CAPITULO 28 “Las Brujas Rallas.”

3152 Words
  (ENERO 02, 2018, MONTE OLIMPO, GRECIA.) (Ahmanet)               Veo llegar a Zeus y a Hares, preparados con varios soldados para custodiar nuestro viaje, como saltar con tantos sería un error, prefiero abrir un portal. Todos miran con asombro el remolino de energía que se expande hasta tener el tamaño adecuado para que podamos pasar, viendo que del otro extremo solo hay ruinas y destrucción. -Vamos.- les digo yendo primero, seguida de mis guardianes.               Zeus, Hares y los soldados me siguen de cerca, una vez del otro lado, cierro el portal, ya que es peligroso dejarlo abierto. -Por aquí están las brujas.- dice Zeus encaminándose hacia una cueva.               Yo le sigo, rodeada de mis guardianes, Anubis frente a mí y todos en estado de alerta a mí alrededor. Hares y sus soldados en un círculo más amplio aun.               Llegamos hasta la entrada de la cueva, en donde Zeus se detiene y dice. -Ustedes Brujas., salgan que lo ordeno.- tardan un par de minutos pero veo salir poco a poco a una anciana, encorvada de manos deformes y largas y sucias uñas. -Que desea el rey del Olimpo de nosotras.- dijo la anciana, a quien tras escuchar observe mejor, era ciega, noto que detrás de ella, salen dos ancianas más, igual de feas y encorvadas, y también ciegas -Tengo una pregunta para ustedes.- dijo Zeus -Quién es la joven madre, despide una gran luz, ella es mucho más poderosa que tú Zeus, mucho más poderosa de lo que ella misma creé.- dice la tercera anciana, sosteniendo una pequeña esfera de cristal en su frente. -Soy Ahmanet la egipcia, la etérea, la protectora de la vida, señora de la muerte y guardiana del infinito y quiero saber si mi esposo, el humano llamado Steve Grant Rogers, es un Nephelin, un semidiós descendiente de Zeus?- les pregunto -Que obtendremos a cambio? Dijo la segunda anciana -Todo lo que puedan comer.- les dije y hago aparecer varias cabezas de ganado vacuno, bien cebado, cerdos, patos, pollos y cabras. -Vaya, estabas preparada.- dijo la tercera anciana -Esto es lo que ofrezco o más si lo desean.- y de la nada se forma un pequeño estanque en donde hay peces de buen tamaño, calamares y pulpos. -Todos un manjar, aceptamos tu oferta, veamos quien es el hombre que te interesa?- dijo la primera anciana -Él no está aquí, pero tengo uno de sus cabellos.- les digo y les ofrezco una cajita en donde hay un cabello de Steve, así como unas gotas de su sangre. -Eso servirá.- dijo la segunda anciana acercándose con la mano estirada.               Pongo la cajita en su mano, pero se movió rápidamente, sujetándome de la muñeca, mientras con su otra mano tocaba mi vientre. -Tu destino está lleno de dolor, lloraras intensamente y con tu llanto, vendrá la furia y el coraje, apunto estarás de acabar al universo mismo y no habrá nadie que te controle o te detenga. Venganza cobraras, pero eso no te dará paz. Mantente serena o asesinada terminaras.- dijo la anciana sin soltar su agarre en mi muñeca, lo que molesto a mis guardias, Anubis realizo su cambio y se acercó amenazante -Suelta a la protectora de la vida o perderás la tuya, Bruja.- dijo Anubis -Tu hija, un sol radiante será, tu único tesoro perdurara, solo pensando en ella, calma hallaras.- dijo la anciana retirando su mano de mi vientre para después tomar la cajita y decir. -Tu perro, calma tu ímpetu, somos brujas, pero hasta nosotras respetamos al poder superior y ellas lo son.- dijo la anciana soltando mi mano y yendo donde las otras.               Entre las tres hicieron algo en un caldero hirviente y las vi echando dentro la sangre de Steve y su cabello, para después una de ellas tomar la esfera de cristal diciendo. -El ojo nos dejara ver, lo que el caldero revela.- dijo la tercera anciana, moviendo el contenido del caldero mientras las otras dos brujas murmuraban palabras extrañas. -Veo a tu hombre Señora, un hombre agraciado, fuerte y valiente como pocos, pero es en verdad un anciano, su aspecto no refleja su edad.- dijo la primera anciana; veo como otra toma el “ojo” de cristal de manos de la anterior y dice. -Él era débil y enfermizo y una decisión lo cambió, pero queremos ver su línea de sangre y eso buscaremos.-dijo la segunda anciana, moviendo más el caldero -Dioses y Titanes; su línea de sangre es antigua y veo brillar algo en ella, una línea divina.- dijo la tercera anciana. -No, no es una, ni dos, son tres signos divinos en su pasado, una más antigua que dos.