Intentando

1345 Words
No puede ser... ¿Que no era suficiente con todo este castigo que estoy cargando? ¿Tenía que aparecer delante de mí un completo idiota para fastidiar la poca paz que me quedaba? ¿A qué tarado se le ocurrió ponerme en el camino a este tipejo? - ¿Que acaso mi idea de vacaciones era esta? - Me pregunto a mí misma sentándome en el gran sofá n***o en la sala del departamento que alquilé y decoré cuando vine la primera vez. Si se preguntan qué es lo que estoy haciendo aquí, es simple, estoy intentando desviar mi atención de Nate Frost hacia algo que no tenga el logo "PROHIBIDO" por todas partes, algo así como vacaciones emocionales. Mi mente se ha vuelto algo enredada debido a lo que nos ha pasado últimamente. Nate y Ronnie son mis mejores amigos, mis cómplices, mis aliados, es por eso que haberme fijado en el novio de mi mejor amiga me ha dolido tanto... Si fuese cualquier otro hombre, al menos habría intentado luchar por él, pero se trata de aquel frío, perfecto e increíble hombre que me ha llevado a fantasear con él en más de una ocasión, así que ahora le ven lo malo a todo esto... Cuesta mucho quitarse de la mente a ese hombre en toalla abriendo la puerta de su departamento... Dios, si tan sólo hubiese una forma rápida para olvidarse de alguien... Mi mente nuevamente se nubla de recuerdos y sólo puedo romper a llorar porque ya no quiero sentir, no puedo sentir. Son las siete de la tarde cuando despierto de mi desgracia y recuerdo que debo comer o moriré de hambre. Hoy no almorcé, así que hago algo que me ayuda mucho, emocionalmente hablando... Me arreglo para verme bella. Me coloco un vestido blanco ajustado en la parte del pecho y suelto de la cintura hacia abajo. Tiene dos ligeros tirantes en los hombros y un cierre en el costado derecho. Unos tacones blancos acompañan mi atuendo y una chaqueta ligera junto a una bolsa del mismo color para intentar verme un poco decente. Me miro en el espejo y lo que noto es bastante agradable... Me veo increíble. Lo cual no es muy complicado ya que soy bella de nacimiento. Punto para mi por ser top. Camino hacia la puerta, pero antes de abrir coloco mi ojo derecho en la mirilla, no quisiera tener el desagrado de toparme con ese imbécil otra vez. Cuando noto que no hay moros en la costa, abro la puerta y me dirijo hacia el ascensor con todo el orgullo que mi belleza me permite. Saco mi teléfono y le mando un mensaje a Blake, con quién somos muy buenos amigos ahora, digamos que él se ha vuelto mi ángel de la guarda. WhatsApp de Alma: "Ya llegué al departamento y me quedé dormida, recién voy a salir a comer ¿Cómo están las cosas por allá? ¿Ya saliste de vacaciones? Ya sé qué vas a decir... Que no es asunto mío, pero para que veas que te tengo en mis pensamientos y que me importas, te estoy avisando, tonto." Me río de mí misma y subo al ascensor. A final de cuentas puedo decir que tengo en mi cartera todo lo que necesito para poder vivir y comenzar otra vez. Me siento en la mesa que tiene la mejor vista de la calle y sonrío tomando el menú para elegir qué voy a comer de todas delicias que este restaurant ofrece. Me gusta poder elegir algo rico y no solo ensaladas, pues en mi vida siempre he tenido que hacer lo que los demás dicen que es mejor para mí. Un ejemplo claro de eso es mi madre, quién siempre me enseñó cómo debía comportarme, cómo debía sentarme, comer y hablar, incluso lo que tenía que pedir, porque las cosas engordan, los platos no son decentes, no son para señoritas, o tienen muchos condimentos y calorías. Digamos que no le debo mi cuerpo a la genética, se lo debo al ejercicio constante que mis padres me obligaban a hacer, o a la estricta dieta que tenía que seguir. Siendo muy honesta, solo era yo misma cuando estaba con Ronnie, todo el resto del tiempo fingía ser alguien que no era, alguien que no quería ser, pero que debía porque sería una deshonra para mis padres no hacer lo que ellos me decían. Hoy que me encuentro sola puedo decir que es la primera vez que siento verdadera paz. Nunca antes la sentí, eso porque siempre debía hacer algo o resolver algo, no tenía un momento solo para pensar en mí. - Señorita, aquí está su jugo. - Una linda chica me trae el jugo de arándanos y frambuesa que pedí. - Muchas gracias. - Digo mientras ella me sonríe. - La comida estará lista en un instante ¿Desea que le traiga algo más? - Su pregunta me hace recordar a mi amiga, ella siempre atendía con una sonrisa en el rostro y la humildad a flor de piel. - No, muchas gracias, pero si gustas, una vez que acabe la comida me podrías traer la carta de postres, por favor. - Uno que otro dulce no me hará subir una libra ¿O sí? - Por supuesto. - Me dice sonriendo y retirándose para que yo pueda beber mi jugo, algo que puedo describir como una delicia. Y si, tenía mucha hambre. Cuando han pasado diez minutos recibo un mensaje, por lo que busco en mi bolso el teléfono y leo el mensaje. WhatsApp de Blake: "Que gusto que ya te encuentres instalada y disfrutando de tus vacaciones, y tienes razón, no es de tu incumbencia, pero gracias por preocuparte. Abbie manda saludos. Cuídate." Si, ese es Blake, pocas palabras, pero siempre el mejor corazón, aunque el muy cretino lo intente ocultar. No sé ni por qué estoy sonriendo, sólo sé que lo hago mientras bebo mi jugo cuando un hombre alto y vestido de n***o se coloca al otro lado de mi ventana mirándome fijamente. - Cuando camines por esta zona preocúpate siempre de tener cuidado. Todos saben ahora que tienes dinero por como te vistes. - Cuando miro al emisor de esas palabras, puedo ver al idiota parado frente a mí. - Digamos que no me interesa lo que suceda contigo, pero no disfruto de que le hagan daño a una mujer. - No te entiendo. - Digo mirando su expresión seria y sus ojos que apuntan hacia el hombre que está afuera. - No creas que me interesa estar cerca de ti, sólo te advierto que tengas cuidado con ese hombre. - Él comienza a caminar y yo me paro tomando su brazo. - Si estás tan ansiosa por tocar a alguien, te pido que no sea a mí. - Dice mirando su brazo y mi mano puesta en él. - Por favor... ¿Quién quiere tocarte? Eres demasiado desagradable como para que yo quiera estar cerca de ti. - Entonces ¿Qué desea la señorita? ¿O señora? - Habla con tono irónico y yo le sonrío con arrogancia. - ¡Idiota! Sólo digo que podemos comer juntos... - Bajo la voz en la última palabra ya que no me hace feliz tener que pedirle a este imbécil que me acompañe a comer, pero es un asunto de fuerza mayor, digamos que mi vida puede depender de ello y no voy a jugar con eso, créanme. Me amo demasiado como para ponerme en riesgo por nada. Claro, si fuese por la gente a la que amo, no tendría problema con eso. - No suelo comer con mujeres, mucho menos con mujeres odiosas como tu. - Me mira sin un dejo de emoción en su rostro. - Ni yo suelo comer con hombres tan imbéciles como tu. No sé en qué momento se me ocurrió esa ridícula idea. - Lo suelto molesta y él se sienta frente a mí. - Bien ¿Qué vamos a comer? ¡Ay, carajo! ¿Y a este quién diablos lo entiende?
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD