Pienso en la conversación que tuve con Mateo y no puedo sacarla de mi cabeza ni tampoco sus hermosos ojos azules que me hechizaron profundamente y que mañana pasara por mí en la escuela, esta misma noche elijo una blusa de re saque rosa y unos pantalones azules marino, me plancho el cabello y me acuesto a dormir, pensando en esos ojos azules y ese cabello n***o que se quedaron grabados en mi mente como algo que me gusta, no pienso en otra cosa más que en cómo iba vestido y la forma de hablar, de sonreír, de todo.
Me despierto temprano y le doy una repasada a mi cabello y queda perfecto y con mi ropa se ve increíble el cabello ya planchado me llega a media espalda me pongo mis converse blancos y sobre mi cara agrego un poco de mi maquillaje, y quedo presentable para mi salida de hoy y espero que pueda o salga bien, bajo por las escaleras y abajo está mi padrastro tomando su taza de café, mi madre sirviendo el desayuno y al tardo de Thomas comiendo toda la sopa de ayer y mi pastel de frutas que me compro papá ayer en la tarde después de conocer a Mateo, la imagen de él se viene a mi cabeza, camisa blanca bien acomodada sobre su cuerpo y unos pantalones de mezclilla bien sujetos con un cinturón n***o. Tomo mi desayuno de fruta fresca y mi licuado de fresa cuando me lo termino me cepillo los dientes y pasó el labial color vino que me regaló mamá hace unos meses cuando recién baje de peso, el color me queda perfecto pero pienso en la cafetería y me regreso a mi cuarto a cambiarme de blusa me pongo una blanca con detalles rosas que le van muy bien a mis tenis bajo ya con mi mochila sobre mis brazos y le doy a mi mamá su beso del día, me despido de Alberto y este me contesta con un ten cuidado llevo de sinceridad, camino por la calle con una sonrisa en mis labios, doy la vuelta en una cuadra y una camioneta conocida pasa de largo y al copiloto lo conozco es Thomas mi odioso hermanastro pero no me importa y sigo mi camino un semáforo en rojo me detiene y espero a que esté pase, un auto de lujo se para frente a mí y mi vista viaja por el automóvil que está estacionado frente a mí, el conductor baja el vidrio y su sonrisa se perfora en mis ojos.
-¿Qué no se supone que nos veríamos en la tarde?-pregunta aún sonriendo.
-Se supone-digo sonriendo-¿Lo robaste?
-Es mío-mira su reloj y después a mí-sube te llevo.
No lo dudo y me subo al vehículo, hablamos de que la forma en la que me encontró de que estaba haciendo y resulta que buscaba la escuela para no perderse en la tarde, cuando llegamos, le digo que me baje en la esquina para que no me vean llegar en este coche y se asombra y me niega mi petición, dice que no tiene nada de malo que me vean bajar de su coche que dudo que sea de él, entra en el estacionamiento y como faltan quince minutos para entrar todos fijan su atención en el lujoso vehículo que me trae, las ventanas son oscuras y no se ve de afuera para adentro pero al revés si se ve y las miradas caen a este auto, Mateo sonríe al ver donde está mi mochila, protegiéndome de la vista de enfrente que es la que me delatara, se baja del auto, lo rodea para abrirme la puerta, me tiende una mano para que la tome y lo hago sin pensar, la primera mirada que se topa con la mía es la de Jordán y después la de Mateo que le sonrío al toparme con sus ojos, le da un beso a mi mano y se me paraliza el corazón al roce de sus labios sobre mi mano.
-Prueba uno pasada-me sorprende lo que dice y ladeo la cabeza para que me entienda de que me confunde ríe y continúa-no caerte por bajar del coche.
-Bueno me alegra saber que al menos no es robado-digo y sonríe-¿ya me vas a decir la verdad sobre el dueño del coche?
-Es mío Mare-sonríe aún más-necesitas ver el...está en la guantera-asiente y me doy la vuelta para abrirla y están los papeles del vehículo los leo y efectivamente su nombre está en el propietario del auto.
No puede ser el apellido de Mateo.
Mateo Rogers.