- dijo la primera anciana, tras tomar el “ojo”. -Puedes decirme de quienes son esas tres marcas divinas? -Les pregunto a las tres ancianas. -Antes de develarte eso, deberemos contar la historia de su sangre.- dijo la segunda anciana. -Hace eones, cuando la tierra estaba en formación, Tetis, la titán, dio a luz a sus hijos, los océanos, los mares, los ríos, los arroyos y lagunas, a su entonces pareja Atlas, otro titán, ella vivía entre los mares y la tierra, protegida por su pareja, pero tras la derrota de Cronos y su destierro, Zeus tomo el poder y Atlas fue condenado a sostener el peso del mundo sobre su espalda, desterrado; separada de su amado compañero, Tetis se escondió en una cueva.- dijo la tercera anciana. -No salía de ella salvo cuando sabía que la niebla provocada por sus hijos e hijas para protegerla de ser asesinada o encarcelada la cubriría. Ella se metía al mar para alimentarse, bajo el cuidado de sus hijos los océanos, fue ahí que al salir del mar, se topó con un joven mancebo, de bella apariencia y de un cuerpo agraciado, pues era un pescador y el trabajo duro en el manejo de los remos, las velas y las redes, le habían conferido fuerza y agilidad.- dijo la primera anciana.               Me doy cuenta que solo una habla por vez y la otra continua en donde se detuvo la otra, no sin antes pasarse el llamado “Ojo”. -Palatox, el joven pescador, al verla llorar en la playa, se acercó a ayudarla y al saber que ella no tenía hogar alguno, la llevo con él, cuidando de ella por espacio de varias semanas. Al cabo  de ese tiempo la Titán Tetis se enamoró del joven, saliendo con él en sus viajes de pesca, ayudándolo, llamando a los peces y llenando sus redes y mientras eso sucedía, la Divina Titán y el Joven humano se amaban mutuamente.- dijo la segunda anciana. -Pero la felicidad de Tetis es interrumpida, al ser descubierta por Poseidón, quien ahora gobierna los mares y aunque ella huye y sus hijos la ocultan, Poseidón la reclamo como esposa, para tener control total de todos los hijos de la titán, así como de las criaturas que los habitaban.- dijo la tercera anciana. -Sin embargo al no encontrarla, pues Tetis había vuelto a su cueva, no se dio cuenta Poseidón de que la esposa que reclamaba, estaba esperando un hijo mitad Titán, mitad humano, ella dio a luz a su hija y la llamo Ariadna y al amparo de la neblina fue a dejarla con su padre, acompañado de un medallón con su símbolo, tras esto ella siempre vigilo a su hija y a su amado, bendiciéndolo con la abundancia y la riqueza. Tetis volvió a los mares tratando de alejarse de Poseidón, pero este la encontró y la poseyó, dando nacimiento a Nereida, la reina de las sirenas.- dijo la primera anciana. -Los años pasaron y Palatox envejeció, cuidando de su hermosa hija Ariadna, siendo visitados por ricos mercaderes y nobles hombres que deseaban la mano de Ariadna en matrimonio y a la edad de dieciséis años, la joven Ariadna se casó con un noble rico y se trasladó a Athenas, en donde entras tú Zeus.- dijo la segunda anciana. -Descubierta la joven esposa por Zeus, este la quiso para él y la sedujo, quedando embarazada, su esposo ignorando la travesura del Rey del Olimpo y por ende la traición de su esposa, creyó que el hijo era suyo y así lo crio, llamándolo al nacer Xandro, dos años después Ariadna le daría una hija llamada Ariadna Micela y cuando dio a luz por tercera vez a Spiros Arios, Ariadna murió.- dijo la tercera anciana. -Pasaron los años, Xandro se convirtió en un héroe y afamado guerrero, Ariadna Micela fue desposada por un Troyano y Spiros Arios se convirtió en un gran político. Xandro tomo como esposa a una buena mujer, humana totalmente, esta le dio cinco hijos, varias generaciones pasaron, pero se consiente que el que nos interesa, es uno de los hijos de Xandro, llamado Tricio, quien tuvo dos hijos, uno de ellos Apartaco, tuvo como descendencia dos hijas, Micaela y Micela; a su vez Micela tuvo cinco hijos con un gran guerrero, pero el que nos importa de todos ellos es Tarco.- dijo la primera anciana. -Tarco fue un guerrero salvaje, que peleaba contra todos los tiranos, se enamoró de una joven tierna y delicada, que le dio una hija, su mayor tesoro, la pequeña fue llamada Paris Antara, ella entrenada por su padre, fue una líder a quién se respetaba, casada con un político, tuvo dos hijos, Mikolos es quien nos interesa, pues con él aparece la tercera marca divina.