1 | Amor mío

2994 Words
NAILA VILLASMIL Dejo las botas marcadas en el asfalto abarrotado de nieve, me caga el frío que hace en Polonia y no me detengo ni aunque me castañeen los dientes por la inhumanidad del clima. No he avanzado tanto para detenerme a nada de encontrarme por fin con Santino Rinaldi, aunque probablemente me claven un tiro en la cabeza por llegar de sorpresa y sin invitación a la reunión anual. Definitivamente una falta de respeto. Vincenzo fue bastante explícito con sus indicaciones, y no es que confíe del todo en el Rumano viudo mal encarado que me topé en París, pero llevo más de un año trabajando hombro a hombro con él, de quererme enviar al matadero lo habría hecho antes y no ahora. No tengo miedo, no siento más que rabia, impotencia y dolor por lo que hicieron con mi tutora, la mujer que me tendió la mano desde que notó mis capacidades en la base de Roma y me pulió para convertirme en la calidad de agente que fui, soy y seré. Y la voy a encontrar, donde sea que el maldito hijo de puta de Spence la haya metido. Tengo el cabello recogido en una trenza larga y desprolija que guarda toda la suciedad acumulada desde que emprendí el viaje a mi única oportunidad para conseguir ayuda; a lo largo de estos meses en los que he tenido que esconderme de la SIPM por haber sido expulsada y puesto a la orden de búsqueda y captura no he hecho más que correr de un país a otro y esconderme. Llevo en la espalda mi orientación política y la lealtad hacia Makli, después de la misión en Japón en la que casi me matan todos los aliados de mi jefa desaparecieron misteriosamente o simplemente entregaron sus cargos para largarse lo más lejos posible de todo lo que tuviese que ver con el sistema judicial, otros la traicionaron. Supongo que los tentáculos de Massimiliano Benedetti desde el más allá lograron maniobrar a través del payaso de su medio hermano. Antes de iniciar el enfrentamiento en Japón ya sabía que esa batalla tenía un bando ganador, una victoria muy clara. Lo supe desde el primer momento en que pisé la base, porque no conecté con ningún agente ni coincidí con algún colega que tuviese esa sed de justicia y lealtad, todos se veían falsos, hipócritas. Sin embargo, me fui al destino indicado por Makli, con la fe de que tal vez entre las dos lograríamos que se llevara a cabo el plan tal y como fue creado. Pero ya en el campo de batalla y con la explosión causada por el grupete de delincuentes entendí que si me quedaba moriría. Y escapé. Esperé a Makli en el lugar acordado, pero nunca llegó. Incluso, intenté tomar el control de la base en Pekín para presionar por información, necesitaba conocer el estado de mi superior y jefe. Pero el director de la sede lo restableció y a mí me dieron un disparo con el que me pusieron a dormir por cuatro años y medio. Al despertar del coma, me ví rodeada de guardias y supe de inmediato que debía salir del hospital o viviría encerrada por el resto de mis días, si es que no me mataban. Spence siempre tuvo todo fríamente calculado, desde la caída de su jefa hasta su posicionamiento como director Mundial del SIPM. Salí de Italia como pude. Si en un año los cambios dados son significativos, imagínense en seis años. Todas las personas que conocía, las cuales podían ayudarme a encontrar Makli ya no estaban. Me hallaba en medio de la nada, sola. Entonces recordé aquella conversación que tuve con ella, misma por la ahora estoy aquí: con el culo en Polonia, un pie casi en el más allá y un atisbo de fe. —Jefa, pero... ¿Ese odio desmedido hacia su sobrino no le parece algo sin sentido? Todavía recuerdo la mirada enfurecida que me dió, lo rápido que pasó de estar serena a endemoniada. —Ese hijo de puta no es mi sobrino —Tragó saliva con las fosas nasales dilatadas—. La familia no se traiciona entre sí. Por muy mala que sea tu relación con la gente que lleva la misma sangre que tú, nunca les das la espalda ni los jodes. —Perdón, Makli, pero... Tu quieres matar a un sujeto que lleva tu misma sangre. Me parecía ilógico lo que