CAPITULO 1
—¡Eres una maldita perra! — le grito su esposo a Eliza mientras la tomaba por el cuello y la estrangulaba.
Eliza solo trataba de alguna manera escapar de su agarre y librarse de la ira del hombre que tenía frente a ella.
—Su… suéltame porrr favor. — le dijo con ojos suplicantes mientras perdía el aliento, pero él no parecía que fuera a ceder y cada vez más apretaba su agarre.
—Andrew cariño déjala, no puedes matarla, tu abuelo se va a enojar si eso pasa. — le dijo su amante mientras se mofaba del sufrimiento de Eliza quien se encontraba desprotegida y bajo las garras de Andrew.
De pronto él fue cediendo y la libero. Pero no la dejo libre del todo hasta que le propino una bófeta.
—Quiero que te quede claro que si vuelves a hacer lo que hiciste otra vez no tendré misericordia contigo. — él le dijo antes de irse del brazo con su amante.
Eliza se dejó caer en el suelo de su cuarto mientras las lágrimas brotaban de sus ojos y rodaban por sus mejillas.
Andrew estaba enojado porque ella había ido a visitarlo a la empresa. Él siempre ha sido violento desde que se casaron, pero nunca había sido de esa forma con ella.
¿Cómo demonios ella llego a esa situación? Se pregunto mientras se limpiaba las lágrimas y se volvía a meter en la cama.
Los recuerdos de cómo había terminado casada con el hombre más cruel que había podido conocer invadieron su mente.
Ella y su prima habían sido invitada a una cena en casa de la familia Hamilton, su prima estaba emociona ya que se trataba de una de la familia más prominentes de la ciudad, y el nieto de del patriarca de la familia siempre ha sido considerado como un hombre bastante guapo y el soltero más codiciado de la ciudad.
Todo iba muy bien y su familia fue muy bien recibida en la casa, por lo que las dos se sintieron en confianza y disfrutaron de una agradable velada. Mientras las dos paseaban por el jardín de la mansión su prima la había dejado sola y se había desaparecido en un momento de la noche, preocupada ella la busco, y luego de dar vuelta por el lugar a lo lejos la vio besando a un hombre el cual resulto ser el joven de la familia.
Era de suponer que su visita de esa noche a la casa de la familia era debido al interés que la tenía por su prima y toda la familia había sido invitada para su abuelo conocerla. Esa noche toda la familia se quedó a dormir en la mansión. Pero al día siguiente cuando ella despertó tenía a su lado a Andrew Hamilton, él estaba completamente desnudo al igual que ella.
Cuando se dio cuenta de lo que sucedía y de que había perdido la virginidad esa noche, quiso salir de la cama y esconderse, pero Andrew había despertado y la había visto ahí a su lado y sin ropa.
—¿Qué fue lo que sucedió? — dijo agarrándose la cabeza del dolor y dándose cuenta de que no se encontraba solo. Eliza no contesto a su pregunta y solo se lito a mirar hacia abajo sin decir nada. El la miro por un rato y se dio cuenta que era la prima de melisa.
—Eres la prima de melisa. — le dijo con un tono de desaprobación en su voz
—Si — ella le contesto, pero el simplemente se incorporó y se cubrió con la sabana.
—¿Por qué esta en mi cuarto? — le reclamo.
—Este es el cuarto donde me dijeron que me podía quedar. — le contesto ya que la sirvienta que tenía que llevarla al cuarto donde dormiría la había llevado ahí.
—No sé qué fue lo que sucedió anoche, pero espero que nada de esto salga a la luz y todo se mantenga entre nosotros, si lo que quieres es dinero te daré lo que me pidas.
Eliza sin embargo estaba avergonzada y no podía dar crédito a su actitud y a como él la había tratado en ese momento, como si fuera una mujerzuela que solo busca dinero.
Andrew se vistió y antes de irse dejo una fuerte cantidad de dinero en la mesa de noche para Eliza, ella solo seguía en silencio sentada en la cama. cuando Andrew quiso salir del cuarto y abrió la puerta se encontró a su abuelo de pies frente a él, en ese momento un escalofrío atravesó su cuerpo y supo que tendría grandes problemas, pero la situación se complicó aún más cuando Eliza se asomó para ver que sucedía y su abuelo se dio cuenta de que ella estaba ahí con él y que evidentemente habían pasado la noche juntos.
—Eres un canalla, ¿Cómo te atreves a poner en vergüenza a la familia? — le dijo el patriarca de la familia quien evidentemente está enojado y decepcionado de quien se supone será su heredero.
—Abuelo de jame explicarte. — le dijo con desesperación. El abuelo de Andrew enojado entro al cuarto de hotel y Eliza corrió al baño y ahí se escondió.
—¿Me pregunto cuando es que vas a madurar y dejar de ser un irresponsable? — le dijo su abuelo enojado cuando ya estaba en el cuarto.
—Abuelo todo esto es un mal entendido no veo por qué razón yo tengo que casarme con esa mujer. Además, no cualquiera puede ser la señora de la familia Hamilton — él le dijo tratando de evadir su enojo.
—Acaso crees que me vas a lograr convencer con eso, todo el mundo en esta casa sabe que amaneciste con una mujer y el buen nombre de nuestra familia está en juego.
—Abuelo soy un hombre joven y con necesidades, es obvio que salga con algunas mujeres.
—Entonces te diré, que desde este momento debes de casarte o ya no serás mi heredero y te voy a destituir como presidente de mi compañía. — le dijo el anciano enojado.
