La oscuridad que envolvía a Sky era sofocante, como una marea incesante que la arrastraba hacia un abismo del que no podía escapar. Sentía cómo las sombras se infiltraban en su mente, ahogando cada pensamiento de luz, cada recuerdo de esperanza. La frialdad de la oscuridad la envolvía, haciendo que su cuerpo se sintiera pesado y su voluntad más débil. Kai la observaba desde las sombras, su presencia dominante e inescapable. Había una frialdad calculada en sus ojos, una satisfacción oscura al ver a Sky luchar, sabiendo que cada segundo que pasaba la acercaba más a su derrota. —Sky, querida —dijo Kai, su voz deslizándose como un veneno suave—. Ya probaste el poder de las sombras una vez. Lo viste cuando el ave fénix te mostró ese nuevo poder. Sabes lo tentador que puede ser, lo fácil que e

