El ocaso se hizo presente encontrando a Erick sentado en una roca frente al río, ese era su lugar preferido y el escondite perfecto donde Alexia y él se encontraban todas las tardes para amarse en secreto. Él estaba mirando el horizonte, donde el sol lentamente se ocultó detrás de las montañas y dejando en el cielo pinceladas de majestuosos colores, no se cansaba de mirar ese paisaje, Montana era su lugar en el mundo, donde la naturaleza lo llenaba de paz, el aire puro limpiaba sus pulmones y donde estaba el amor de su vida; Sin embargo su padre arrasaba como un huracán destruyendo todo a su paso cualquier deseo de volver a su hogar se desvanecía al instante. Estando ahí sentado, contemplando las luciérnagas jugar sobre el agua y escuchando el croar de las ranas recordó la última vez que

