2 Mateo

2289 Words
Trabajar es lo que me apasiona y cerrar tratos es todavía mejor pero por desgracia estoy en ese maldito periodo en que no hago nada de nada, así que voy a ir a visitar una de esas empresas pequeñas que tengo en Portland, para ver porque es tan lento el proceso de realización de productos pero sin otro motivo aparente no me llama la atención visitar esa ciudad, pudiendo ir a Italia o Francia porque iría a Portland. que no tengo idea de porque tengo una inversión ahí, pero el viaje en avión me encanta y es una de las cosas que me gustaría aprender. Pilotear. Y viajar por el mundo montado en un avión sin tener límites para hacer lo que quiera he disfrutado de vuelos donde me embriago y bajo del avión muriéndome de dolor de cabeza pero en esta ocasión no haré eso porque mi padre y mis hermanos me acompañan, están Jason que es el más grande, de ahí le sigue Javier y Alex los gemelos de mamá, estoy en el centro de los menores a los mayores en pocas palabras soy el del medio, Paulo es el que me sigue, Madona, le pusieron así por la cantante favorita de mamá y por último al pequeño Peter, todos tienen el pelo rubio de mamá soy el único de cabello n***o y de ojos azules y piel morena clara que es lo único que comparto con los trogloditas de mis hermanos ellos tienen los ojos verdes y Madona tiene las pecas de papá. doy gracias de no tenerlas que horrible sería tenerlas, mi físico es como el de cualquier actor de cine o que hacen a los héroes de Marvel o DC solo que no tan marcado pero sí tengo buen cuerpo y por no mencionar que mi dieta es comer cualquier cosa que a ellos les prohíben comer, así que soy un chico extraordinario y fantástico. Según mamá. Jason se sienta frente a mí con cara de tenemos que hablar de lo de anoche, pero no tengo ánimos de hacerlo y le hago un gesto que ignora y comienza a hacer su escenita de celos. -Marisol no es ninguna puta para que la trates como una-fijo la vista en el vaso de whisky que tengo en la mano y meneo la mano para que esté gire-. ¡Mateo, ponme atención! -Qué Marisol sea una y no te des cuenta no me importa-digo y añado antes de que me conteste-. Además te dije que no la quería con esos vestidos en mi casa por qué no era casa de mis padres, era mi casa yo la compré y tu zorra andaba paseando en ropa interior por todo el lugar. No quería que la vieran Peter y Madona. -¿De cuándo a la fecha te importan?-por defender a su zorra es capaz de todo hasta hacerme sentir que no me importan. -Siempre lo han hecho Jason-Me terminó el whisky de un trago y pongo el vaso en la mesa que me separa de Jason. Se levanta y se va a otro asiento, es lo mismo siempre desde que tengo memoria, hace estos panchos como niño pequeño y yo me los tengo que aguantar por no romperle la cara, papá se sienta frente a mí y espero su regaño usual pero no lo hace solo calla y observa mis movimientos, me recuerda mis días en la universidad los alumnos mayores me miraban como si fuera un pobre niño y me gradué antes que ellos, una: porque soy un ganador y dos: son unos perdedores. La universidad la cruce cuando tenía catorce y me gradué a los diecisiete y ellos siguen en su último año matándose en un salón de clases mientras yo estoy en un jet privado de camino a Portland para supervisar una de mis empresas, no dadas ni heredadas de mis familiares, sino comprada para que yo la convierta en un imperio que pronto se hará realidad, entre la gente con dinero, mi familia está posicionada y es bien conocida y espero que mi nombre y el de mi esposa sean igual de conocidos que el de mis padres, veo pasar las nubes es lo único malo de volar solo veo nubes y estrellas si es de noche, pero muero por manejar una bestia de estas, las de tierra ya las domino todas pero esta es la que más me cuesta no porque no quiera sino porqué no me dejan, mi hermano menor se levanta de su asiento y se recuesta junto a mi papá, el ambiente entre nosotros está tenso espero una señal para ver el regaño o el reproche de mis decisiones pero no lo hace solo calla, mi teléfono suena en el bolsillo de mi pantalón lo reviso y es un número desconocido así que cuelgo. -¿No vas a contestar Mateo?