escuchaba salir de su boca, era una completa contradicción. —¿Tienes alguna idea de la información a la que él y sus jodidos amigos accedieron cuando robaron los archivos secretos? Niego. —Hay cosas contra las que no puedo luchar. Dirijo el SIPM, pero todos mis movimientos vienen de órdenes superiores, yo no tomo todas las decisiones —Por primera vez la ví preocupada—. Existe una mafia mundial en la que gobiernos de muchos países, incluyendo el nuestro, están envueltos. »No imaginé lo grave que era hasta que me citaron a mí para recibir los mapas con entradas y salidas secretas que debía despejar para que se pudiera transitar con la mercancía, su mercancia. Literalmente es un jodido mapa con caminos y rutas que nadie sabe que existen. Fui yo misma a resguardar el paso con cinco agentes de confianza y colapsé con lo que ví. Me le quedo viendo, no entiendo un carajo. El tráfico de drogas es un delito grave, pero no para entrar en shock. —¡Había niños! —Y se le escapan las lágrimas—. Niños de todas las edades y mujeres. Tenían una maldita granja humana, ellos eran la mercancía ¡Yo no estudié ni me preparé para hacer y ser esto! Se supone que mi deber es velar por la seguridad, cuidar de la ciudadanía... Se le quiebra la voz y yo no reacciono. —Carajo —Si está grave el asunto. —Esos archivos con pasadizos, rutas y caminos con mapas adjuntos tienen un acta de confidencialidad firmada en la que yo me hago responsable de cualquier alteración sistemática. Y Massimiliano accedió a esa información. —¿Guardó copias? —No lo creo, han pasado años desde que fue expulsado. El verdadero problema con él es que le ha sacado provecho a esas rutas y caminos, robando todo el material denunciado a nivel mundial. Reliquias de la humanidad, joyas, cuadros... ¡Es él! Era una completa locura lo que decía. —¿Estás segura de que... es él? —Ese tipo es un genio, Naila, sabe que yo sé lo que hace, y sabe que no puedo acusarlo directamente con las pruebas que tengo porque me hundo yo también. Ha estado haciendo y deshaciendo por años, sabe que estoy de manos atadas. —¿Y si esa gente se entera que hay una tercera persona usando sus rutas para sacar objetos robados? Ella sonrió. —Ya lo saben, Massimiliano es parte de la Soccieta Magiore, el trafica y roba para los jefes mayores de la pirámide. Creen que yo lo ayudé, pero la mafia no es lo que me preocupa. Se queda callada pensando. —Son los otros entes judiciales —Capto su preocupación—. Que puedan descubrirlo a él y conectarlo contigo. Porque Makli a pesar de todo le debe resultados a otros entes de seguridad nacional y mundial. —Tengo que matarlo, Naila. Él representa un peligro para mí. —¿Qué pasa si algo se sale de control? Guarda silencio, no me gusta la expresion que hace. —Tengo un amigo que... —Suspira—. Se llama Vincenzo. Si algo sucede conmigo él podrá ayudarte a que no puedan ubicarte. Soy la mano derecha de Makli Benedetti, por supuesto que lo que sea que suceda con ella me salpicará a mí. —Esperemos no tocar esa tecla, porque eso solo significaría una cosa: que todo salió mal. Aún así, hay favores que tengo guardados y en espera por cobrar, él lo sabe muy bien y podrá ayudarte a cobrarlos —No digas eso. —Tenlo muy presente, Nai. No sabemos lo que pueda suceder a futuro. El frío hace que mis dientes castañeen y sólo me detengo porque un soldado Polaco me clava el cañón de su AKM en la sien. Todo está militarizado en Varsovia y huele muy mal aquí desde que Rusia, Italia y Polonia se aliaron en contra de Estados Unidos e Inglaterra para iniciar una guerra nuclear con las malditas Nefitas que el cabeza de los Benedetti robó para el antiguo líder de la mafia roja. El caos se apoderó del mundo desde entonces y aunque los tratados de Paz y organizaciones del mundo alzan las banderas blancas para evitar enfrentamientos, Vincenzo me contó que muy pronto el fin de todos los tiempo empezaría gracias a la Mafia, porque solo de esa forma podrían establecer el nuevo orden mundial. No me muevo, el soldado dice algo que no entiendo, parece