Al amanecer, Aaron regresó a su mansión. Entró a la ducha, el agua fría intentando calmar la fiebre de su piel. El lobo estaba en calma, pero solo porque había saboreado a su Luna a través del vínculo mental. Se vistió con su traje de tres piezas. El CEO de Black & Co. se miró en el espejo, pero lo que vio fue un Alfa al borde de la guerra. Sacó su móvil y llamó a Sofía. —Sofía. Necesito que hables con tu hermana. El contrato de adquisición de Black & Co. con la empresa de materiales preciosos debe cerrarse hoy. Y necesito que ella, Becca, lo haga conmigo, a solas. —Pero, señor Black, ese contrato está casi listo… —Lo sé —su voz era dura, cortante—. Pero hay cláusulas de último minuto que solo ella puede revisar. Y quiero que sea en mi casa. Esta noche. Sofía, sintiendo la autori

