CAPÍTULO 6

2276 Words
Capítulo 6: Dulces sueños. El viaje no fue tan largo como creí que lo sería y una vez llegamos al instituto pude divisar a mis amigas en el estacionamiento con sus novios seguramente esperándome. Bajé del auto y mis amigas voltearon a verme. —Hola chicas —sonreí de lado. —Wow, que linda te vez —habló Eli con una gran sonrisa, luego su mirada se dirigió a mi padre y lo miro con confusión— emm Director Edward, ¿vienen en el mismo auto? —Preguntó incrédula— ¿es una clase de castigo por mal comportamiento a mi mejor amiga? por que déjeme decirle que eso no es algo normal... —Eli— la interrumpí— no es ningún castigo. Yo de hecho tengo que confesar algo —solté— Nunca se los dije y perdonen… pero el director Edward es mi padre. —Los cuatro me miraron con un gesto de confusión. —Creo que es más creíble —John habló— si dices que tienes un amorío con el director. Levanté una ceja claramente ofendida. —No te excedas bebé —negó Micka— es más creíble el hecho de que es su padre… pero espera… ¿Se puede saber por qué rayos nosotros no lo sabíamos? —Tiene sentido, los dos se apellidan Black... —Luke comentó pensativo— Que idiotas, como no nos dimos cuenta antes. —La amistad de su hija nos da privilegios ¿cierto señor Edward? —Eli colocó su brazo en el hombro de Edward tratando de convencerlo, luego de eso mi padre tomó la mano de Eli como si le incomodara y la quitó de su traje para luego tallarlo como si estuviera sucio. —Lamento decirle que no, señorita Elizabeth y no soy señor Edward, sigo siendo su director —se dirigió a Eli y luego miró a John— y en cuanto a usted si no quiere ir a detención por un mes no me falte el respeto diciendo que tengo un amorío con una alumna y mucho menos con mi hija. —Disculpe director Edward —levantó las manos apretando los labios en un intento de ocultar una sonrisa. Comencé a reírme y mi padre volteó a verme con una ceja en alto. Yo levanté mis manos pidiendo paz y no dijo nada. Después de eso todos nos adentramos al instituto y nos dirigimos al gimnasio. El lugar estaba decorado con telas, sillas y un pequeño escenario improvisado y un telón de color rojo que cubría algo tras él. Algunas personas ya se encontraban sentadas, yo tomé asiento a un lado de Eli y Micka y mi padre se sentó un poco más en frente, en un sitio que al parecer se encontraba apartado para él. Luke y John se sentaron cada uno a un lado de sus novias. Minutos después el lugar se llenó y alguien dijo unas palabras, después llamó al director al escenario, él se levantó de donde estaba sentado y una vez en el escenario comenzó a hablar. —Buenas noches, Damas y Caballeros; alumnas y alumnos, es para mí un gran honor presentar a la orquesta del año pasado que presentará una bienvenida a este nuevo año, a esta nueva oportunidad en la cual uno puede superarse. Espero y les guste estas canciones que prepararon para nosotros. Mi padre se bajó del escenario para luego tomar asiento y dejar a los chicos tocar su música. Un chico se paró en medio de todos los artistas dando la espalda a todo el público mientras daba las órdenes de que y quien tocaba. El sonido de un piano hizo presencia, para luego continuar con el sonido de dos violines y dos violonchelos. Luego otro piano hizo su presencia, unos tambores resonaron y al final se unió un saxofón. El ver el piano me recordaba a mi madre muchísimo, pues ella me había enseñado a tocar el piano y cuando aprendí ella siempre me pedía que le tocara el piano. Suspiré y dejé de pensar unos segundos intentando dejarme llevar por el magnífico sonido que hacía la orquesta del instituto. No pude evitar que unas lágrimas se escurrieran por mis ojos. Una media hora después me levanté de mi asiento y les comenté a mis amigas que iría al baño unos minutos, que luego regresaría, ellas insistieron en acompañarme, pero necesitaba estar sola. Una vez llegué al baño, fue imposible no soltar unas lágrimas. En serio intentaba evitar el tema y fingir que nada de eso había pasado, pero era inevitable no pensar en ella con cada sonido, cada música que sonaba cerca de mí. Usé unos trozos de papel higiénico para acomodar mi maquillaje y pude apreciar que había quitado un par de manchas de rímel y lágrimas y me veía presentable como para salir. Al final lavé mis manos para quitar las manchas que habían quedado sobre estas. Ya había llorado demasiado. Debía calmarme, tranquilizarme y volver con los demás. Miré mi rostro en el espejo y fingí una sonrisa. Lo bueno de mis mejillas era que mis hoyuelos disimulaban un poco la falsedad de mi sonrisa. Inesperadamente sentí un olor raro colarse por mi nariz. Fruncí el ceño al no comprender que era ese olor y de dónde provenía. Pero después de pensarlo mi corazón se aceleró al comprender que era ese olor. Gasolina. Pero en un segundo ese olor cambió por otro y sentí un calor abrazador que me dejó sin palabras. El primero era humo y el segundo era fuego.       