El día que más esperaba este año llegó al fin, las clases en la universidad daban comienzo y con ellas mi nueva vida. Dejaba atrás en mis recuerdos a mi primer amor y trágico final y comenzaba ilusionada una nueva aventura en una ciudad nueva.
-Estoy emocionada por conocer a nuestros nuevos compañeros y profesores –anunció mi amiga mientras dejaba las maletas dentro del apartamento que acabábamos de alquilar en la ciudad
-Deseo que todo nos resulte bien a partir de ahora –suspiré y comencé a desempacar
-Las cosas van a cambiar para mejor, estamos en un lugar nuevo y nos tenemos una a la otra, todo nos debe salir bien. Debemos apurarnos porque ya nos esperan en esa cafetería para comenzar a trabajar
-Es una suerte que tengan una sucursal de la cafetería del pueblo aquí, nuestros jefes fueron muy considerados al conseguirnos un sitio aquí
Nos presentamos ante nuestros jefes en la nueva cafetería, nos explicaron nuestras tareas diarias y comenzamos a trabajar esa misma tarde.
-¡Que alegría me da encontrarte de nuevo! –escuché una voz familiar detrás de mí mientras me acomodaba mi nuevo delantal para comenzar mi día de labores
-¿¡Qué hace tú aquí!? –pregunté al ver el rostro de aquel joven conocido
-Es una grata coincidencia ¿no crees? –resoplé molesta y me concentré en mis labores
-Debería disculparme por…
-¡No! Todo está bien –interrumpió mi amiga, sabía que mencionaría aquel tema que para mí era delicado
Esa noche mientras cenaba en la nueva cocineta con mi amiga charlamos sobre la aparición de aquel joven en la misma cafetería que nosotras. Al principio pensé que había sido mera coincidencia, pero al tocar el tema con mi amiga sabía que ella ocultaba algo
-¿Él te pidió que lo hicieras?
-¿Hacer qué? –pregunto mi amiga intentando parecer despistada
-¿Quería encontrarse conmigo de nuevo? No lo entiendo, le dejé claro que no quería verlo y mucho menos hablarle de nuevo
-¿Qué es lo que no entiendes?
-¿Por qué me siguió hasta acá?
-Nadie dijo que te siguió hasta acá. Además ¿no te das cuenta?
-¿Darme cuenta de qué?
-Está interesado en ti
-¿Bromeas? Después de lo que paso y de lo que le dije no creo que…
-Es coincidencia que eligiera la misma universidad de nosotros, pero que buscara trabajo en la misma cafetería no lo es
-¿Por qué lo hiciste?
-Mereces ser feliz, y yo te daré las oportunidades que necesites para serlo
-No tienes que hacerlo
-No pregunté si querías que lo hiciera, lo haré y ya
Resoplé me sentía molesta por la intromisión de ese hombre en mi vida, pero más me molestaba que mi mejor amiga estaba de su lado
Esa mañana me arreglé un poco más que de costumbre, me puse una linda ropa a juego con mis zapatos y tomé lo necesario para mi día como universitaria.
La entrada de la escuela era impresionante e imponente, el tránsito de la gente era en gran cantidad, unos salían y otros entraban, había personas de todas las edades y diversas capacidades. Este era mi nuevo comienzo y estaba feliz de tener a una gran mujer a mi lado, mi mejor amiga.
-Me he dado cuenta de que asistes a cada una de mis clases, ¿tienes algún motivo especial para ello? –pregunté al joven que había visto apenas el día anterior en la cafetería
-Esta es sólo una coincidencia, elegí una carrera y resultó ser la misma que tú elegiste, estoy feliz de que sea así, pero tú pareces fastidiada por eso.
-No tengo una buena impresión de ti, lo siento –respondí sincera
-Cambiaré la opinión que tienes de mí, estoy seguro de eso
-No soy tan fácil de convencer
-Eso lo sé –sonrió de oreja a oreja y me hizo un guiño
Tenerlo cerca a cada hora del día se volvió más cómodo con el tiempo, era un hombre muy inteligente y capaz, tenía una memoria increíble y siempre parecía tener el mejor de los ánimos.
