Nathan salió del consultorio de Antonella, el camino hacia su despacho e hizo una llamada, esperaba tener la oportunidad de poder verla de nuevo fuera de la compañía, haría todo para lograr regresar con ella, la amaba demasiado para dejarla ir así como así.
Mientras tanto Harry consolaba a su hermana, la abrazaba y rodeaba con sus brazos, ella sentía esa calidez que tanto necesitaba, no había querido preocupar a nadie, solo su madre sabia que le habían roto el corazón, no quiso provocar problemas, ni con Harry en la compañía, ni con sus hermanas en su hogar, ya que sabía al menos que Anastasia no se quedaría con los brazos cruzados, y que haría que Nathan pagara por haberla hecho llorar.
Harry le dio un pañuelo a su hermana, limpio sus lágrimas y le miro directamente a los ojos con mucho amor, con tristeza al verla en ese estado por él.
— ¿Por qué no me lo dijiste bonita? Le habría dado una paliza por estúpido antes, ¿te duele verdad?
Antonella se aferraba nuevamente a él, lloraba e intentaba no hacerlo, pero le dolía mucho el hecho de no poder olvidar eso que le dolía tanto recordar.
— ¿Lo amas verdad?
Decía Harry abrazando a su hermana, ella no podía articular palabra alguna, pero en su lugar asintió con la cabeza, lo amaba demasiado, y estar en esa situación complicaba las cosas, ella pensaba que si él no la amaba, si la odiaba, haría mas sencillo olvidarle, pero no parecía suceder así, haberlo escuchado arrepentido complicaba las cosas nuevamente.
— Si lo amas es normal que duela, el mismo me dijo lo que había sucedido, fue un completo imbécil, y como se lo dije, perdió una gran oportunidad, mujeres como mi hermana no existen, pero no debes sufrir Antonella, la vida es así, en ocasiones muy dura, pero míranos a Alison y a mí, las cosas fueron muy complicadas al principio, y míranos ahora, superamos todo aquello que nos hizo daño, lamentablemente hay muchas personas mal intencionadas por ahí, siempre las habrá, pero aun ese imbécil comprendió que no puedes solo dejarte llevar por las palabras de personas.
Antonella intentaba tranquilizarse, el abrazo de su hermano ayudaba mucho, él era maravilloso, amaba poder tenerlo en su vida.
— Limpia esas lágrimas que quiero llevarte a comer algo, no dejaré que esto te destruya, si quieres puedo enviarlo a otra sede, para que no tengas que verlo aquí seguido.
Pero Antonella se negó, ella no podía pedirle algo así, Nathan tenía su trabajo junto a Harry, hacían un buen equipo, no podía dejar que algo personal se interpusiera entre ellos.
— No, no puedo pedirte algo así, debo afrontar mi vida.
Harry beso la mejilla de su hermana y le invito el almuerzo.
— Bueno, iremos a comer algo Doctora Petters, no dejaré que muera de hambre aquí encerrada solo pensando en ese canalla, así que vamos, anda.
Antonella sonrió por un momento al ver el rostro de Harry, él jugueteaba con ella, buscaba hacerla sentir mejor.
— Está bien, me servirá respirar un poco de aire fresco.
Anto limpio su rostro, acomodo un poco su maquillaje y ambos hermanos salieron de la compañía ese día para almorzar juntos, Antonella le pedía a Harry no hablar aun con Alison, no quería mortificar a la familia, ella buscaría el momento para contarles la verdad sobre lo que sucedía en su vida, pero ahora mismo no podía hablar del tema sin tener deseos de llorar a mares.
— Por cierto, ¿supiste algo sobre Mark y Ana?
Antonella le contó a Harry que Ana había ido a conocer el lugar de Mark, un casino que te hacía viajar a épocas muy antiguas con el toque tecnológico que lo hacía una maravilla.
— Si, me dijo que se había comportado extrañamente, que estuvo tan serio, en silencio como un sepulcro, que hablo solo pocas palabras, al final la envió a casa en un auto muy hermoso y clásico, Ana parecía extrañada, lo había conocido sonriente, piensa que quizá no le cae muy bien, así que solo ignoro la invitación que le hizo a regresar algún día.
Harry asintió, eso no sonaba a Mark, siempre parecía sonreír a todos, bromaba, era extraño que con Ana hubiese sido tan seco, quizá Ana con sus costumbres de siempre lo había incomodado, quizá hablaron sobre feminismo, la libertad de las mujeres en esta época, a ella le gustaba mucho hablar sobre los hombres que piensan que la mujer solo debe ser ama de casa, que era un error, ella jamás aceptaría una vida llena de hijos, sin cumplir metas personales, tal vez aquella chica de baja estatura había asustado con sus ideas a Mark, que provenía de una familia bastante llena de antiguas costumbres.
El móvil de Antonella sonó, ella sonrió al ver de quien se trataba.
— La llamamos con el pensamiento Harry.
Era Ana que necesitaba la ayuda de su hermana.
— ¿Quién es la hermana mas dulce y gentil de la tierra?
Decía Anastasia al contestar su hermana el móvil.
— Suena a que vas a pedir un favor, así que dilo de una vez sin rodeos, ¿qué sucede?
Anastasia reía al otro lado de la línea.
— Tengo una fiesta de trabajo, es en un pub muy cerca de tu piso, ¿podrías acompañarme? Sabes que me aburro miles por asistir sola a esos lugares.
Antonella bromeaba con su hermana.
— Esa mi querida Anastasia, es una buena razón para conseguir un novio que te acompañe a todos esos eventos a los que odias ir.
Pero Ana se negaba.
— Jamás, sabes que odio la sola idea de sentirme pertenecida a un tipo, sabes como son los chicos de mi edad hermana, son todos unos idiotas, no quiero eso, anda por favor, solo iremos un par de horas para hacer acto de presencia, por favor hermana, ayuda a tu hermanita que te necesita ahora mas que nunca.
Ana hacia una voz de bebe, intentando convencer a Antonella, y lo lograba, no podía negarse a ayudar a su hermana pequeña jamás.
— Bien, lo haré, mándame la ubicación y nos veremos allá.
Ana celebraba, lo había logrado, no estaría sola en ese evento.
— Gracias, gracias, gracias hermana, lo haré, te enviaré toda la info, gracias, preciosa.
Antonella colgaba el móvil mientras Harry sonreía.
— ¿Y tú porque te ríes?
Pregunto Anto, Harry respondía.
— Ana hace contigo lo que quiere, eres fácil de convencer bonita.
Y Antonella lo sabía, era una realidad, lo que no imaginaba era lo que le esperaba esa noche....