Punto de vista de JAMES: Tomé asiento en la silla de mi oficina, dispuesto a seguir con mi trabajo. El ir a un instituto no me dejaba el tiempo suficiente para terminar el trabajo que me corresponde como rey. Y a causa de ello esa semana había estado muy agotado. Lo único que lograba distraerme era pesar en mi compañera, mi alma gemela, mi mate. Al parecer su nombre era Alex. Fue un gran conflicto cuando descubrí que la chica de Jace era Alex, mi compañera. Pero él no podía hacer nada y debía de terminar su lazo con Alex porque ella era mi Mate. Jace al final estuvo un poco triste pero me contó todo de ella. Me dijo que su mamá había muerto y que su padre era muy malo con ella y solo la castigaba. Me contó que parecía sufrir mucho y que parecía triste. Que en sus ojos siempre había tristeza y las dos veces en las que pude verla a los ojos yo también percibí esa tristeza. Pero planeaba hacerla feliz. Alejar esa tristeza de sus ojos y jamás verla llorar. Un sonido me sacó de mis pensamientos. Era mi teléfono que sonaba. El nombre de mi hermana apareció en la pantalla de mi celular. Ella se encontraba en el instituto. A pesar de que ella nunca asistió a ese instituto como Jace y yo ella se enteró justamente ahora en la tarde de la bienvenida que habría en el instituto cuando le pedí que nos encontráramos en el estacionamiento del instituto ya que unos chicos estaban hablando de eso. Ella amaba la música y más que nada las orquestas. Y cuando escuchó que los familiares de los alumnos podían asistir ella me avisó que iría y que no le importaría si ni yo ni Jace íbamos. —¿Si? ¿Qué ocurre hermana? ¿Te aburriste de la orquesta? —¡James! —Se escucharon muchos gritos y ruidos de fondo— instantáneamente mi sonrisa desapareció y me levanté de mi asiento. —¿Grace? ¿Qué sucede? ¿Qué son esos gritos? —pregunté alarmado. —Estoy en el instituto, aún sigo en la presentación de la orquesta, pero hubo un incendio en todo el lugar. —¿Y qué esperas para salir de ahí? ¡Eres una licántropo pero eso no te hace invencible! Avisaré a unos bomberos para que vayan al instituto, tu sal cuanto antes de ahí. —¡No entiendes James! ¡Alex...! ¡Alex está aquí! ¡Yo la vi hace unos minutos, pero la perdí de vista James! Colgué cuanto antes algo atontado por lo que mi hermana me acababa de decir. Mi compañera de vida estaba en peligro en un incendio con grandes probabilidades de morir. Llamé inmediatamente a Jace. —¿James? ¿Por qué demonios me llamas? ¡Me interrumpiste la serie que estoy viendo! —Jace baja a la estancia cuanto antes, Alex está en peligro, nos iremos en el helicóptero para encontrarla lo más pronto posible ya que estamos a un par de horas del instituto. Avisaré a los guardias para que también vayan, ¡Apresúrate! —colgué.   Punto de vista de ALEX: Fuego. Escapar. Eran las dos palabras que corrían como roedores sin parar dentro de mi cabeza pidiendo ser liberadas. Intenté abrir la puerta a pesar de que básicamente iría directo hacia el fuego, lo deducía ya que el humo y el calor entraban por la puerta. Intenté abrirla, pero esta parecía trabada. Le pegué a la puerta y volví a intentar abrir, pero esta no cedía. Mi corazón empezó a palpitar a una velocidad más alta de la normal, estaba completamente asustada. Escuché ruidos atrás de mí, en una pequeña ventana que se encontraba en la esquina de la parte superior de los baños. La ventana fue abruptamente abierta y una chica de cabello n***o me sonrió de una manera aterradora. —Hola Alex —se rio con un toque de burla— espero que tengas suficiente agua para este calor —se abanicó con su mano mientras se carcajeaba, para luego tomar un gran galón con un líquido en él, ella empezó a tirar el líquido por todo el lugar y luego tomó un encendedor. El encendedor produjo una pequeña llama de fuego que ella tiró al suelo causando un gran incendio en el baño. —Dulces sueños querida Alex. No reaccioné hasta que