Sin más la puerta se abrió y apareció Azgar junto al hombre alto y de presencia arrollador. Sajir Bruno.
Tanto la mirada de odio de Luana como Dorothy se torcieron, sus ojos no escondían la rabia plasmada en sus caras ladeadas.
—Buenas noches, Azgar, bienvenida —Dijo el padre de Azgar abrazándola a la chica que traía un vestido n***o en cuello uve, traía una gargantilla fina, el cual el propio Sajir se lo había puesto antes de salir de la casita.
Su cuello blanco contrastaba muy bien con el color opuesto de su vestimenta, sus claros ojos parpadearon con algo de nerviosismo al ver a su madrastra y hermanastra.
—Hola Señor Bruno—Saludó Angor a Sajír mirándolo de pies a cabeza.
El padre de Azgar miró rápidamente al pequeño Baruc sonriéndose con él, quería agradarle al pequeño.
—Papá...
