**ISOLDE** La única razón por la que aún luchaba por no rendirme del todo. Si los dioses de las casualidades aún existían, si acaso el dolor tenía alguna forma retorcida de redención, entonces este lugar —este frío, esta sala, este cuerpo dolorido—tenía que estar cerca de él. No quería verlo por piedad. Ni por consuelo. Quería verlo porque su presencia me anclaba a algo real. Ha dado algo más fuerte que Malcolm. A algo que aún me decía: resiste. Pero nadie me había confirmado nada. Las enfermeras entraban y salían sin mirarme a los ojos. Los médicos pasaban lista como si yo fuera otro caso más. Un cuerpo con fracturas. Una nota en el sistema. No una hija, no una historia. Me senté en la cama, apenas los pasos se alejaron. El yeso me pesaba, las vendas apretaban, pero eso no me detend

