Evangelina.
Limpio la casa rápido porque me quedé dormida, por lo general me despierto cuando la despierta a Meli y ahi ya me levanto a limpiar, a cocinar, a lavar, lo que sea que se tenga que hacer, porque como me bancan junto con mi hijo, menos no puedo hacer porque también me lo cuidan cuando trabajo y tampoco me lo permiten, mi mamá me dijo, vas a limpiar la casa cuando yo no este y vas a cocinar, y bueno, sé que no me iban a tirar a la calle con mi hijo pero si iba a hacer una convivencia muy difícil si no aceptaba todas las reglas que me pusieron los dos.
—MAMAAAAAA.
—Voooyyy. —voy enseguida porque no sabe bajar de la cama aun, cuando lo intentó se golpeó feo—. Hola hijo.
—Hoa mami.
—Ven, vamos al baño. —le ayudo con los dientes, lo peino y vamos a tomar la leche—. ¿Esta rica la leche?.
—Si mami, acia.
—Por nada... —agarro el celu cuando me suena, es Ezem.
Ezem—. Buen día, ¿Cómo están?. —le saco una foto a Jonás mandándosela.
Ezem—. Pero mira ese hombreeee.
Ezem—. ¿Me mandas el cbu de tu cuenta?.
Ezem—. Y dime que llevo para comer, algo que le guste a todos.
Eva—. Buenas, ahi te mando el cbu y de comer podría ser milanesas.
Ezem—. Dale, a las doce estoy ahi.
Eva—. Puedes venir antes si quieres.
Ezem—. Buenísimo, voy ahora, llevo para desayunar.
Eva—. Dale, te esperamos.
—Buenos días. —mi papá viene recién levantándose.
—Uy pa, ¿estábamos haciendo ruido?.
—No tranquila. —va con Jonás que sonríe con la boca toda sucia donde unta las galletitas en la leche, mi papá lo abraza de atrás dándole besos—. ¿Cómo dormiste hijo?.
—Ien au.
—Eso me pone muy contento papi, muy feliz. —me paro a poner la pava asi tomamos mates—. ¿Cómo dormiste hija?.
—Bien aunque poco.
—Tienes que dejar de pensar tanto Eva.
—Es difícil porque sigo con miedo. —acomodo las cosas del mate rapidito, y voy a la heladera a buscar manteca y dulce—. Ahora viene.
—¿No venia al mediodía?.
—Si, pero le dije que venga asi hablan los dos y no esta mamá con Meli, por ahí se pone incómodo.
—Bueno, no pasa nada, —me siento en la mesa preparando el mate y esperando que el agua este—. Respeto a un hombre que hace lo imposible por estar con su hijo.
—Gracias por al menos intentarlo pa. —me mira serio—. Es difícil, para todos es difícil, pero no quiero ir a un juez porque lo voy a perder.
—Si, mejor asi y tener un buen acuerdo, pero si hay que ir a un juez vamos con todo, no me importa nada, a Jonás nadie se lo lleva.
—Bueno, ya esta la pava.
—Queo mas eche.
—Mamá... Repite conmigo, mamá...
—Mamá.
—Quiero mas leche por favor. —sonrío porque se miran fijo.
—Mamá, queo mas eche faol.
—Si hijo, ya te doy. —le acomodo la leche y agarro el celu cuando suena.
Ezem—. Afuera.
—Llegó, ya vengo. —salgo con las llave a abrirle, esta con la puerta del acompañante abierta sacando unas cosas—. ¿Te doy una mano?.
—Si, toma. —salgo intentando ver que trae, me pasa una caja grande—. Esta no la cuelgues, agárrala bien, y esta si, puedes llevarla colgada.
—Bien, pasa que nos miran mucho. —cuando entra y cierro con llave me sorprende que pone una mano en mi cintura—. ¿Qué?.
—Hola, ¿o dormimos juntos?.
—Hola, disculpa. —nos damos un beso en la mejilla.
—No pasa nada, y otra cosa, las caritas que me miraban desde que entré al barrio me hacen insistir que salgan de aca.
—Lo tenemos que hablar mas a fondo.
—Jaaa, eso me encanta.
—¿Por?, —abro la puerta con la llave porque por fuera no tiene manija, cuando me giro me mira las piernas donde estoy con short—. Ezem.
—Si, discúlpame, veía ese tatuaje que tienes.
—Ah, es el nombre de Jonás. —como que se inclina viendo—. La fecha de nacimiento y la hora.
—Mira, me gustaría calcarlo asi me lo hago y el mismo.