- dijo la segunda anciana. -Mikolos, un joven audaz y guerrero, se topó con una joven guerrera de nombre Clío, ella es una Semidiosa, hija de Hera, Clío era la reina de una Tribu de guerreras amazonas, ella acepto casarse con Mikolos que para entonces gobernaba una ciudad cercana a los Montes en donde Clío reinaba a sus amazonas; Clío le dio cuatro hijas, la mayor de las cuales gobernaría a las amazonas de donde saldría la joven Casia y la hija de esta es Thalía.- dijo la tercera anciana. -Clío también dio un hijo varón que heredo a su padre, de nombre Aristarco, Aristarco es el ascendiente por una parte del hombre que nos interesa, pues tras generaciones, treinta y dos para ser precisas, uno de sus descendientes de nombre Leónidas, tomo por esposa a una mujer llamada Patricia, quien a su vez es una descendiente directa de Thalía.- dijo la primera anciana. -Eso volvió a reforzar la herencia divina, al juntar dos líneas directas con tres orígenes divinos.- dijo la segunda anciana. -Veo decenas de generaciones desde las ancianas épocas, pero esa línea sobre de sangre divina, a pesar de estar diluida entre tanta sangre humana, sigue latente y tras más de ciento cincuenta y seis generaciones llega hasta el hombre que aquí interesa, de nombre Steve Grant Rogers, de sangre tres veces divina, cuyo único don recibido por esta, era el valor y la persistencia, fue esto lo que lo llevo a tomar la decisión que cambió el rumbo de su destino.- dijo la tercera anciana -Tú conoces su historia, Princesa Ahmanet y creo que conoces su futuro, esperamos que lo que intentas hacer resulte, pues veo su muerte, dolorosa y rápida, pero esto traerá muerte y destrucción y tú debes armarte de valor, pues el enemigo se acerca, cada vez más.- dijo la primera anciana -Tú Zeus, debes proteger a tu descendencia, pues él y solo él es el pilar y el equilibrio del universo, si bien vemos su muerte, esta lo ha eludido en más de tres ocasiones, eso no indica que su muerte sea definitiva.- dijo la segunda anciana -No podemos decir más, ahora pues el velo se ha corrido, nada más se dejara ver.- dijeron a la vez las tres ancianas -Escuchad la advertencia, nada será lo que parece, él pilar resistirá aunque quebrado este, pero solo el tiempo lo dirá. Ahora váyanse que tú brillo nos lastima.- dijeron las ancianas a la vez -Desde cuando una Bruja corre al rey del Olimpo?- pregunto Hares amenazando a una de las brujas -Tonto niño guerrero, no es tu brillo ni el del Rey del Olimpo el que nos lastima, es el de ellas, cada vez más intenso, no lo ven, pero pronto, muy pronto lo verán y hasta lo temerán.- dijeron las brujas ocultando su llamado “Ojo”, por lo que me decidí a intervenir. -Gracias señoras, fueron muy amables y en gratitud el doble del pago tendrán.- dije haciendo aparecer más animales de los que ya había entregado.               Y dando media vuelta, salí de la cueva de las Brujas Ralla, seguida de Zeus y de Hares, así como de mis guardianes que en ningún momento se alejaron de mí. -Debemos volver al Olimpo.- dijo Zeus, yo solo asentí y abrí nuevamente el portal, haciéndolo conectar con los jardines en donde Hera y Athenea estaban hablando.               Cuando lo traspasamos, todos al completo, cerré el portal con un solo ademán, lo que seguía dejando sorprendidos a los Dioses Olímpicos, pues ninguno de ellos lograba hacer eso, a pesar de poder aparecer y desaparecer a gusto y disgusto, en la tierra en los viejos tiempos. -Habéis averiguado lo que deseabas, Princesa Ahmanet?- pregunto Hera sonriendo, Athenea era toda sonrisas, pero guardaba silencio -Sí, lo averiguamos y él susodicho no solo es mi descendiente por dos ramas querida reina mía.- dijo Zeus sonriente -Entonces, acaso hay alguien más involucrado en su sangre?- pregunto Athenea -Así es querida hija mía, el joven guerrero al que la princesa a desposado, no solo tiene mi sangre divina, sino también la de tu reina, mi esposa Hera!.- dijo Zeus seriamente, pues eso le recordaba las dos únicas veces que Hera le engaño al sentirse despechada por sus continuos devaneos y engaños con humanas, del primer engaño, nació Clío, hija de un herrero humano que trabajaba en uno de los innumerables templos dedicados a Hera, a quien está se le presento, cuando él admiraba una escultura en oro de la Diosa, la cual había terminado momentos antes de pulirla y dar brillo. El segundo engaño, Hera lo hizo con un joven pescador que la ayudo tras ser exiliada del Olimpo por espacio de dos años, condenada a servir en uno de los templos menores en honor a Zeus, pues condenada a la soledad y al silencio, ella sufría llorando su desgracia. Su gratitud con