Capitulo 1

1295 Words
Escribiendo... Escribiendo... Escribiendo... Gabriel: No. Aubrey: siempre tienes una excusa para mí, comienzo a pensar que todo lo que me has dicho es falso Gabriel: Tengo asuntos que atender Aubrey, tu deberías estar trabajando ¿no te parece? Aubrey: ¿Ahora te interesa mi trabajo?  sueles hablarme en horarios inoportunos, ¿por qué te preocupa ahora? Gabriel: A veces te comportas como una cría, no tengo tiempo para esto, hablamos más tarde. Aubrey: ¿No tienes tiempo? Siempre evades mis preguntas, ni siquiera se en que trabajas. Aubrey: ¿Gabriel? Sé que has leído el mensaje, ¿puedes tener la decencia de contestarlos? Aubrey: ¡Bien, que te den! Dejo el celular sobre mi libro de Arquitectura Románica, por más que he intentado concentrarme en el examen que debo rendir no he podido, suelo distraerme muy fácilmente, comienzo tocando mi cabello, veo la hora, mi celular... de las tres horas sentada en este escritorio, solo he estudiado una y media si es que tengo suerte. Vuelvo a mirar el celular con la esperanza de que Gabriel conteste, pero espero en vano, sé que no lo hará. Puede que sea común. o tal vez no, conocer personas en internet, y crear lazos con ellas, aunque no sé en qué tipo de relación cae la de Gabriel y yo. Lo conocí hace un par de meses, desde entonces no hemos dejado de hablar, es mayor que yo, tiene cerca de treinta años, empresario, o algo así. Gabriel es...absorbente, incluso sin verle siento que tiene el control de la situación, de lo que pienso y de lo que voy a decirle, si él decide que la conversación se termina entonces así será, si no quiere hablarme no lo hace, no tiene tiempo para crías, le gustan las mujeres maduras y abiertas de mentes, y vaya que debía serlo, era misterioso, me intrigaba su forma de ser, suena como si fuera un hombre soñado, pero la verdad es que jamás le he visto.  Su única regla era no pedir más de lo que podia darme, ¿pero que podia darme? vamos, que solo era un chico que conocí por internet. Mi teléfono comienza a vibrar y lo tomo entusiasmada pensando que es el, porque tengo que ser tan patética, suspiro decepcionada al ver que solo es Aaron, maldigo al recordar el trabajo, contesto rápidamente sabiendo que estaba molesto. -Aubrey, ¿puedes decirme donde estas que no has llegado aún? chica el trabajo es para mañana y falta más de la mitad! -Yo. voy llegando, lo siento me he quedado estudiando para el examen, de verdad lo siento Aaron- me levante rápidamente tomando las llaves del departamento. - ¿Esas son tus llaves Aubrey? espero que no vayas de salida. - ¿Puedes comenzar con los planos? prometo hacer los detalles constructivos, elevaciones y cortes ¿está bien para ti? - opte por ignorar su pregunta. -Trae tu trasero acá lo antes posible- corto notoriamente molesto. Una vez más mire mi pequeño cuarto derrotada, debía ordenarlo, siempre prometía hacerlo en cuanto llegara, pero siempre estaba demasiado cansa como para hacerlo. Vivía sola desde los 18, mis padrastros siempre me inculcaron la responsabilidad, entonces creí que vivir sola era el gran paso. No eran malos padres, de hecho, siempre intentaron darme lo mejor, y se los agradezco, siempre estaré agradecida con ellos por haberme escogido. Estudio arquitectura hace un par de años, termino este semestre, o se supone, soy exigente conmigo misma, al punto de no tener vida social, a excepción de Aaron claro. Le conocí en segundo año, él era mayor, había reprobado por lo que tenía que hacer el curso con los de segundo año, no soy muy sociable por lo que para los trabajos en grupos siempre terminaba siendo la última en anotarse. Aaron me incluyo para uno de los trabajos y desde eso siempre trabajamos juntos.  