Miranda
Sabía que si el abogado hablaba con Bastian, él daría el divorcio sin dudarlo. No, por supuesto que no; obviamente, lo tenía que hacer más complicado de lo que ya era. Miró al abogado de pie frente a mí y le sonrió, pero mi sonrisa apenas es una fina línea. Le ofrezco que tome asiento y él lo hace. Saca un folder de su maletín y lo pone encima de mi escritorio.
—La primera demanda la deseché, pues no quiso firmarla. Le advertí que si no lo hacía y lo complicaba aún más, lo dejaría en la calle. Así que esta es la nueva demanda; solo necesito que la lea y me autorice para entregarla.
Yo la tomo entre mis manos y empiezo a leerla. Parece que el abogado habla muy en serio. Yo volteo y lo miro confundida, pero empiezo a negar. Es que creo que él no termina de entender que yo no quie