él pescador fue tal que lo beso, bendiciéndolo con la prosperidad, pues este era un hombre humilde y trabajador, el hombre al descubrir quién era la mujer a quien ayudaba, se postro a sus pies, reconociéndola como la reina del Olimpo, y haciendo brotar siete lágrimas de los ojos de Hera, estas al caer al suelo, se transformaron en siete hijas idénticas en apariencia y tan distintas en personalidad. Ese día Hera aun en contra de lo decretado por Zeus, recupero su inmortalidad, todo su poder divino y su voz, volviendo al Olimpo del que solo saldría para ver a sus hijas, aconsejarlas en sueños y bendecirlas, el pescador se convirtió en un hombre próspero y pudo dar a sus hijas el cuidado debido, hasta que ellas decidieran el camino a tomar. Sus nombres eran Herania, Rania, Tamara, Ofelia, Sadora, Ximena, Xena y Galata.               Todas ellas tuvieron su lugar en la historia y en su tiempo, pero a pesar de los más de dos mil trescientos años transcurridos, Zeus aún se dolía de las únicas traiciones de su reina para con él, a sabiendas de que él era infinitamente más culpable del mismo delito, pues había traicionado a su reina al menos cincuenta veces. -Entonces que harán, como descendiente de ambos, debe ser bendecido por ambos.- dijo Athenea sabiamente -Pero hay más, recuerdan a la Titán Tetis?- pregunto Hares interviniendo -Que tiene que ver la dama del agua con todo esto?- pregunto Hera algo molesta -Pues que es la marca divina más antigua que porta ese humano, es su descendiente también.- respondió Zeus. -Qué? Como es posible, si esta confinada al fondo de los mares, para que tanto sus hijos los océanos y los mares, como las criaturas que los habitan obedezcan a Poseidón? – pregunto Hera. -Pues fue mucho antes de haberlo sido, tras la derrota de los Titanes y el destierro de su entonces esposo Atlas, antes de que mi hermano Poseidón la reclamara como esposa, capturándola y confinándola al fondo de los mares, antes del nacimiento de Nereida, la reina sirena.- respondió Zeus -Cielos, tan antiguo es el linaje de ese humano? Es más antiguo que algunos de nosotros!- dijo Athenea -Así es, es descendiente de Tetis, de cuando apenas creamos el Olimpo como morada de los Dioses. Así de antiguo es su linaje y como tal se le ha de proteger y más que tiene tres marcas divinas.- dijo Zeus. -Estamos hablando de uno de los pocos que quedan de nuestros descendientes, pues casi todos han muerto, porque el sigue vivo?- Pregunto Hera -Al parecer la sangre divina persiste, pero dormida dentro de algunos humanos.- respondió Zeus -Le daremos nuestras bendiciones y le daremos a la princesa el néctar y la ambrosia, para que se los de, y eso lo ayude a ser inmortal o invulnerable, algo dijeron las brujas de que él era más viejo de lo que parece, eso quiere decir que es especial, pero también dijeron algo de su muerte y de una posible vuelta, entonces si su destino es morir y regresar, lo protegeremos para que su alma vuelva tal cual y en alguna nueva generación lo volveremos a ver.- decreto Zeus               Yo sabía que tanto el Néctar como la Ambrosia reforzarían su fuerza y su invulnerabilidad, pues nada evitaría su muerte, entonces debía armarme de valor y de paciencia, pues lo perdería, pero tendría una parte de él, en mi hija Thýa. Por lo que aprovechare todo el tiempo que me quede a su lado, y lo hare feliz tanto como pueda. -Princesa Ahmanet, debes estar cansada, será mejor que descanses, esta noche y vuelvas por la mañana, te llevare a lo que serán tus aposentos, Athenea, has que traigan Néctar y Ambrosia para la Diosa, mientras yo la llevo a que descanse, en su estado debe descansar.- ordeno Hera. -Así será señora.- Dijo Athenea, comenzando a retirarse. -Te prepararemos un poco de ambas cosas para él, esperando que eso ayude a mantenerlo con vida, como uno más de nosotros.- dijo Zeus -Gracias Zeus, Hera.- dije haciendo una reverencia.               Hera me condujo  por los pasillos del palacio del Olimpo hasta llevarme a lo que parecía una habitación, cómoda y palaciega. -Descansa Ahmanet, come y bebe y después duerme, tú y tu hija lo necesitan.- Me dijo Hera al ver entrar a Athenea seguida de lo que parece una ninfa menor que lleva una bandeja de plata con una copa con Néctar y un tazón con Ambrosia.               Acepto ambos y me alimento con el contenido del tazón y la copa, para después tomar mi forma humana y meterme en la cama y dormir hasta el amanecer.              
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