—Me voy a casar. — le dijo asustado por la decisión de su abuelo de quitarle todo. — pero sabes bien que esto lo hare en contra de mi voluntad y que me está haciendo casar con una mujer a la cual no amo.
—El honor de la familia debe de estar primero que el amor y tú tienes que hacerte responsable de tus actos. — le dijo mientras Eliza escuchaba toda la conversación desde el baño.
El abuelo de Andrew siempre ha sido un hombre conservador y estricto con los estándares de una familia aristocrática y conservadora, por lo que había obligado a su nieto a casarse con la mujer con la cual había pasado la noche. El no permitiría que su familia estuviera en boca de todos y mucho menos permitiría que se esparciera el rumor de que su nieto se aprovecha de las mujeres.
La familia de ella estuvo de acuerdo con su matrimonio, pero su prima quedo resentida con ella, porque el hombre que ahora era su esposo originalmente estaba comprometido con ella, desde ese día ella se convirtió en su enemiga y su relación nunca volvió a ser igual.
Y fue así como Eliza se convirtió en la esposa de Andrew Hamilton.
Lo que debería ser la mayor felicidad para cualquier mujer, para Eliza se convirtió en un calvario, ella se había casado con el soltero más codiciado de la ciudad, pero, sin embargo, Andrew no la ama, él la odia como a ninguna mujer en el mundo, su existen es como una maldición para él, nunca la podría amar y nunca le perdonaría que ella se hubiera interpuesto entre él y melisa la mujer que el de verdad ama.
Desde que se casaron el casi nunca pasa las noches en la casa, su cama siempre estaba fría y vacía, lo que hacia su matrimonio más miserable con el solo hecho de pensar en donde se podía encontrar él en ese momento, ya que ella no disfrutaba de sus caricias y mucho menos escuchaba de él palabras hermosas.
Su actitud al él despreciarla desde un principio debió de ser más que una clara señal para ella del patán que era y nunca debió haber aceptado ese matrimonio. Pero su familia insistió en que debían aceptar la propuesta de matrimonio. Lo que nunca se imagino fue que su prima en la que tanto confiaba y consideraba su amiga se convertiría en la amante de su esposo y ahora tenía que compartirlo con ella.
Después de lo sucedido Andrew no había regresado a la casa, por lo que se imaginaba que él se había quedado en la casa de su amante o más bien en la casa de melisa su prima.
Hoy Eliza había decidido ir a ver al médico, porque se ha estado sintiendo terrible desde hace un tiempo, así que se había hecho un cheque de rutina y en este momento estaba esperando a que le entregaran los resultados de los análisis que su doctor le había mandado a hacer.
—Señorita Harris, puede pasar el doctor ya tiene los resultados de su análisis. _ le dijo mientras abría la puerta para que ella entrara al consultorio.
—Doctor ¿Qué es lo que me sucede? — le pregunto preocupa al doctor cuando entro ala consultorio.
—Tengo que felicitarla está usted embarazada. — le dijo el doctor y en ese momento sintió como su mundo se derrumbará a sus pies, ¿Cómo le diría a Andrew que esperaba un hijo suyo si él la odiaba?
Angustiada y desesperada al no saber cómo enfrentaría esa situación. Ella regreso a la casa que compartía con su esposo.
Varias veces intento llamarlo, pero cada vez que marcaba su número simplemente desistía y volvía a replantearse si era buena idea decirle que esperaban un hijo. Almada de valor decidió dejarle un mensaje con la esperanza de que él lo viera.
Andrew necesito que hablemos, por favor trata de venir hoy a la casa.
Le escribió, pero no obtuvo ninguna repuesta, así que llegada la noche decidió prepararse he irse a dormir ya que su esposo como las demás noches no vendría a casa.
Pasaron tres días y Andrew no había regresado a la casa, el simplemente la había ignorado por completo como siempre lo hacía. Eliza para entretenerse trataba de hacer cosas que la mantuvieran ocupada, y parte de eso era estudia de manera virtual y a si invierte su tiempo en algo productivo.
Esa noche se fue a la cama sin la esperanza de que Andrew volviera a la casa, pero sorpresivamente él había llegado y estaba de pies frente a ella, con un fuerte olor a alcohol.
—Andrew llegaste. _ le dijo ella, pero él no se molestó en dirigirle la palabra
Sin decir una sola palabra y con una sonrisa perversa que lo hacía a un más atractivo él se quitó la camisa y se abalanzo hacia la cama y la acorrala, él sostuvo sus brazos a cada lado de su cabeza y lo presionaba contra la cama para que ella no se soltara de su agarre.
—Por tu culpa y por tu avaricia estoy atado a este maldito matrimonio — le dijo lleno de furia y enojo.
—Andrew yo.
—¡Cállate! Y no digas nada, no quiero escuchar tu despreciable voz. — le dijo lleno de ira. — hoy te voy a complacer y te voy a dar lo que has deseado desde que nos casamos. — le dijo y luego le quito la ropa que traía puesta para luego de forma violenta hacerla suya.
—Eres despreciable, todavía me pregunto cómo demonios caí en tu trampa. — le dijo Andrew mientras se ponía de pies después de haber tenido sexo con ella. Eliza como siempre se quedó en silencio mientras él la insultaba.
Y el simplemente se fue y la dejó ahí llorando. Preguntándose que había hecho para merecer esa vida.