un papiamento nuevo. Si pestañeo capaz y me vuelan la cabeza, y no he venido tan lejos para morir a manos de un subordinado. Estoy aquí porque sé lo que estoy haciendo y lo que espero conseguir. El grito de llamado que emite me oprime el pecho. No me voy a dejar matar tan fácilmente, al menos a éste me lo bajo. Varios militares se desplazan hasta nuestra ubicación y la nevada no se detiene con nada. Maldito frío que me tiene con las articulaciones tiesas. Vuelve a decir algo mientras que el resto de los soldados me apuntan y yo levanto las manos lentamente, dejando claro que no traigo armas ni he venido a atacar. —Pesochnyye chasy —«Reloj de Arena» Dentro de la mafia cada integrante tiene un nombre clave, Makli era "Reloj de Arena". Vincenzo dijo que apenas me topara con hombres Rusos, militares o tipos del bando de Rinaldi recitara la frase que me sacaría de apuros y que me dejaría del lado neutro del campo de batalla. Sola no he logrado nada, puro dar vueltas en círculos, huyendo de la ley. Necesito ayuda y unirme a cualquier grupo de la pirámide es un enorme avance. Mi jefa dijo que le debian favores, y Vincenzo me reveló que la mismísima Mafia era quien debía pagar por todas las ayudas dadas. Ahora es momento de cobrarlos. *** FRANCIS RIVERA La reunión se torna fastidiosa, vine solo para chequear que mis entradas y enlaces se mantuvieran en orden. A solo un año de la muerte de mi marido me he convertido en la patrona y dueña absoluta de su construcción creativa, con la cual aprendí a dirigir viajes y búsqueda de mujeres que sirvan para el mercado. A mis casi cincuenta y dos años, y después de todo lo vivido me convertí en una mujer de altura. No me tuve mucha fe debo confesar, pero aquí estoy. Santino me observa aburrido, no era necesario que alguno de los dos viniera a Polonia, pero por temas de protocolo ambos cogimos el primer avión con todo nuestro equipo ejecutivo. La falta de emoción merma con la aparición de soldados Polacos, los cuales traen a una mujer consigo siendo apuntada. Si la pobrecilla pensaba colarse en una reunión tan privada como esta no le doy más de diez minutos viva. Es mejor que tenga una buena excusa para estar acá. Estamos en territorio rojo, es el jefe de la mafia roja quien apunta a la mujer y anuncia su sentencia de muerte cuando le quita el seguro al gatillo. —Dice que es Reloj de Arena —Habla el capitán de grupo. —Pesochnyye chasy —Dice la mujer. De hecho lo repite varias veces, medio nerviosa. Reloj de Arena era aquella mujer de aspecto lésbico que dirigía el SIPM. Nunca más supe de ella, solo que perdió su puesto. La chica alza la barbilla y vuelve repetir el nombre con el que cambia la dirección de su historia, porque el asesino de casi un metro noventa baja el arma y ordena que la suelten. —¿Te envió Vincenzo? Asiente la pelirroja. —Estoy aquí porque necesito ayuda. Makli Benedetti fue secuestrada por la SIPM durante el rescate de Biana Torres en Japón. Volteo a ver Santino que ni se inmuta. ¿Acaso escuché bien? —Makli dijo que la pirámide le debía favores —Por supuesto que sí, la ex directora de la SIPM está tan encochinada como todos aquí, tapando barbaridades y alterando resultados de sus misiones para salvarle el culo a Rinaldi por lazos internos. Pero en fin, no me interesa esa zorra ni el Don de la mafia italiana ahora. Me interesa el nombre pronunciando anteriormente. —¿Biana Torres has dicho? —Interrumpo, dando pasos hasta ella. Quedo al lado del jefe de la Bratva esperando que alguien responda. —Sí, señora —Confirma. Tanto tiempo alejada de mi hija para evitar ponerla en peligro, la abandoné, fingi que no existía, traté de olvidarla porque siempre creí que yo le hacía mal y, todo valió una mierda, al final terminó en el peor lugar existente para una mujer. Me doy la vuelta, ya he terminado aquí. —¡Francis! —Me llama Santino. Pero lo ignoro a él, a mi mano derecha que trata de razonar conmigo para que no abandone el lugar y a todos los demás que me ven partir. Debo volver a Ciudad de México para