-Eres...¿De verdad es tu apellido?-lo miro y asiente-¿Por qué no me dijiste?
-No lo creí necesario-dice tendiéndome la mano de nuevo y la sensación anterior se apodera de mi cuerpo, me levanta con cuidado-Si ya no quieres ir por ese café cuando salgas...
-Nos vemos a las dos-le doy un beso en la mejilla y desearía que fuera en los labios.
-Una pregunta antes de irme-asiento para que me la diga-¿Hay algún problema si el café lo tomamos en mi casa?
-Ninguno pero me hubieras dicho ayer para arreglarme mejor-se hecha a reír y yo con él sin importarme la mirada de Jordán y la de Thomas-o tal vez para probarme un vestido que tengo guardado.
-Resérvalo para la siguiente ocasión-me guiña un ojo y siento que me caeré de la impresión-o para un...olvídalo.
-Dime por favor-No note en qué momento pase a estar tan cerca de él que su perfume se penetra por mi nariz.
Rico eso es lo que huele.
Quiero ese olor en mi ropa cuando lo abrace.
-¿Mateo?-me sonríe y con eso me basta para acercarme más a él.
-Resérvalo para cuando te lleve a cenar-murmura y a comparación de otros lo escucho perfecto-¿te parece?
Lo abrazo y él a mí envolviéndonos en un abrazo que nos reconforta a los dos o eso parece, me suelto de él y le doy un beso en la mejilla.
-Tomare eso como un si-dice con una sonrisa en los labios.
-Si todo sale bien hoy...
-Te lo pido oficialmente-me sorprende lo que me dice.
-¿Pedirme qué?-trato de que no me tiemble la voz.
-Sorpresa-me devuelve el beso pero casi me lo da en los labios.
Cuando se va mi corazón aún está acelerado por la sensación de sus labios en mi piel por el sabor de su piel en los míos y pensar en que lo veré dentro de poco me entusiasma mucho, no había notado que soy el centro de atención de tres miradas, de Jordán, de Thomas y de Merlina, los tres miran a la chica que dijo que no quería un relación por el momento y acaba de dejar que ese chico la trajera y que besara por poco sus labios, no me importa mucho que lo hagan me hice una promesa y la voy a cumplir cueste lo que me cueste. Les paso de largo me voy al salón para otro día de clase, esta vez Merlina no se junta conmigo en los trabajos en equipo, es comprensible cree que le rompí el corazón a su hermano sin motivo pero ella no sabe lo qué pasó hace casi un año y no pienso decirlo no hasta el momento adecuado.
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La casa de Mateo es enorme y llena de lujo sin duda es un Rogers pero aparte de ser un caballero y de ser quien es parece que me gusta estar con él y pasar tiempo con él sin duda me gusta y tengo la ligera sospecha que yo a él pero no me hago ilusiones, los chicos ricos solo buscan diversión en una cama o en hacer llorar a las mortales como yo. El piso es de azulejos color mármol y las paredes pintadas de un color crema muy bonito, va a mi lado sin apartarse demasiado, me saca a un balcón que está tapizado de flores olorosas y que dan un ambiente agradable sin embargo la luz del sol le da muy poco así que son flores de sombra y eso me encanta, la mesita de cristal y las lujosas sillas de madera las acomoda y como un caballero me jala la silla e invita a sentarme, lo hago encantada me siento y la empuja hacia delante después de servir el café en un taza que parece que pagaría toda mi carrera universitaria y dos años más para vivir sin trabajar, empezamos a hablar de nuestros gustos y disgustos por un rato la platica es buena y tranquila y comprendo que me esta gustando aún más todo sus movimientos son precisos y me sorprende cuando dice que se graduó a los diecisiete años de edad, bueno, no mucho pero me sorprende que se sonroje cuando lo dice y eso me gusta y aún más al momento de decirme sus defectos y son muchos.
Terco, antisocial en el sentido personal, prefiere trabajar que ir a una fiesta.
Compartimos el último pero en mi caso es hacer un proyecto o tarea.
