Eso sí que era una locura, Nathan quedaría en ridículo cuando supiera la verdad.....