poner a toda mi flota en la búsqueda de mi hija, la cual necesita saber que su madre sigue aquí y que aunque llegó años tarde a su rescate pondrá todo lo que necesite a su disposición para reventarle la vida a todos los que la metieron en ese destino cruel del que por suerte salió con vida. Maldigo a la vida por hacerle eso a mi pequeña niña. Nunca pude sacarla de mi cabeza, aunque la abandoné. Y cada día me recrimino el no haberla buscado para tenerla conmigo. Escupo al suelo antes de subir al vehículo que me espera afuera. Nada se va a quedar así. *** Aurela Santorini es la culpable entonces. Pero ya está muerta. A penas toqué el suelo mexicano me puse manos a la obra. —Tuvo un romance con el difunto Benedetti y acabó en Japón —Pepe asiente, es toda la información que tenemos. No sabemos dónde está ahora ni con quién, solo que mi padre está muerto y que al parecer mamá sigue viva. Papito, perdona por no ser la hija que merecías. —Quiero que la consigan ya —Concluyo, enojada y de mal humor. Si tengo que armar una maldita revolución en la que tumbe cada trono entonces con gusto lo haré. —Mi amor, pero respira profundo —Mi nuevo amante, Gustavo Perdomo, señor y padre del Cartel Girasol levanta su mano para acariciar mi mejilla—. Te prometo que vamos a encontrar a tu hija. No le presto atención y le pido amablemente que se retire de la habitación. Mi hija que es una pobre inocente, ingenua y tonta tuvo que pasar por esa mierda, mientras que yo me daba la gran vida desconociendo la agonía que vivía en mis narices, en uno de los negocios que dirijo. Yo sí que he tenido suerte en la vida. Pasé de ser una indigente que se prostituía por droga a ser la puta de mi ex marido, que en paz descance, Nestor Rivero, y posterior a ello: a ser la dama de Mexico. Él me salvó y yo a él, porque dejó de ser un vulgar proveedor pequeño para convertirse en lo que fue: El amo de Latinoamérica. Agarró al gobierno por la barba en su momento y yo me posicioné con mi ramificación y dirigencia como "El jefe" de la red de trata de blancas y tráfico de órganos a nivel mundial. Con su muerte yo heredé todo, ahora soy la Doña de Latinoamérica. Mis alianzas con las distintas mafias mundiales me dejan muy bien parada, no tengo nada que ver con drogas, armas o robos de patrimonios. Solo me encargo de alcanzar tanto poder como pueda, sin importar los daños causados a terceros. —Quiero reunirme con Spence —Suelto. Pepe asiente. Si alguien sabe dónde está mi hija es ese infeliz, la gente del SIPM fueron los últimos en verla con vida. —¿Que piensas decirle al nuevo director de la SIPM? —La risotada que suelta mi mano derecha me malhumora más de lo normal. —Si Massimiliano Benedetti fue el que metió a mi hija en ese mundo sucio y murió, le heredó sus estupideces a alguien ¿No? —Doy vueltas por el despacho—. No lo puedo matar ya, pero puedo acabar con cualquiera que lleve su sangre. —No creo prudente que te enfrentes a Spence Lombardo, te recuerdo que está muy bien conectado ahora. Tiene razón, me dejo llevar por la ira frecuentemente y termino cometiendo errores. Cuánto extraño a mi marido, el hombre más inteligente que he conocido y el único que me hacía ver qué sus estrategias eran las mejores. ¿Que habrías propuesto, amor mío? «Entra a su territorio, y destrúyelo desde adentro» Casi puedo escuchar su voz. —Retírate, Pepe. Cuando sepas algo nuevo de Biana me lo comunicas. —De acuerdo. Y se va. Mi pequeña niña, todo lo que te ha sucedido es mi culpa ¿Tendré los cojones de estar frente a ti para pedirte perdón, o seguiré fingiendo que nunca te tuve? Enciendo un cigarrillo y el vibrador con el que recuerdo cada día a mi ex marido. Oh, amor mío. Si no me hubieses engañado estarías aquí conmigo ahora, y vivo. Cuánta falta me hace escuchar su voz. ******** Oficialmente estamos de estreno ¡Yei! Y desde ya coloco orden en la pea: ⚠️Actualización todos los lunes a las 7:00 pm hora Vzla⚠️ ¡Espero que les haya gustado el capítulo! Nos leemos❤️
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