-pregunta mi padre. -No sé quién es-contesto sin ánimos de hacerlo. -Tu madre y yo pensamos que te hace falta una novia-va con ese tema de nuevo-. Hijo es importante que te tomes un descanso y que no te desveles tanto. -Es fácil decirlo cuando ya estás estancado-digo girando mi cabeza a él-. Papá yo no estoy estancado, soy un océano que no se detendrá tan fácil y que aún le falta mucho por arrasar con la marea que llevo. -¿Y tú vida personal?-hace que cierre la boca con eso-Te estás descuidando Mateo, y descuidas tu vida personal por atender la laboral, hijo que pasará cuando quieras una compañera o compañía. -¿Qué no puede comparar el dinero? -El amor no lo compras con dinero-remete con fuerza y eso duele y tiene razón-Mateo tienes tres meses de descanso hoy será tu último viaje de trabajo los meses que siguen ya no trabajarás vas a descansar y relajarte y si puedes consigue una novia porque te hace falta. -¿Me estás avisando u ordenando?-pregunto mirándolo a los ojos. -Es una orden Mateo-contesta con el tono autoritario que tiene. Y es todo lo que dice por un rato. Genial. Una novia, como que si eso me hiciera detenerme para no seguir con mi trabajo pero no hay ninguna chica que me interese para pareja o para algo más de una noche, me sirvo más vino para pensar en lo que me acaba de decir mi papá y tiene razón necesito una distracción he pasado un año entero haciendo trabajo, me he esclavizado en una oficina y en un avión sin hacer nada por mi vida personal solo la laboral pero eso no tiene nada de malo para mí pero mis padres opinan diferente y tienen razón en cierta forma, pero espero que no me decepcione en cierta forma ojalá y estos meses libres me sirvan para relajarme y tratar de ir a fiestas, reuniones con amigos y otras compañías que sin duda están lejos de Portland y del trabajo que me amarra a él. Cuando el jet aterriza el clima es el primero en decir: Bienvenidos a Portland. Lo bueno que solo durará dos días mi estancia en esta ciudad, el aeropuerto está lleno en extremo, pero lo bueno es qué hay una sala de lectura y está casi vacía solo hay una chica de cabello n***o que parece interesada en el libro que lee de manera digital, sus ojos devoran una página tras otra y lo sé por la forma en que mueve una página a otra y por las expresiones de su rostro se ve que es interesante o que le gusta el libro, no recuerdo la última vez que leí un libro que no fuera de formas de negociar o de cómo atraer al cliente, mi familia fue al baño y se puede decir que mi única compañía es la hermosa chica que lee su libro electrónico, me siento a su lado y parece que no me nota cuando lo hago. -Buen día-digo temiendo que no me conteste. -Buen día-me responde de manera automática. -Se ve interesante el libro que lees-digo observando su reacción. -Lo es-levanta la vista del celular para verme y sus ojos parpadean dos veces. Son hermosos y se perforan en los míos nunca había visto unos ojos así de hermosos. -¿De qué trata?-titubeo al preguntar. No es natural, ella no es natural. No me comporto como un idiota cuando tengo una chica enfrente y ella está haciendo que lo haga sin darme cuenta de como. -Es de amor o algo así pero es uno de mis favoritos-su voz es encantadora. -¿Cómo se llama?-soy un idiota me estoy paralizado a su lado. -Una Corte de Rosas y Espinas-dice sin quitar los ojos de los míos o de mí lo que hace que me estremezca y que mis labios formen una sonrisa. Me regresa la sonrisa y creo que me derretiré a su lado. Que me parta un rayo. -¿Cómo te llamas?-pregunta con la sonrisa asomándose en sus labios. -Mateo ¿Y tú?-titubeo al contestar y lo nota y suelta una risita encantadora. Hermosa. Esa palabra la describe muy bien. Hermosa. -Marena o Mare-vuelve a sonreír y mi mundo se detiene. Me concentro en ella al cien por ciento y la recorro un poco con la mirada, la blusa negra que trae puesta dice en letras doradas: Nunca abandones tus sueños. Lleva unos jeans negros y unos converse blancos me regreso a sus ojos color miel que parecen brillar a un más a la luz del sol. -¿Te gusta leer?