Viaje a través del infierno

783 Words
-¿No puedes hacer un favor desinteresado por la amiga de tu novia? -Yo no hago favores y menos gratis. -De acuerdo, ¿Qué quieres? -Quiero que me prestes tu cuerpo para poder entrar al cielo. -Es tan típico de ti. -Eso o no te ayudo. -Y, ¿por qué quieres ir al cielo? -Eso es algo que no necesitas saber. -Mejor olvídalo, lo encontraré yo sola-me aleje de él y me puse a buscarlo. El lugar estaba lleno de almas de personas siendo torturadas por demonios, eso me hizo sentir un poco de nostalgia, pero me alegraba haber renunciado a ser un demonio, esa ya no era vida para mí. -Miren quien regreso-escuche una voz familiar. -¿Aisha? -¿Quién más?-preguntó apareciendo en mi hombro con la forma de una serpiente.-¿te aburrió ser ángel y decidiste regresar?, no lo niegues. -No te emociones. No estoy aquí por eso, vine por alguien. -¿De quién se trata? Aisha era como mi mejor amiga en el infierno, siempre nos tocaba atormentar a los infieles y no podía negar que era divertido ver como se retorcían de dolor mientras ardían en llamas de fuego. Mi mente se estaba llenando de pensamientos impuros, era algo que ocurría si pasabas mucho tiempo en ese lugar, esa era una de las razones por la cual renuncie. Tenía que encontrar a ese inútil y salir lo antes posible. Aisha tomó su aspecto natural, el de una mujer demonio con cuernos, patas de gallo y alas de cuervo. -Te llevo solo porque te aprecio, sería bueno que te quedaras. Las cosas han estado muy aburridas desde que te fuiste. -¿Por qué lo dices? -Desde la noticia que le llegó a Lucifer, sobre la llegada de un nuevo portador. Ha estado loco por encontrarlo y siempre nos está fastidiando con eso. -¿Nuevo portador?, pensé que todos habían muerto. -Sí, pero apareció uno luego de cientos de años, creo que lo llaman, Humberto o Alberto o algo así. -¿Humberto? -Sí, ¿lo conoces? -Algo así. Con eso lo entendí todo, los portadores eran humanos que nacían cada cierto tiempo, ellos mantenían el equilibrio entre el inframundo y el mundo de los humanos. Lucifer lo quería para que abriera todos los portales de la ciudad. Por eso me enviaron a protegerlo. -Qué tal si lo conociera, ¿qué pasaría con eso? -¿Está aquí?, ¿es la persona que buscas? Asentí temerosa y le supliqué que no se lo dijera a nadie. -Tu secreto está a salvo conmigo y, ¿qué crees?, sé exactamente dónde está. -En serio, ¿dónde? -Te llevaré allí. No estaba segura si debía confiar en ella. Aunque haya sido mi amiga, seguía siendo un demonio y ninguno de esos seres, eran de fiar. Aun así, necesitaba su ayuda, el infierno era tan grande que me iba a resultar imposible encontrarlos sola. Aisha me llevó hacia el altar de sacrificios donde llegaban todas las almas de personas y animales que habían sido sacrificados en alguna clase de ritual. Lo vi en el centro de un pentagrama rojo siendo observado por algunos demonios. Lucifer caminó hacia él y colocó la mano en su frente. Los ojos de Humberto se tornaron blancos y una fuente de luz en forma de cruz se formó en su pecho. -Vamos, hazme salir de aquí-dijo sin dejar de tocar su frente. Lucifer quitó su mano al sentir una corriente eléctrica recorrerle el cuerpo, y la luz que provenía del pecho de Humberto se apagó. -No me sirve, ¿por qué? En ese momento, Aisha se transformó en serpiente y saltó sobre mí y me mordió el cuello provocando que cayera por un barranco. Choque contra el suelo y queda inconsciente. Cuando desperté, me encontraba recostada sobre el mismo pentagrama donde habían colocado a Humberto. Estaba rodeada de demonios y justo frente a mí estaba el mismísimo rey de los demonios. -Es un gusto tenerte de regreso Angie, ¿a qué debemos tu visita? -¿Dónde lo tienen?, ¿qué hiciste con él? -Está bien si es lo que preguntas, contigo aquí, ya solo me falta un objeto más para abrir todos los portales. -¿No te basta conmigo?, con mi cuerpo puedes entrar y salir cuando quieras, ¿no te basta con eso? -No es suficiente, también necesito el cabello del ángel más puro. -Alice. -Sí y tú me vas a ayudar, dándome tu cuerpo. -Eso nunca va a pasar, prefiero que me maten antes de hacerle daño a Alice. Tres demonios me sujetaron mientras Lucifer caminaba hacia mí. Mi vista se nubló y de pronto todo se volvió oscuridad.
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