SOLO SE MIA, LIBRO 2

NARRACIÓN CAPÍTULO 1 DIAGNÓSTICO —Señora Johnson, usted sufre de una crisis nerviosa, con un trastorno de ansias. Le recomendamos que siga al pie de la letra estos medicamentos que se le van a recetar y se mantenga lo más tranquila posible. No es recomendable que usted quede embarazada de nuevo y le pedimos que se mantenga alejada de los problemas lo más posible. Aquí le dejaré el número de teléfono de una de las mejores psicólogas de nuestra ciudad. Los ojos de Sofía permanecen en Daniel, quien la mira con preocupación. —Entendemos, doctor, muchísimas gracias. Daniel toma de la mano a Sofía y juntos salen sin decir una palabra; la lleva al coche y, de camino a casa, la expresión en el rostro de Sofía lo desanima aún más. Al llegar a la casa, ven a sus pequeños que corren de emoción al verlos llegar juntos; como hace mucho ya no están, la situación de la crisis de Sofía los ha alejado tanto que Daniel ha pasado noches fuera de casa porque no soporta verla de tal manera. —Mami, mami, ¿cómo te fue con el doctor? Sofía mira a los ojos a su pequeña niña de ojos azules como su padre y, sin decir ni una palabra, la baja de sus brazos mientras se aproxima a las escaleras para ir a su habitación. —Hola, cariño, ¿no vas a saludar a tu padre? —Papi. —Corre a sus brazos. Sube la pequeña en los brazos de su padre, quien la recibe con amor. —Papi, ¿Mami está bien? —le dice la pequeña con preocupación en su tono de voz mientras mira a los ojos a su padre, quien no sabe cómo responderle. —Sí, mi pequeña Daniela, mami estará bien pronto. Daniel lleva a sus 4 hijos a jugar a fuerza mientras en su corazón un gran dolor lo consume, recordando a Sofía cuando cuidaba de sus pequeños y salía a jugar al jardín como una familia feliz, ya han pasado 7 años y sus pequeños están por cumplir 8 años, los gemelos han tenido que vivir el tormento de su madre que desea protegerlos con su vida, desde la visita de esa anciana hace ya 3 años Sofía no ha vuelto a ser la misma, ya casi no duerme por las noches y está aferrada a medicamento todo el tiempo, incluso tiene prohibido que a los niños se le tome fotos o se publique alguna información de ellos, han cambiado de casa 3 veces y ahora han decidido mudarse a Londres, para estar alejados de ese hospital psiquiátrico dónde aún pertenece la madre de Rodolfo. * Han pasado ya 8 años y los pequeños hoy cumplen 16 años. Su madre ha decidido no invitar a nadie al cumpleaños mientras los obliga a permanecer en casa. Daniel está cansado de la forma en que Sofía quiere mantener a los niños, mientras que a sus dos hermanos menores no les exige tanto. El trauma que viven diariamente con su madre los ha mantenido cautivos bajo una prisión en casa; no pueden salir y no se les permite hablar con nadie. Hoy es la celebración más importante para estos jóvenes y Daniel ha preparado una fiesta sorpresa en un gran restaurante a escondidas de Sofía. Todos se preparan para salir y Daniel lleva a los niños al coche y sube a la habitación a buscar a Sofía. —No puedes obligarme a ir, mis hijos corren peligro; esa mujer me los quitará, lo sé. —Sofía, a veces pienso que la loca aquí eres tú, en vez de esa mujer que lleva ya 13 años fuera de nuestras vidas. Mira, he tolerado todo este tiempo porque te amo, pero ya no puedo más con esta situación; quiero el divorcio y me llevaré a mis hijos conmigo. —¿Me estás abandonando cuando más te necesito? —Daniel, tú más que nadie sabes que lo que he hecho lo he hecho por mi familia, no quiero perderlos. —Sofía se ve en la triste realidad de que perderá a su familia y se arrodilla ante Daniel para que no la abandone—. Por favor, perdóname, yo te amo y no quiero perderte. Daniel la toma entre sus brazos y la besa con pasión como antes solían hacerlo; el amor entre ellos aún no ha muerto y Daniel lo sabe; todo lo que pasaron juntos los mantiene unidos. Sofía sale de la ducha y se cambia poniéndose su mejor vestido, baja las escaleras viendo a sus pequeños que ya son todos unos adolescentes, siente que se ha perdido tanto de ellos, los abraza con fuerza y los acompaña al coche, ya en el restaurante todos disfrutan del cumpleaños de Daniel y Daniela, todos se mantienen felices por qué por primera vez disfrutan una velada inolvidable, todos se disponen a salir del restaurante cuando los paparazzi se aglomeran tomándoles fotos, la crisis de Sofía vuelve, tomando a sus pequeños los sube al coche con desespero mientras todos la ven con asombro y lástima, sube al coche donde Daniele conduce de vuelta a casa cuando sin pensarlo Daniel su hijo se enoja golpeando la puerta. —No entiendo, ¿qué pasa con nosotros? Madre, nos tienes siempre encerrados, no nos dejas salir con amigos y mucho menos tomarnos fotos. Quiero ser como los demás adolescentes. No puedes prohibirme que viva encerrado toda mi vida; te estás volviendo loca y nos volverás locos a nosotros también. SOFÍA por primera vez golpea a su hijo dándole una fuerte cachetada, dejando a los demás niños con temor en silencio. —Mami, mami. —Felipe, de tan solo 12 años, mira con temor a su madre, quien los mira con sus ojos llenos de ira. —Tú eres el culpable de todo esto —le dice con determinación a Daniel—. Si solo nos hubiéramos quedado en casa, nada de esto hubiera pasado. Daniel, enojado, conduce de vuelta a casa y, al llegar, Damián, su pequeño de 13 años, corre a los brazos de su padre, quien con enojo mira a Sofía, quien ya no es la mujer de la que él se enamoró. Sofía y Daniel viven juntos por el bienestar de sus hijos, pero se mantienen en habitaciones separadas, dejando una gran distancia entre ellos. * La graduación de sus dos hijos mayores se celebrará hoy. Daniel y Daniela ya son mayores y desean irse a la universidad; su madre los mantiene cautivos en su casa sin firmar los documentos para su ingreso en la universidad. Daniel, por el bienestar de sus hijos, la lleva con el psicólogo, quien la convence de dejarlos ir a la universidad. Sofía, con el dolor de su corazón, se despide de Daniel, su pequeño que ya es todo un hombre, quien se va a estudiar al extranjero tratando de huir de su madre para seguir los pasos de su padre, mientras que Daniela envió la solicitud a una de las mejores universidades de Inglaterra, Cambridge, para especializarse en abogacía. Daniela Johnson, de 19 años ha tenido que vivir en las sombras mucho tiempo, experimentando su vida en casa al cuidado de su madre quien la ha mantenido distante, para protegerla de una anciana que está a punto de perder la vida tras una feroz enfermedad de la sangre, su madre Sofía jamás le ha contado el por qué la vida de sus hermanos y la de ella han tenido que ser diferentes a la de sus otros hermanos, quienes salen a fiestas y se divierten con amigos, además tienen unas hermosas novias mientras que ella y su hermano, no saben que es enamorarse ni mucho menos tienen amigos, Daniela ha tenido que permanecer casi toda su vida encerrada en casa con libro y música y por las noches sube a la azotea para mirar las estrellas, o disfrutar del atardecer o la lluvia, viviendo casi una vida sin experiencia al mundo real, donde deberá enfrentarse a nuevas experiencias ahora que sus padres han decidido enviarla a la universidad, feliz se encuentra en su habitación recogiendo sus cosas mientras los guarda espaldas suben a buscarlas para subirlas al coche, Sofía se acerca a la habitación de su hija con temor la mira y puede ver que es muy hermosa, tanto que podría llamar la atención de cualquier chico, con eso en mente y sabiendo que le ha robado sus experiencias se sienta en la cama tomándola de la mano —Daniela, sé que no he sido la madre que quería ser para con ustedes, pero quiero que sepas que eres mi pequeña niña aunque ya seas toda una mujer. Ahora te enfrentarás a un mundo que no conoces y sé que es por mi culpa. Te pido que vayas a darles espacio allá afuera; hay personas buenas y personas malas, y tú no sabes cómo diferenciarlas, pero te daré un consejo: aprende a conocer despacio a las personas; cada una tiene su forma de ser. Tú eres muy inteligente y sé que sabrás diferenciarlas. Te amo, cariño, perdóname por no ser la madre que todos querían