Cuando te conocí.

Me quede sin padres a los 10 años de edad, habían muerto en un accidente, y lamentablemente no tenia a ningún familiar quien viera por mi, hasta que fuera mayor de edad. Mi padre siempre me decía que si algo malo sucedía con ellos, me enviarían a casa de los Rice, pero lo cierto es que no sabía nada de ellos, y eso me daba mucho miedo. Me encontraba frente a una enorme casa, con jardines llenos de rosas rojas, cuando de pronto se abrió la puerta y dejó ver a una mujer mayor que nos invitó a entrar. Me senté en un sillón grande color verde, mis manos temblaban, estaba muy nerviosa. Pude escuchar que se acercaba alguien, levante la mirada y me encontré a un hombre alto con cabello rubio. -Hola, soy Lucían, desde ahora está será tu casa y nosotros tu familia. Mire a mi alrededor y me di cuenta que al lado de Lucían estaban dos niños, un poco mayores a mi edad, me sonrieron, y entonces entendí que desde ese momento ellos serían mi nueva familia. Los días pasaron y me acostumbre al estilo de vida que ellos llevaban, levantarse temprano para ir a la escuela y luego regresar a casa. No podía quejarme me trataban muy bien y me daban mucho amor aquellos tres hombres. Tenía dos hermanos, uno se llamaba William, el tenía 15 años y era muy divertido y además tenía un carácter muy fuerte, por otra parte mi otro hermano Emeth, era más amable y un tanto sentimental, apenas tenía 12 años. Mi padre Lucían era un hombre trabajador y muy atractivo, había perdido a la madre de sus dos hijos cuando está dio a luz a Emeth, siempre la recordaban con mucho cariño y amor. Mis hermanos tenían muchos amigos, puesto que ellos estaban en una clase social más alta, me entristecía pensar que solo los seguían por su dinero, pero vamos a ser sinceros, mis hermanitos eran muy guapos, así que también eso les ayudaba en mucho. Poco a poco fuimos creciendo como familia, y con ello, los cambios fueron más notables, teníamos más comunicación entre nosotros, jamás nos separábamos, y empecé a conocer todo su círculo social. Una tarde llegué de la escuela, cuando mire por la ventana a un chico de cabellos negros y ojos azules, estaba jugando en el jardín con mis hermanos, intente reunirme con ellos pero alguien me tomó del brazo y me giro para quedar frente a frente. -No te acerques a él, porque sólo obtendrás muchos problemas. - William me miraba fijamente. -No iba a coquetear, si así lo pensabas. - Se lo dije con un tono de burla. - Es enserio Míriam, te quiero lejos de él .- William estaba muy nervioso. - Lo que tu digas hermanito mayor. No sabía porque me había dicho eso, pero muy dentro de mí sabía que aquel chico seria parte de mi historia, una historia que quizá no acabaría nada bien.