Capítulo 4
Mina pegó un salto, no esperaba encontrarse a alguien tan cerca de su lugar secreto. Miró a Ed, este solo le sonreía de forma alegre. Mina intentó devolverle el gesto, pero se le hacía difícil sonreír con sinceridad, no después de verle, no después de oírle y no después de sentir su mano contra su piel. Mina no podía sonreír con sinceridad y eso la hacía sentir aún peor, porque hacía que el pecho le doliese más, que sus ojos no dejasen de derramar lágrimas y que su cuerpo flaquee. Cada día se hacía más pesado, cada día era más difícil guardarse las cosas, el dolor que sentía, día a día era una agonía para ella.
- Hola…
Fue lo único que se le ocurrió contestar.
- Hoy no te acompaña el que da miedo
Mina lo miró por unos instantes y luego se rio, una risa genuina pese a lo mal que se sentía, y se lo agradeció con la mirada a aquel chico nuevo, por haberle sacado una risa en medio de todo lo que le recorría su mente.
- Eddy es bueno…
- Seguro…
- Deberías conocerlo, te caería bien…
- No creo que eso sea bueno, rostro bonito – Ed la miró y sonrió – Me han prohibido hablarle…
- ¿Quiénes?
- ¿Pues quiénes más?
La chica se le quedó viendo con la boca ligeramente abierta. Ed la miraba con una ceja alzada y una mirada inquisitiva. Él quería sonreír, pero se regocijaba al ver que había acertado, ella era consciente de los problemas que rodeaban al extraño grupo de amigos. Ella podía saber algo y decírselo, después de todo, la mención de su nombre parecía afectar en demasía a Jace.
- Pues entonces no nos hables…
- Rostro bonito…
- ¡Se lo que esos tres piensan de mí! – la chica lo fulminó con la mirada, comenzando a caminar con los puños cerrados – No necesito oírlo…
- Bueno… una de las ventajas de ser nuevo es que… - se puso delante de ella y de nuevo sonrió, Mina se quedó quieta mirándolo, sintiendo como el aire se le escapaba pese al esfuerzo sobre humano por respirar – Yo no te juzgo, ni siquiera sé qué es lo que sucede
- Pues pregúntales, pregúntale a Jace, él encantado te lo dirá
La chica intentó seguir su camino, pero nuevamente el chico nuevo la detuvo.
- Ey… ¿Estoy oyendo desprecio en tu voz? ¿Está todo bien?
Interrogó, tratando que su curiosidad no fuese palpable, pero es que peleaba con el deseo de hacer las preguntas directas, de preguntar de frente y sin tapujos, de rogar por explicaciones porque la curiosidad le carcomía. A veces Ed se lamentaba por ser tan chismoso y entrometido, pero así era su naturaleza y no podía evitarlo. Él había sido mandado a ese grupo, era su destino, y necesitaba saberlo o no podía vivir tranquilo con la curiosidad.
- Déjame en paz, no me conoces y yo a ti tampoco… - la chica apretó sus libros, comenzando nuevamente su marcha – Y si Jace te ha prohibido que le hables a Eddy o a mí, entonces hazle caso…
- Bueno… Jace no está… así que supongo que me quedaré aquí un rato más… - la chica miró a otro lado, no debía correr, no obstante, la idea se le hacía muy atractiva si así podía huir de la conversación que el chico nuevo intentaba iniciar - ¿Por qué lo odias?
- ¡No lo odio! – gritó de pronto, Ed la miró con sorpresa, Mina respiró hondo, no entendía la razón de su enojo, quizá se debía a la insistencia de ese chico o que él había usado una palabra prohibida para ella – No lo odio… - y es que era verdad, ella jamás iba a poder odiar a Jace Daniels – No lo odio…
- ¿Entonces?
- Son… - Mina bajó la mirada – Son cosas que pasaron…
- ¿Qué cosas?
Preguntó, temblando por dentro con excitación pese a que Mina le dedicaba otra mirada de enojo.
