ZAYN Me encontraba en mi cuarto, con los libros abiertos sobre el escritorio, aunque en realidad llevaba un buen rato sin leer nada. Solo pasaba la pluma por encima de las hojas, dibujando rayas y círculos, como si así pudiera engañarme a mí mismo de que estaba estudiando. No lo estaba. Mi cabeza andaba en otro lado: Amaya, la beca, los planes que todavía no sabíamos si se cumplirían o se quedarían en una lista arrugada. Tres golpes sonaron en la puerta, suaves, como si el que estuviera del otro lado no quisiera interrumpir. Me quité un audífono. —¿Puedo pasar? —era Elías. Eso ya me pareció raro. Normalmente entraba como huracán, sin aviso, con la lengua por delante y el celular en la mano. —Sí, pásale —dije, medio curioso. Entró despacio, las manos enterradas en los bolsillos, los h