-pregunta de la nada y agradesco que lo haga. -Si pero ya no he tenido tiempo-digo juntándome un poco más a ella-¿No te gusta leer en físico Mare? -Si pero este libro se me complica encontrarlo en físico-da un suspiro triste y quiero quitarle esa expresión de su rostro-no es muy difícil pero las librerías que visito para comprarlo es muy poco probable que les llegue. Y cuando reúno el dinero para comprarlo me surge un imprevisto y no lo compro. Su teléfono suena interrumpiendo la conversación ella lo revisa y cuelga de inmediato. Vuelve a sonar. -¿No vas a contestar? -No, y menos a la persona que me llama. -Retomemos la conversación en ese caso-digo-me decías que no te puedes comprar ese libro por diversos motivos. Suelta una sonrisa que deja ver sus dientes perfectos. -¡Encontré a Mateo!-grita Madona corriendo así mí-Mateo ¿dónde estabas? Papá te está buscando. -Estoy ocupado-le digo maldiciendo en mi cabeza. El teléfono de Mare suena de nuevo y esta vez si contesta. -Hola mamá-dice mientras saca un papel de la mochila que estaba a su lado-Es tres, veinticinco, dos, setenta y listo con eso se abre- me da una sonrisa y sigue-No quiero hablar de eso mamá-su sonrisa desaparece y juraría que sus ojos quieren soltar una lágrima-¿crees qué tengo la culpa de que mi mejor amiga crea que le rompí el corazón a su hermano?-la lágrima retenida cae y quiero quitarla de su cara-él me lo rompió hace unos meses y no dije nada, me aguante por la amistad que tenía con su hermana y ahora esta diciendo que lo hice con intención de... que haga lo que quiera mamá ya no tengo ganas de hablar con él y si Merlina me quiere hablar que lo haga-suspira de nuevo y cuelga la llamada. Madona se sienta en mis piernas. Mare se pone una mano en el ojo que derramó la lágrima y se lo talla. -¿Por qué no vas a jugar con Peter?-le pregunto a mi hermana que capta lo que quiero que haga y asiente y se va a quien sabe donde, me giro a Mare que está a punto de llorar totalmente-. ¿Estás bien? ¿Mare? -¿Alguna vez te han roto el corazón?-asiento despacio y no le miento-. ¿Tú lo haz roto?-asiento de nuevo y suspira-¿Coincidieron con la misma persona? -Una de ellas-no miento tampoco-fue hace mucho pero aún perdura el recuerdo. ¿Qué pasó? ¿Te puedo ayudar? Di que sí por favor. -Me hirieron hace unos meses y...decidí que quería un cambio-suspira y se transporta en recuerdos-lo logre y la persona que me hirió lo herí hoy al decir que no quería ser su novia que solo como amigo. -¿Qué hizo para herirte?-Para no hacerlo yo quería decirle. Pero como decirlo. -No sé es una historia larga-un pretexto para invitarla a salir. Lo pienso un momento pero no podré aguantar no verla. -¿Qué te parece si tomamos un café mañana y me lo cuentas con calma?-lo piensa un momento y asiente con una sonrisa. -Claro pero no puedo en la mañana por que voy a la escuela-sonrío y ella me la regresa. -Voy a recogerte a tu escuela-digo sin el mayor esfuerzo-¿Cuál es? -Escuela San Rafael-dice con la sonrisa que me eriza la piel. -Mare hora de irnos-dice un hombre y giro mis ojos a él y es parecido a ella en el color de piel y la nariz refinada. -Si papá-se levanta y recoge sus audífonos-nos vemos mañana Mateo. -¿A qué hora sales?-digo poniéndome de pie para ayudarla con la mochila que está en el suelo. -A las dos-dice y la sonrisa se extiende en mi cara-. Adiós Mateo. -Adiós Mare-abraza a su papá y se pierden de mi vista. Un chico le rompió el corazón y yo estoy dispuesto a repararlo, a darle luz a esos ojos color miel que me hechizaron el corazón y el alma y me alegra saber que mañana la veré de nuevo si no tenía una razón para venir a Portland ahora la tengo y tiene el nombre más hermoso del mundo. Marena.
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