- No es tu problema…
- Mina…
Ambos se giraron, el chico alto con la mirada asesina, estaba ahí parado. Ed retrocedió un paso, ese chico era intimidante y él sabía que no podría aguantar de pie un puñetazo de su parte, además de que él no alcanzaría su rostro si lo intentase golpear, esa era una de las desventajas de ser tan bajo. Miró a la chica del rostro bonito, ella se sostenía con fuerza del brazo del chico alto. Ed frunció el entrecejo mentalmente, había algo raro en ella, algo que estaba pasando por alto, y quizá, pensó, si lo averiguaba, podía resolver todo ese misterio.
- Vámonos…
- ¿Qué sucede?
Preguntó el chico de mirada asesina, pero Mina solo lo arrastraba lejos de Ed.
- Nada…
- Mina…
- ¡He dicho que nada! – gritó, respirando con dificultad, con su pecho elevándose y descendiendo con rapidez, con violencia – En serio… no sucede nada…
Edward asintió con la cabeza y siguieron caminando, dejando a un Ed aturdido. Se esperaba aquello, las actitudes de Jace le hicieron suponer que ella tendría una reacción parecida si le mencionaba su nombre. Algo muy malo debía de haber pasado y él lo averiguaría. Ya tenía una nueva pista, y era que aquel embrollo tenía como centro a esa chica del rostro bonito.
- ¿Qué hacías conversando con Mina Peters?
Pregunto una voz, haciendo sobresaltar a Ed. Se giró con rapidez para encontrarse con el par de amigos, quienes lo miraban con seriedad. The tenía las manos en los bolsillos y Devon los brazos cruzados, de pronto Ed se sintió como un cachorro indefenso ¿Había sido descuidado? No, lo sabía, se aseguró de ser cauteloso a la hora de seguir a la chica del rostro bonito, pero, supuso, que ese lugar escondido entre los arbustos, era un lugar especial para ellos cinco.
- Theo…
- Te hice una pregunta
Dijo el recién llegado con seriedad, Ed tragó saliva.
- Nada, solo conversábamos
- No lo hagas… - habló Devon, mirando con enojo al chico nuevo – Eso no le agradará a Jace
- ¿Por qué? – preguntó Ed, esperando que alguno de los dos chicos le dijera algo - ¿Quién es ella y cómo se relaciona con Jace? – los dos amigos se miraron – Los vi, en ese lugar escondido… - señaló hacia los arbustos – A ambos… parecía que se traían algo…
- ¿Eres detective o algo?
Preguntó Devon, fulminándolo con la mirada, Theo estaba igual de intrigado, pues no era normal que este chico que no los conocía de nada, quisiera enterarse de lo que les ocurría.
- Mira chico nuevo, hemos sido generosos al unirte a nuestro grupo… - empezó a decir Theo, acercándosele con aire amenazador – Pero no te metas en donde no te llaman, no son tus asuntos saber qué pasa con Mina Peters y Jace
- Bien… - dijo, cabizbajo, fingiendo algo de resignación – Tienen razón, no son mis asuntos, ni siquiera los conozco… - miró al par de amigos, estos asintieron – Pero hay algo que sucede, algo grande…
- No son tus asuntos
Volvió a decir Theo, con notorio fastidio.
- No… - Ed lo miró, inquisitivo – Pero tú también quieres saber qué es lo que sucede… ¿Verdad? – Theo no dijo nada – Eres consciente del problema pero no logras entender por qué sucedió ¿Cierto?
- No te metas chico nuevo
Le advierte Devon.
- De acuerdo, solo estoy diciendo que ustedes también quieren saber el por qué ocurrió las cosas, sino… no seguirían fielmente Jace
- Sabemos lo que ocurrió – Theo aprieta los puños – Y somos fieles a Jace porque es nuestro amigo – Ed observaba cada movimiento y gesto del moreno, debía de encontrar algún hueco en esa muralla que le permita sacar más información – Y si no lo logras comprender, no es nuestro asunto, y ya no insistas que jamás te diremos qué sucede.