Fui conociéndolo poco a poco en el ámbito escolar, resultaba ser bueno para explicar temas que para mí eran muy complicados y siempre estaba dispuesto a ayudarme.
-Esta tarde la biblioteca está muy sola
-Es cierto, parece que todos se han cansado de estudiar esta tarde, pero nosotros también debemos irnos o llegaremos tarde al trabajo –dijo él con una sonrisa amable
-¡Es cierto! –grité al darme cuenta de la hora –no podré ir a casa a cambiarme, tendré que llamar a mi amiga para que lleve las cosas al trabajo –levanté mis cosas a prisa mientras él me miraba –¿Te vas quedar ahí? –comenzó a reír a carcajadas y recibió una llamada de atención de la recepcionista
-Lo siento, sólo quería ver tu reacción –dijo cuándo pudo articular las palabras después de la carcajada –es nuestro día de descanso
Sentí un rubor en mis mejillas y mi cara arder, me sentía avergonzada. Tome asiento de nuevo y tomé aire para no gritar molesta por aquella pesada broma de mi acompañante.
-¿Qué ganas con avergonzarme de ese modo? –pregunté ofendida y su rostro se tornó serio
-Lo siento, no quise avergonzarte –respondió apenado
-Lo hecho, hecho está –respondí manteniendo la calma
-Enmendaré mi error invitándote a comer
-No deseo que lo hagas, no quiero compartir una comida contigo –dije resentida
-No te molestes así conmigo, sólo quería ver el rubor natural de tu bello rostro –me sonrojé de nuevo ante sus palabras intentando fallidamente de no hacerlo –Parece que encontré otra manera de hacerlo. -Cubrí mi rostro con mis manos y respiré profundo para intentar controlarme
-Mis padres vendrán a la ciudad esta noche, debo ir casa temprano para dejar las cosas listas para su llegada –recordé entonces la llamada de mis padres de la noche anterior
-Entonces te ayudaré a preparar todo
-No te he invitado a mi casa, no pienses que te dejaré ir y venir a tu antojo –le reclamé
-Sólo te ayudaré con la limpieza, y si quieres puedo cocinar algo rico –lo miré sorprendida
-¿Sabes cocinar? –pregunté incrédula
-Tuve que aprender a hacerlo, vivir solo me hizo aprender, al principio la comida sabía muy mal, pero me siento satisfecho con mi mejora hasta el día de hoy, no puedo decir que soy experto ni que ganaría un premio al mejor cocinero, pero puedo sorprenderte con mi habilidad –se regodeó
Ese ofrecimiento me estaba tentando, si bien yo sabía perfectamente como cocinar, sabía que mis preparaciones dejaban mucho que desear, pero tras pensarlo unos minutos decidí que no podía dejarlo entrar en mi casa, lo conocía poco y no quería causarle molestias.
-Te dejaré hacerlo en otro momento, este día mis padres vienen a casa y no quiero que piensen algo que no es –él agachó la mirada decepcionado -¿Por qué dices que has vivido solo? ¿Hablas desde que te mudaste a esta ciudad para estudiar? –cambié de tema para no hacerlo sentir más incómodo
-Hace poco más de 2 años mis padres fallecieron tras un accidente de avión, desde entonces he tenido que valerme por mí mismo, mi tutor no es exactamente una persona responsable, por suerte mis padres siempre me enseñaron a ser independiente y aunque me dolió perderlos no fue tan difícil para mí salir adelante por mi cuenta. Tengo que admitir que mis padres no estaban mucho en casa, pero siempre podía contar con ellos en mis momentos más difíciles
-Lo siento mucho –agaché la mirada –No sabía que tu vida ha sido difícil
-No tienes que disculparte, hago lo que quiero y como quiero, es la ventaja de vivir solo
Esa noche al recibir a mis padres no dejaba de pensar en sus palabras, estaba equivocada con respecto a él, era una persona buena que había superado momentos difíciles y yo solo me había puesto a pensar en mí y mis emociones sin considerar siquiera lo mucho que se esforzaba por salir adelante.