cerró la ventana del baño y descubrí que estaba atrapada. Volví a intentar abrir la puerta de la salida, pero esa seguía sin ceder. Empecé a toser pues el humo me estaba ahogando. —¡Ayuda! —golpeé la puerta— ¡Que alguien me ayude! ¡Estoy atrapada! —volví a toser, el humo había llegado a mis pulmones y no podía respirar. Golpeé con todas mis fuerzas la puerta tanto que mis manos dolieron demasiado. Mis piernas fallaron, mi vista se estaba nublando. Me quité de la puerta y me senté en el piso intentando respirar con tranquilidad. No sabía cuánto había pasado, pero yo seguía intentando pedir ayuda. Hasta que la puerta se abrió de un golpe muy fuerte. Jace entró por la puerta y corrió en mi dirección. Con cuidado y rapidez me tomó en sus brazos y me ayudó a salir. —Espera —intenté detenerlo— mis amigos… mi padre— pero no me escuchaba. Veía como intentaba buscar una salida. Una flecha salió disparada hacia nuestra dirección y Jace se agachó con una rapidez sobrenatural que me sobresaltó y me hizo caer de sus brazos. Después de toser un poco, logré estabilizarme. Mi garganta dolía, pero ignoré el dolor. Observé a unas personas frente a nosotros, traían armas y ballestas que apuntaban en nuestra dirección. Jace sin decir una palabra, me tomó de la cintura para ponerme atrás de él de forma protectora. ¿Qué demonios estaba pasando? Pensé ¿Por qué había hombres armados? Escuché un gruñido como el de un perro, pero me sorprendí al descubrir que Jace era el que había gruñido, lo que hizo que girara a mirarlo abruptamente confundida. —Largo —gruñó otra vez. —Entrégala —dijo un chico castaño que traía una ballesta. Estaba realmente asustada y me ponía a pensar ¿Qué demonios era lo que querían? —Sobre mi c*****r —dijo Jace para luego meter las manos en su chaqueta y sacar dos armas que apuntó hacia ellos. Mi boca se había abierto completamente. Y sin esperar un segundo más, disparó. Solté un grito del susto al ver cómo le había dado a uno en el brazo y lo había tumbado. Ellos también empezaron a disparar flechas, uno sacó un arma parecida a las de Jace y de mi boca salieron gritos de espanto. —¡Alex! ¡Sal de aquí! ¡Corre! ¡Corre y no te detengas! —gritó Jace, dos segundos después ya me encontraba corriendo lejos de ellos.  Una bala pasó cerca de mí, logrando que pegara un pequeño grito. Una vez logré salir de la escuela, pude ver que el bosque que rodeaba el lugar, también se encontraba en llamas. Muchas personas heridas salían del instituto. No perdí mi tiempo y busqué con la mirada a mis amigos y a mi padre con suma preocupación. —¡Papá! ¡Edward! ¡Eli! —Guardé silencio, caminé un par de metros y solo veía a personas desconocidas— ¡Micka! —Caminé un par de metros donde un chico manchado de cenizas se encontraba y llamé su atención— ¿has visto al director? —negó con la cabeza, me sentía desesperada y llena de ansiedad lo que provocaba que mi cerebro no actuara rápido. Cuando me decidí a entrar al instituto, otra flecha pasó muy cerca de mí. Miré hacia atrás y pude ver a dos personas perseguirme lo que hizo que me asustara más, así que corrí en dirección contraria. Choqué con algo frente a mí, caí al piso, levanté mi vista y miré a un hombre que parecía uniformado. —¡Señorita Alex! —Me gritó mientras miraba un papel que tenía en sus manos para luego levantarme del suelo y tomarme de la mano llevándome en alguna dirección. Rápidamente me solté de él asustada y comencé a correr en otra dirección, no sabía en quien confiar, pues momentos atrás una chica casi me cocinaba viva y otros me disparaban con flechas y con balas. Corrí lejos de todos, directo al bosque y me adentré sin pensarlo. Los tacones lastimaban mis pies, por lo que las tomé con mis manos para correr más rápido.  Me detuve al darme cuenta de la muy mala decisión que había tomado, los árboles se encontraban en llamas, que cada vez crecían más y más, un suspiro que sonó como un sollozo, salió de mi boca. Giré mi cabeza para ver hacia atrás, dándome cuenta de que estaba atrapada de nuevo, pero esta vez en el bosque. El humo se apoderó de mis pulmones impidiéndome respirar, volví a toser. Mis ojos ardían, el fuego parecía consumir todo cada vez más a mí alrededor, dejándome sin ninguna probabilidad de salida. Volví a toser con más fuerza, mis piernas fallaron por segunda vez y mi cabeza empezó a dar vueltas. Y ya no supe de mí.
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