—Este es nuestro cuarto cuando nos quedamos con el tío Owen — dijo Julia, abriendo la gran puerta y llevándome al cuarto.
Vaya… Parece un… palacio. Y lo mejor es que es solo un cuarto temporal para las niñas porque no viven aquí y solo vienen de vez en cuando.
Las paredes eran blancas y, lo más extraño, estaban limpias y sin garabatos.
Una pared era negra, toda hecha de pizarra, donde las niñas podían escribir con tiza. Al otro lado, vi una gran casa de muñecas con juguetes esparcidos por todas partes, y en una esquina, una casita para que las niñas se escondieran.
Había una piscina de bolas, un tobogán, una mesa y sillas con crayones, plastilina y rotuladores.
En las esta
