II

2415 Words
Susieeee... Corre... ¡¡La sombra viene por ti!! Despertó. Susie lo primero que ve es el techo de madera de la cabaña a donde vive, por una extraña razón esta nerviosa por el sueño tan intenso y raro a la vez, una pesadilla que la ha dejado con los pelos de punta. Vió a una Holly ensangrentada con un cuchillo en la mano, y a ella misma en un rincón asustada como un animal que se esconde de su presa, lo extraño del sueño era que su hermana le advertía de que corriera porque un alguien iba tras ella. No obstante, como todo sueño despertó en el momento más oportuno, tenia años que no soñaba de esa manera, desde que comenzó a superar Olerfin y todo lo que ocurrió con el cazador. Se alzó un poco de la cama llevando su mano a la cabeza al sentir un dolor punzante en sus cienes, parecía tener resaca sin haber bebido una sola gota de alcohol. Suspiró, su cuerpo estaba iniciando con el pies izquierdo. Tanteó su mesa de noche con sus dedos para agarrar su celular, y al encenderlo se consiguió con dos mensajes de textos. Uno era de Laura, el otro de un número desconocido. Con lentitud, sus dedos teclearon al número desconocido de su pantalla, y lo más extraño de todo el asunto es que había un número. –9 ¿Que significaba? ¿qué quería decir el –9? a su mente se le vino la carta recibida, aquella que no tenía código postal ni dirección cuyo contenido amenazador había ignorado. Pensó que pudiera ser uno de sus compañeros, inclusive Jeremy estuviera jugándole una mala broma por venganza a que se negó a tener sexo. Que comience el juego. Recordó las letras exactas de una cursiva inclinada hacia la izquierda con caligrafía corrida. De algún modo, esa carta despertaba un escalofrío en toda su piel, como si el frío y el miedo se ligaran, logrando así erizar cada vello de su cuerpo. Dudosa abrió el segundo mensaje que decía: Laura. Laura: Lo siento por lo de ayer, sabes que siempre puedes contar conmigo. Iré con Jack al colegio, le convenceré a que te pase buscando. Joder... Jack... Se levantó como si hubiese leído un mensaje de su madre que más vale tuviera la casa limpia; antes muerta a que Jack la mirara en unas fachas no agradable. Por alguna razón le gustaba mucho, quizás hasta demasiado. Sus ojos azules tan claro como el cielo eran dos lumbreras donde se perdía al verlos, su porte serio, varonil, tan correcto le atraía, su cabello rubio peinado hacía un lado, la hacía delirar. Se colocó una falda de cuadros, unas pantys medias negras con unas botas y una camisa del mismo color que sus medias. Se dejó su pelo rojizo suelto, con una raya en el medio y con destreza se pintó con brillo los labios, se delineó los ojos y usó un poco de rubor rosa. Como cualquier chica adolescente se miró al espejo y cuando creyó que estaba perfecta bajó las escaleras para tomar su desayuno. No fue sorpresa para ella encontrar a su hermana cocinando, no se si es por la edad o porque Holly no dormía bien, pero desde que se mudaron a Munds, siempre de los siempre se levantaba a tempranas horas. —¡Buenos días!—saludó. Holly sacó los waffles de la cocina y la miró sorprendida —¡Que guapa!—sonrió de medio lado dejando el desayuno servido en la mesa. La chica sonrió tomando asiento, observando como su desayuno preferido estaba adornado con fresas, bananos, granola y un vaso de yogurt. Su hermana se incorporó a su lado, sin duda, las mañanas eran sagradas para ellas, ya que era en ese momento fuera del horario laboral de la pastelería de Holly, donde podían conversar cualquier cosa sin que nadie más las escuchase. —¿Laura viene por ti? Susie asiente con la boca llena dejando el celular de un lado, sabia perfectamente que si contestaba una llamada o mensaje de textos, Holly se volvería loca, lo había repetido muchas veces: Nada de celular en la mesa, enserio, o te lo quitaré. —Su hermano también pasará por mi. —¿Hermano?