—Si, obvio, pasa...
—Permiso.
—Bueno, es una casa mediana la verdad. —me sigue a la cocina donde mi papá a penas lo ve se para—. Papá, él es Ezem.
—Permiso señor. —deja las cosas en la mesa y se acerca a Jonás que sonríe al verlo—. Hola hijoooo. —se inclina sonriendo—. ¿Puedo darte un besito?.
—Mmm. —me mira Jonás y yo me acerco.
—Vamos a darle un abrazo a papá. —me pongo de lado asi Ezem puede abrazarlo.
—¿Cómo dormiste?.
—Ien.
—Que bueno, me pone muy contento... Mira, te traje unas cosas hijo... —va donde mi papá estirando la mano—. Ezem.
—Gustavo, quería conocerte.
—Yo igual señor, y poder hablar con usted. —se dan la mano con amabilidad.
—Si, hablemos mientras desayunamos. —se pone al lado de Jonás donde estaba yo y agarra una bolsa.
—Esto es para la comida Eva... Y aca tengo unas cosas que yo creo que a Jonás le puede gusta, ¿quieres ver?.
—Sisi, vel.
—Esta yo te aseguro que es riquísima. —saca una torta de colores y frutillas arriba.
—Aaaajjjj, mmm.
—Siii, riquísimo, y esta esta mejor. —saca varias cosas y facturas, galletitas secas, masa finas y churros—. Vamos a comer esta.
—Si, queo.
—¿Ezem cuánto te llamas?.
—Weishler.
—¿Qué edad tienes?.
—Veintiocho.
—¿Trabajas?.
—Si. —le limpia la boca a Jonás asi toma la leche sin dejar de sonreír—. Trabajo en una empresa constructora, soy ingeniero industrial, aun no tengo un puesto importantísimo porque sigo estudiando, sigo teniendo información de materiales nuevos y por ahora soy como secretario del ingeniero principal.
—Estudian lo mismo con Eva.
—Si. —me sonríe cosa que me pone nerviosa.
—Y dime, supongo que tus papás saben de Jonás.
—Si señor, en la noche Eva con Jonás están invitados a cenar.
—¿Te vas a hacer responsable de Jonás de ahora en mas?.
—Por supuesto señor, ya estuve averiguando sobre los tramites para pasarlo a mi nombre, hablamos con Eva sobre la cuota mensual que ya se la envié, puedes verificar. —agarro el celu a ver si cumplió—. Tengo una obra social muy buena que los quiero poner a los dos, a Eva y a Jonás, porque Eva es la mamá de mi hijo, quiero que este bien. —medio que escondiéndome con el celu sonrío por lo que dice—. Y voy a abrir una caja de ahorro donde voy a ir depositando, asi cuando llegue a la mayoría de edad tenga con que comenzar, mis papás hicieron eso... Te sirvo mas Jonás.
—Si.
—¿Tus papás no se opusieron?, porque si mi hija y mi nieto van donde ellos y si van a que los humillen no los dejo salir mas.
—No señor, están ansiosos, ya les mostré fotos y están desesperados por conocerlos, mis hermanos igual.
—Son muchos hermanos ellos, Jonás tiene muchos tíos por parte de Ezem.
—¿Cuántos son?. —veo que si, que en mi cuenta esta la plata que dijo.
—Somo siete, soy el tercero.
—Y tiene hermanos gemelos y mellizos.
—¿Eh?.
—Si, las mayores gemelas, sigo yo y después mellizos.
—Uuuhhh, ¿sabes si Jonás eran dos?.
—Ay no paaaa.
—Mi hermana que es mamá va zafando, va por el tercer embarazo y es uno solo
—Echooo.
—Dijo provecho.
—Bien, ¿y qué hace ahora?.
—Ahora iríamos al parque o jugamos aca.
—¿Vamos al parque? ¿quieren ir?.
—Paqueeeee siiiii.
—No Jonás, jugamos aca en casa, hoy no podemos ir.
—No mamá, paque. —se para en la silla intentando cruzar los brazos—. Paque, queo paque.
—Disculpa Eva, lo dije sin pensar.
—No pasa nada... Bueno, vamos a cambiarnos.
—Bueno chicos, voy a tirarme un poco antes de ir por tu mamá y Meli.
—Si. —mi papá se va y yo junto la mesa.
—¿Puedo ver dónde duermen?
—Ven, vamos Jonás, vamos a cambiar para ir al parque. —vamos a mi habitación conmigo incómoda—. Pasa.