La conversación se vuele la medicina que necesitaba y al parecer la de él también nos sonrojamos cuando pedimos al mismo tiempo que el otro continúe y este acto da una disculpa para sonrojarnos aún más, tres ocasiones pasa lo mismo no sé si es porque nos gusta escuchar al otro o para evitar decir una cosa vergonzosa, pero esto no se parece a las pláticas que tuve con Jordán en las que solo eran de él y nada de mí pero estando aquí con Mateo me convenzo de que no había sentido algo igual por otra persona y que también mi personalidad es interesante.
-Ya hablamos de nuestros gustos y disgustos, defectos y virtudes-dice antes de tomar un trago de café que es el primero que le da en estas horas de conversación-ahora hablamos de lo de ayer.
Se me había olvidado la razón por la cual estoy aquí.
Bueno, él hizo que se me olvidara.
-¿Qué quieres saber?-digo sin quitar la sonrisa qué hay en mi cara.
-¿Por qué te rompieron el corazón y de qué forma?-trago saliva y un suspiro se escapa de mis labios.
-Hace aproximadamente un año antes yo pesaba casi el triple de mi peso actual-digo sin saber porque le cuento-y...la verdad si eran bastantes kilos encima...una tarde me quedé esperando a mi mejor amiga en su casa no había nadie más que su hermano ambos nos gustaba estar con el otro y se me ocurrió decirle que...hiciéramos algo más que platicar en esa tarde y en en esas horas de espera, pero se empezó a reír y dijo que...-talló un ojo para que no caiga la lágrima que quiere salir-que nunca estaría conmigo en una cama o en otro lugar, que yo era su hermana por las tardes completas que estaba en su casa-Mateo aprieta las manos-así que me propuse algo que cambio mi forma física, hice ejercicio por meses y este es el resultado-señaló mi figura y en sus labios se asoma una débil sonrisa-. Pero el día de ayer me propuso de una manera extraña que fuera su novia y le dije que no quería una relación en ese momento.
-¿Y la quieres en verdad?-pregunta con un tono de:
Desilusión.
-No con él-contestó de manera fría-. Me prometí no dejar que me diera un solo beso en los labios o que me tocara a menos que fuera un abrazo pero a otra cosa no.
-Es un idiota-vocifera y giro rápido mi vista a él-si te hubiera conocido antes...no te abría tratando de esa manera.
La noche cayó desde hace un rato así que me levanto de la silla y me recargo en la reja de cristal, suspiro al recordar las últimas palabras que me dijo Mateo. "Es un idiota no te habría tratado de conocerte antes".
Un sueño.
-Mare-lo tengo a un lado de mí, toma mi mano entre las suyas y giro a ver esos ojos como el profundo mar-no te mereces lo qué pasó, te mereces algo mejor.
-Nadie está dispuesto a ver más haya de la apariencia-digo sintiéndome como una tonta-ni está dispuesto a estar conmigo.
-Yo lo estoy-sus ojos reflejan sinceridad total-Estoy dispuesto a hacer sonreír a la persona que eres y lo que te hace feliz.
Feliz.
Me quiere hacer feliz.
Quiero que lo haga.
-Es tarde debería llevarte a tu casa-dice soltando mi mano pero yo consigo tomar la suya entre las mías-¿Mare?
-Dijiste que si salía bien me lo pedirías oficialmente-trago saliva por las palabras que salieron de mi boca.
Una sonrisa radiante.
Maldición es preciosa.
Que me parta un rayo.
-¿Quieres ser...-está nervioso y es lindo que lo esté-quieres...digo si quieres...bueno no sé si quieras?
Lindo totalmente.
-Debería llevaría a tu casa-dice tragando saliva.
-Termina de decir lo que me quieres pedir-digo con una sonrisa en mis labios.
-¿Quieres ser mi no-no-novia?-traga saliva cuando termina la frase sonrío y él se sonroja más.
Tierno.
-Sí, mi respuesta es un sí-sonríe en respuesta y no espero a que me lo dé.
Sus labios extrañamente fríos son una sensación agradable en los míos envuelve mi cintura en sus brazos y yo los míos en su cuello, el beso se transforma a algo más apasionado y solo un momento me basta para no querer sepárame de él.