Para novios no hay tiempo, y si lo hay no es el suficiente para entablar una relación duradera, por lo que prefiero terminar mis estudios. Espero el autobús, pero parece que mientras más atrasada estoy, más lento está el tráfico. Miro la hora impaciente, debí estar allá hace más de veinte minutos, no suelo ser impuntual, pero esta vez estaba demasiado entretenida con Gabriel como para recordar la hora. Luego de diez minutos aparece un autobús, y después de correr unos metros logro tomarlo, le agradezco al chofer y me siento en el primer espacio libre que veo, miro por la ventana rogando que el chófer acelerara, miro ansiosa mi teléfono, ya es media hora tarde, Aaron debe estar realmente molesto, era de las personas puntuales y exigentes, no le gustaban los errores. Luego de quince minutos llego a la biblioteca, busco a mi compañero de clase con la mirada, está en una de las ultimas mesas concentrado en los planos, tengo suerte si quiere hacer otro trabajo conmigo. Me abro paso entre los estudiantes de derecho que caminan memorizando frases con libros en las manos, me disculpo al chocar con un chico, que parece bastante molesto, me adelanto y recojo el libro del suelo, disculpándome una vez más.  -Aubrey... que alegría saber que venias en camino- dijo con sarcasmo. -Te lo compensare lo prometo- tome mi mochila buscando mis tiralíneas, maldición lo que me faltaba. -Toma los míos, comienza con los perfiles, yo terminare los planos pronto- asentí y tomando los lápices me senté a su lado. Aaron era uno de los pocos amigos que tenía, había dejado un compañero nada más, entre trabajos aprendí a conocerle, era honesto, un poco duro, pero le gustaban las cosas claras, creo que por eso me agradaba, trabajábamos bien, siempre obteníamos las calificaciones más altas, era inteligente y seguro de sí mismo, en esta carrera era un potencial esto último, nuestro profesor siempre dice: si no confías tú en lo que estás haciendo, nadie lo hará por ti, él lo tenía muy claro. Mi vida no tiene nada de entretenida, ni fuera de lo común, paso de la casa a la universidad y de la universidad a la casa, amigos no tengo muchos y de salir, es a sacar la basura o al cine, si ... triste, pero cada vez que pretendo salir a hacer cosas nuevas estoy muy cansada o tengo trabajos que terminar. Aaron termina la primera planta y está en la segunda, cuando yo aún estoy en el primer perfil. Me mira preocupado, sé que piensa que no alcanzare a terminar, tal vez no dormiría, pero lo lograría. Trabajamos toda la tarde, Aarón se fue un poco antes, había terminado lo que tenía que hacer y parecía bastante cansado. - ¿Estas seguras que lo terminarás? - me mira preocupado mientras toma su mochila. -Confía en mí, mañana nos irá excelente- -Confió en ti Aubrey, pero por favor no te distraigas, espero logres dormir algo - le sonreí amable, esperaba lo mismo. -Ya vete, buenas noches - se acercó a mí para besar mi mejilla. -Buenas noches Aubrey - se apartó y lo vi desaparecer por la puerta. Ya no quedaba nadie en la biblioteca y comenzaba a hacer frío, quizás era mejor irme a casa y continuar allá, además necesitaba café, el sueño ya comenzaba a molestarme. Tome los planos y los lápices de Aaron, los guarde en la mochila, no podía perderlos. Pedí un taxi, era demasiado tarde como para esperar un autobús. En la calle no había casi nadie, sólo un par de personas caminando de vuelta a sus casas y yo, con un rollo de planos bajo el brazo. El taxi no tardó en llegar y en menos de cinco minutos estaba en mi casa. Trabaje en la sala, mi habitación era demasiado pequeña como para trabajar en ella, sólo temía quedarme dormida, si tan solo dormida una hora no alcanzaría a terminar todo. Estaba terminando el último perfil cuando mi teléfono vibró, eran casi las tres de la mañana, no tuve que ver el teléfono para saber quién era. Gabriel: ¿Que me den? Aubrey. No me provoques, ¿que está mal contigo? Necesito escucharte, estoy jodidamente estresado, ¿puedes hacer algo por mí?
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