—inquirió con la cucharilla a mitad de su destino. —Si, Jack. Él es policía—se metió un gigantesco pedazo de waffle con banano a la boca. —Así que policía, mmm, interesante. ¿Es de este condado? —Si. Hubo silencio en la mesa al finalizar el tema de Jack, ambas disgustaban la comida saboreando cada uno de los colores la cual estaba adornado el waffle. Sin duda alguna, a medida que avanzaba el tiempo y los años, Holly aprendió a valorar esos pequeños detalles, en como sentarse a la mesa mirando fijamente a la persona con quien interactúas y apreciar los detalles de una comida, ciertamente, mucha gente comen de manera apresurada, tanta que no aprecia ni siquiera lo que comieron, de hecho, alguno tienen hasta el descaro de no recordar lo que su paladar disfrutó. Desde sus últimas pérdidas, la mujer se dispuso a alegrarse con lo poquito que tenía. Le daba gracias a Dios que Susie se encontraba a su lado y trabajó duro para tener un sustento que le permitia pagar la renta de la cabaña y tener lo necesario para vivir. No sólo se dedicó en cuerpo, tiempo y alma para Susie, si no que guardó su corazon como un tesoro para un luto eterno a la única persona que sinceramente amó y que por más que ha querido olvidar, no lo ha logrado aún. —MMM... ¿cuándo te irás?—sondeó Susie, terminandose el yogurt. —No sé... no sé si quiero ir a Olerfin—bajó la mirada Holly. —Te pagarán muy bien en esa boda. Además de ver a Dann, Jimmy y... por supuesto a Bob. Que me pregunto si estará o no casado. Holly miró a Susie con dudas, dentro de sí se hacía exactamente la misma pregunta, hace mucho años no sabía nada de ellos, desde que se despidió por medio de una carta un cuyo invierno donde su pasado la estaba abrumando y destruyendo, donde las terapias psicológicas no eran suficientes si ella no dejaba atrás a Olerfin, por eso, decidió decirle a Bob, Jimmy, Dann, Anna y Will un adiós para siempre y darle paso al nacimiento de una mejor salud mental, además, de una vida libre de fantasmas. Ese comentario de Susie la llevó a repchocharse aquel beso, esa mirada y la intensidad de la acción que se cometió. Te odio... Podía aún sentir el susurro de su voz gritándole cuanto la odiaba a medida que se acercaba con el simple pensamiento de besarla, a esas alturas lo seguía recordando como un sagrado momento que ella ni él se atrevieron a hablar. Solo bastó una montaña de dolor esa ultima vez que se vieron para sellar toda conversación o sentimiento fuera de lugar. —Bob...—murmuró Holly dibujando una media sonrisa de lado—. A él es que le tengo más miedo de ver. Susie comprendió ese miedo, y le dió gracia el rostro de su hermana porque lo que Holly no se imaginaba era que su pequeña pariente ese día del beso los había visto desde las escaleras. —Porque te besó...—soltó con una mirada "lo sé Holly, los vi". Su hermana se quedó atónita, con los ojos tan pelados que parecía que se les saldría. —Aah, ¿cómo lo sabes? —Los vi desde la escalera. Vi como él te besó—Susie arrugó las cejas—. En ese momento con mi mente de niña no entendí como alguien que decía odiarte demostraba otras intenciones. Para mí, es mi opinión no se—se encogió de hombros—. Bob también se enamoró de ti. Pero tenía clarito como el agua que estabas loca por Richard, y Richard era su mejor amigo, casi como un hermano. Además, la muerte de su esposa y su hija estaba muy reciente en ese entonces, obvio, se reprochaba cualquier tipo de sentimiento llamado—sonrió con suficiencia—. Llamado AMOR. Holly se le quedó mirando, se cruzó de brazos y suspiró. Hablar de Richard seguía doliendo, de la esposa de Bob y de su hija le recordaba que Sam y Mónica estaban detrás de su muerte, además, de haber confiado ciegamente en Sam. —No hablemos del pasado... —Evitar no hablar de ello no aliviara el dolor, al contrario, hablarlo es símbolo de que lentamente lo estarás superando, va a llegar un momento que escuchar el nombre de Richard dejará de doler y él solo será un hermoso recuerdo de un amor adolescente juvenil. Aún eres joven hermana, Meghan tiene razón, deberías involucrarte con un hombre. Peló los ojos Holly de una manera exagerada, se levantó de la mesa para recoger los platos. —¡No tengo tiempo para eso! —¡No tienes tiempo, o no quieres!—reprochó Susie—. Guardar luto eterno no es sano para ti. Richard no está, murió, se fue. Pero tú sí estás, y parecieras que te moriste con él en esa cabaña. —¡Me morí con él!