que fuera; por favor, no me odies. —Mamá, sabes que te amo y que nunca podría odiarte. Entiendo que todo lo que has hecho es para protegernos a mi hermano y a mí, por ese paso que mantienes en secreto. Te amo, madre, te llamaré todos los días para contarte cómo me va en la escuela y te echaré de menos. Solo no permitas que papá se vaya, no se divorcien. —Algún día entenderás, cuando te enamores y tengas hijos, sabrás lo difícil que es mantenerlos a salvo. Sé que conocerás chicos y ellos querrán cosas que quizás tú no puedas darles. Cuídate, mírate, eres muy hermosa y puedes encontrar a alguien que te ame y te valore, al hombre a quien entregarle eso tan preciado que guardas para alguien. Si te ves en apuros, solo llámame. —La abraza y puede sentir que una parte de ella se va con Daniela. Viendo a su hija subir al coche, sus ojos se posan en los de Daniel, que la miran distante. Se acerca a él, tomándolo de la mano; lo lleva a la habitación donde lo besa. Puede ver que él se resiste; su corazón duele como puñales y lo mira a los ojos con resentimiento. —Sé que has buscado en otras mujeres lo que en nosotros está perdido, pero quiero que lo intentemos una vez más. Déjame recuperar lo que he perdido. Daniel la mira sintiendo su corazón estremecer al ver a su esposa quitarse la ropa y verse tan hermosa como siempre. Un deseo se apodera de él y la toma entre sus brazos, consumiéndose en una pasión incontrolable. * Daniela va de camino a la universidad, el chófer la lleva mientras que ella no puede evitar mirar por la ventana sorprendida de lo hermoso que es el lugar, respira aire fresco mientras ingresan a la ciudad de Cambridge, desde lejos se ve los hermosos jardines de la universidad puede apreciar el hermoso lago que la cubre, el chófer la lleva a su piso de estudiante donde un hermoso departamento elegido por su padre la esperan, el chófer baja las cosas del coche mientras ella se siente diferente al estar sola en un departamento donde permanecerá hasta culminar sus estudios, despide al chófer y se acerca acomodando sus cosas en el lugar, cansada después de 45 minutos de viaje y de limpiar y ordenar el lugar llama por teléfono a quien será su guía por el lugar, ya que ella podría perderse, recorre los pasillos adentrándose a los grandes jardines botánicos donde se encuentra con dos chicas que esperan impacientes la orientación, una morena la mira con confusión y se acerca a ella. —Hey, chica, ven, acércate. —Daniela mira a su alrededor mientras se pregunta si de verdad se refieren a ella. Daniela, con temor, las observa y las analiza tal cual como dijo su madre; espera unos segundos y puede ver que las chicas se acercan a ella muy amables. —¿Eres nueva? Mi nombre es Aída y ella es Chantelle. Somos primas y hemos venido a estudiar para ser abogadas. ¡No, espera! Las mejores abogadas. —Dice una morena de ojos color miel que sus ojos reflejan lo que en su alma se encuentra, una persona de corazón noble. Daniela las mira mientras las chicas le sonríen abiertamente, esperando respuesta. Daniela siente nervios y les sonríe a las chicas extendiendo su mano para saludarlas. —Mi nombre es Daniela Johnson, es un placer conocerla y también vengo a estudiar para ser abogada. —Genial, chica, mi familia ha estudiado aquí por generaciones y yo me conozco estos lugares sin problemas. Además, hoy en la noche habrá una fiesta, una celebración que realizan los estudiantes de la universidad a escondidas, fuera del campus; deberías venir. —La morena, muy feliz, le escribe su teléfono en la mano con lapicero de tinta roja. —Venga, ¿no nos dirás que eres penosa? —dice Chantelle mientras la mira con curiosidad, viendo que Daniela las analiza como si fuera un robot. —Bien, iré —dice nerviosa. —Excelente, cariño, tengo el presentimiento de que seremos muy buenas amigas. Venga, vamos para que conozcas el lugar. Aída Y Chantelle la llevan a recorrer el lugar. Cuando el atardecer se pronuncia, las jóvenes quedan a verse en el departamento de Daniela para maquillarse y vestirse; asistirán a la celebración estudiantil más famosa.