—Permiso... —mira todo, aunque tengo una cama grande, dos roperos pequeños, uno mío y uno de Jonás, una mesa de luz con una lampara, y la cama llena de peluches míos—. Tienes una cama grande, crei que tenias una pequeña.
—La tenia, cuando estaba por tener mis papás se compraron una y me dieron esta. —lo dejo a Jonás en la cama asi busco ropa—. Toma, ¿lo quieres cambiar?.
—Si por favor. —le paso un pantalón de abrigo, medias, zapatillas y un suéter—. ¿Tuviste muchos antojos en el embarazo?.
—No, estaba con la cabeza en todos lados menos en la comida.
—Estabas sola, es entendible.
—No estaba sola, estaba con mis papás y hermana.
—No es lo mismo. —le pone el buzo parándolo—. Eres muy alto Jonás.
—Vas a ser alto como tú.
—Vamos a vivir comprando zapatillas contigo.
—Yo digo lo mismo, mas que nada en la adolescencia.
—Mis papás la pasaron conmigo y Baram ahí, un poco, pero hubo un tiempo que prácticamente cada semana me compraban, Baram tenia sus calzados nuevos pero no le compraban tan seguido porque usaba los míos, con Farik lo mismo, le quedaron los pares míos y de Baram porque el loco ya calza cuarenta y cinco.
—Fua, un montón, ¿tu?.
—Cuarenta y cuatro, somos muy altos todos, porque las chicas lo mismo, son altas menos Fedora que salió como mi mamá, ya las vas a conocer, listo Jonás, ya estas listo.
—¿Paque?.
—Si, vamos al parque.
En el parque corro para todos lados con Jonás que quiere jugar a todo y estoy cansado pero quiero aprender de él, qué le gusta, qué le da miedo, ahora descubrí que le gusta el tobogán, que las hamacas le da terror, el sube y baja ahi no mas, pero la calesita su favorita.
—Vamos hijo. —estiro los brazos asi viene conmigo, lo alzo dándole un besito—. Tenemos que ir a comer. —con Eva vamos al auto donde sube y se lo paso—. Vamos por unas gaseosas que me olvidé.
—No te hagas drama.
—¿Comer milanesas con agua?, ni loco.
—Aaayyy Ezem.
—¿Dónde hay una despensa por aca?.
—A la vuelta de mi casa.
—Vamos ahi entonces, ve diciéndome por donde agarro, no sabia que existían estos barrios para este lado.
—En la esquina de la casa de dos pisos dobla a la izquierda, ahi te digo para donde. —llegamos a la despensa donde le asiento.
—Bajemos.
—Mejor me quedo, sino se le ocurre de todo.
—Vamos, que elija lo que quiera.
—Nooo, es que después no lo vamos a poder parar.
—Hay otros métodos Eva, no negándole las cosas o no llevándolo a ningún lado asi no pide.
—¿Diciéndole que no y arme un escandalo?.
—Vamos Eva.
—Esta vez no mas, después no. —lo agarro en brazos asi entramos, es un lugar grande con estantes—. ¿Traigo un canasto?:
—Si, asi llevamos lo que necesiten, no les lleve ni yogur ni galletitas, solo fruta.
—Bueno.
—Y cosas para tu hermanita también, para todos en realidad.
—Eso lo compramos con lo que enviaste.
—Con tu dinero, dilo... Con MI plata. —lo bajo a Jonás cuando quiere y va corriendo al sector de galletitas.
—ESTEEEE.
—Bueno, llevemos. —lo ayudo a Jonás a sacar y Eva agarra unas cosas—. ¿Dónde están las bebidas?.
—Al fondo. —Jonás va caminando con un paquete de galletitas en las manos que no quiso soltar—. Ahí.
—Supongo que Jonás no toma gaseosa.
—Nooo, no no, juguito y debes en cuando.
—Fuo mami.
—Buenas Jonás. —veo a un pibe que estira la mano y Jonás se la da enseguida—. ¿Cómo estas?.
—Ien, mamá.
—Si, mama. —la mira a Eva sonriendo—. ¿Cómo estas?.
—Bien.
—Que bueno, te mandé mensaje.
—Disculpa no lo vi...
—Hola... —le estiro la mano y es como que ahi se da cuenta que estoy con ellos.
—Eh, disculpa, ¿Quién eres?.
—Soy Ezem, el papá de Jonás.
—Ah bien, un gusto.
—¿Vamos Eva?.
—Si, nos vemos.
.
.
Holis holis, aun no se si hay reto de maratón, que dicen?.
.
.