—alzó un poco la voz. —Es cierto, porque te cerraste por completo. —No me cerré. Solo me encargué de tí y tu bienestar. Sonó la bocina del auto, ambas se quedaron mirando a la puerta. —Y te lo agradezco, es cierto y gracias por eso. Pero piénsalo, te olvidaste también de ti. Con esas últimas palabras, Susie salió de la casa. Holly la vió marcharse y sintió como toda la vivienda se convertía en un ambiente tétrico y teatral, quizás, Susie tenía razón, teñirse el pelo de amarillo no ocultaría sus raíces rojizas, cambiar su nombre no limpiaría que nació en una familia de asesinos. Por más que quisiera enterrar su pasado, su pasado la confrontaría. En ese momento se dió cuenta de algo, y era que Susie ya no era una niña, ahora ya había crecido, era toda una adolescente hermosa que en cualquier momento emprendería una vida separada de ella. En algún tiempo no muy lejano su hermana se enamoraría, se casaría, tendría hijos, y viajaría, o que sabía ella, solo lo que la mortificaba en ese instante es que los años de juventud ya no estaban, que los años no perdonaban y que se quedaría totalmente sola. Por un segundo tuvo temor a eso tan insignificante que es parte de la vida: a la soledad. Holly se cuestionó y reprochó todo ese arduo trabajo, dedicación y esfuerzo para salir adelante, y admitió que Susie y Meghan tenían razón: se olvidó de ella misma. Comprendió que nadie más se haría cargo de su vida si no que ella misma. Estaba decidido... abriría su corazón para la oportunidad de una relación. ☆☆☆ Asimismo, Susie iba a en el asiento trasero, no dejaba de ver a Jack mientras conducía con su porte serio, su traje blanco y n***o, y sin cruzar una sola palabra con ellas. La chica hubiese querido tener el poder de leer su mente y saber si pensaba por un momento en ella por verla, así sea un pensamiento pervertido al ver esa falda tan corta. No obstante, Jack con su cara de culo se estacionó en la escuela, abrazó a su hermana y como llegó, igualmente, se marchó. Muy dentro de Sí estaba decepcionada, se había arreglado tanto para nada, porque ni siquiera el policía la había mirado. Busco consuelo en el pensamiento de la restricción, era obvio que aún seguía siendo menor de edad, y tener una relación con un policía legalista como él sería un delito. —¿Que te pasa?—la sacó Laura de sus pensamientos. —Ah, nada, nada—fingió. No sé atrevía confesarle ni a su mejor amiga lo mucho que le gustaba su hermano. Era un secreto, su secreto. Laura sonrió, comenzó hablar mal de la clase de literatura, odiaba leer, y Susie no comprendía el porqué su amiga odiaba tanto los libros si a ella le gustaban tantos, pero bueno, trató de hacerse la mente de que la lectura se hizo para personas que le gusta volar e imaginar y que tal vez la motivación de Laura era otra cosa que pasar horas leyendo un libro. Y ciertamente, a Laura le fascinaba la música, hacia su mejor intento de aprender guitarra aunque su familia no era tan musical, más bien investigadores, todos pertenecían a la rama policíaca y forense, por algun modo, Laura quería romper con ese legado generacional, y ella sería lo contrario a todo ese tipo de vida. Ambas llegaron a sus casilleros, Susie divisó que Jeremy se aproximaba a ella. Líbrame de esto señor. Blanqueó los ojos y fingió estar buscando algo hasta que encontró lo inusual, era un librito, pero no suyo, alguien lo dejó allí para ella. Se quedó mirandolo con curiosidad. El titulo decia: Muerte en la nieve. Rápidamente lo volteó para leer su contraparte. Leyó con la velocidad de un rayo al impactar contra el suelo. Hay amistades que no siempre son las mejores. Uno es el papel de la víctima y el otro el de un asesino. Susie abrió el libro y tenía una pequeña notita, acontinuacion, al leerla quedó helada. Cual es tu papel Susie: ¿Víctima o asesino? Miró a todos lados con una sensación extraña en su corazón y vió a sus cercanos alrededor de ella. Desde Jeremy su ex novio, como a Laura y Hanna sus mejores amigas. A Andrés su compañero de matemáticas. Emily la chica silenciosa del salón que le gustaban los libros y Susie y ella de vez en cuando compartía una recomendación, o la maestra Fisher que la odiaba por lo que pasó hace dos años atrás. Miró nuevamente frente a su casillero y se petrifico al ver una foto de Holly pegada con cinta adhesiva con el escrito de la nota. ¿Víctima o asesino? ¿Que somos Susie? ☆☆☆ Dejen sus comentarios que le ha parecido la historia en estos dos largos capítulos. A partir de aquí, desconfien de todos, porque descubriremos cosas turbias en los amigos de Susie, y hasta en Susie misma. Recuerden en esta primera parte el protagonismo es de Susie, en la segunda parte veremos a Holly con su viejo equipo entre ellos Bob.
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