Angor quería ofrecer a Sajir una oportunidad, la oportunidad de manejar su propia Empresa.
Desde el momento en el que él se dió cuenta que Sajir era un marginado de su propia familia, había tomado la decisión de ayudarlo, después de todo, esa Empresa lo había fundado con la madre de su hija, así que lo más lógico iba a ser que ella fuera la dueña de ese negocio, habia llegado a esa conclusión.
Al terminar la cena de esa noche, le dijo a Sajir que se vieran al día siguiente, por lo que Sajir aceptó con gusto.
Por la noche, al volver a casa, Sajír se llevó a su pequeño hijo a su habitación, lo bañó y lo arropó, no le era tan fácil hacerlo, pero estaba dispuesto a aprender de la rutina diaria.
El pequeño Baruc le dijo a su padre.
—Papá, ¿amas a mi madre? —Sajir quedó por un momento petri
