Lo que eres.

1084 Words
Anto agradecía a todos los presentes que la felicitaban y le deseaban suerte con su nueva visiona. Antonella era una buena persona, todos la apreciaban, se habían corrido rumores que se detuvieron cuando Nathan dejo claro que no permitiría que se hiciera un ambiente tóxico en la compañía, parecían haber acallado a las personas que maliciosamente hablaban de Antonella, él se decía a sí mismo que lo hacía por la familia de Harry, pero la realidad era que aun después de saber que Antonella y Harry eran amantes, él se preocupaba por ella, por la única mujer a la que había amado de verdad. — Gracias a todos de verdad, por ahora solo les diré que amablemente el señor Richmond se hará cargo de mi parte de la compañía, como lo saben yo soy médico, desconozco el manejo de una empresa como esta, sé que en manos de Harry mi dinero crecerá y no tendré nada de que preocuparme, por esa razón pocas ocasiones me verán en estas reuniones, pues le dejo a cargo mi parte a tan amable caballero. Nadie sabía aun de la hermandad entre esos dos, se lo guardaban para sí mismos a petición de Antonella, ella no deseaba estar metida en escándalos, sobre todo en ese momento, que la pasaba mal, por la situación con Nathan, prefería solo mantenerse al margen. La reunión terminó, Nathan se quedó solo en la sala, meditando lo que acababa de suceder, ¿cómo era posible que Harry fuese tan hipócrita? Tenía deseos de enfrentarlo, decirle que por su culpa sufría, le había arrebatado a la mujer que amaba, ¿cómo podía vivir con la consciencia tranquila al ver a sus hijos y a su familia? Él decidió enfrentarla, hablar con ella y decirle que sucedía, que lo sabía todo, camino hacia el ascensor y llego al piso donde Antonella tenía su consultorio. Al llegar llamo a la puerta, la voz de Antonella le dio el pase, cuando abrió y antes de poder hablar se dio cuenta de que ella no estaba sola. — ¿Nathan? ¿Estás bien? Antonella parecía preocupada al verlo, pero él asintió, su cara llena de furia hizo darse cuenta a Antonella que no estaba ahí por sentirse mal, sino por alguna distinta razón. — ¿Podemos hablar? Seré breve. Pero Antonella se negaría, por ese día ya había tenido mas que suficiente de Nathan, él había dejado claro el punto, como era que la veía en esos momentos, ya no necesitaba escuchar mas de parte de él. — La verdad Marie y yo estamos haciendo pedido de medicamentos, así que si no es urgente y puedes esperar... Pero Nathan se negó. — Es muy importante, y necesito que me escuches ahora mismo, ¿podrías darnos un momento Marie? La chica que era la asistente de Antonella al ver y escuchar el tono de Nathan se giró para ver a su jefa, Antonella asintió y le pidió unos minutos. — Ve a por un café si lo deseas Marie, ahora te llamo para continuar, parece que el señor Stevens tiene algo importante que tratar. La chica asintió y salió del consultorio, Nathan cerro la puerta con llave y Antonella lo observaba confundida al ver que había cerrado la puerta con seguro. Nathan la veía con un rostro que era claro estaba molesto. — ¿Vas a seguir viéndome de esa manera? ¿O por fin me dirás lo que deseas hablar? Estoy ocupada Nathan, y por hoy ya he tenido suficiente de ti, creo que dejaste claro lo que piensas de mí, y no voy a seguir permitiendo que me hagas daño, si crees que soy una mala persona solo aléjate de mí, no hables conmigo. Pero Nathan de pronto le dedico una sonrisa falsa, el camino hasta quedar frente a ella, se inclinó y coloco su rodilla sobre el suelo mientras giraba la silla de Antonella para que quedaran sus rostros uno frente al otro. — ¿No crees que es demasiado? ¿No crees que es hora de que termines con eso? Antonella no comprendía de lo que hablaba Nathan, ¿a qué se refería con eso? — ¿Se puede saber saber de qué hablas? ¿A qué te refieres? Ve al punto por favor Nathan, y deja de hacer el tonto, si tienes algo que decir solo dilo y vete. Nathan la veía con desprecio. — ¿Crees justo que por ser amante de Harry tengas el derecho sobre su esposa legítima? ¿Qué a ti te den un porcentaje de las empresas? Eres una golfa que ha sabido jugar bien su juego, no cabe duda que no tenía idea de quien eras hasta hace unos días que me di cuenta de la realidad de la clase de mujer que eres, te dieron parte de las empresas solo por acostarte con Harry seguramente. Antonella se quedó boquiabierta, realmente asombrada por la dureza en las palabras que Nathan le dedicaba llenas de odio y rencor, ¿cómo podía pensar eso de ella? ¿Por Dios, Harry y ella amantes? Sin poderlo evitar su cuerpo reacciono y una de sus manos le dio una fuerte bofetada antes de ponerse de pie. — Quiero que salgas de mi consultorio, no tienes derecho de hablarme así, eso es una gran tontería, jamás imagine que tu mente enferma pudiese crear una historia como esa, ¿cómo puedes decir que Harry y yo somos amantes? Nosotros tenemos una relación, pero no es... Pero Nathan camino para verla directamente a los ojos y hablar. — No quiero escuchar tus mentiras, al menos podrías tener la decencia de hablar con la verdad Antonella, no seas cobarde, habla de frente, no es mi imaginación, puedo ver como te abraza, como besa tu mejilla aun habiendo personas junto a ustedes, quisiera creer, lo quise, que eran mentiras, que me amabas, que eran solo chismes de la oficina, pero yo no veía lo que los demás, estaba cegado de amor por ti, no vales la pena, solo eres una basura que busca sacar provecho, lo mas triste es que se lo haces a tu hermana, a tus sobrinos, no eres lo que todos piensan, no vales nada... Antonella se quebraría, tenía tantos deseos de llorar, de gritarle toda la verdad, pero él la había juzgado de una forma tan dura que no sabía que decir sin que él la juzgara de falsa.... Se rompía su corazón en mil pedazos al escuchar lo que él pensaba sobre ella.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD