Bastian
Cuando salí de su departamento, tenía un maldito nudo en la garganta. Me dolía la maldita cabeza, parecía que me estallaría, y en mi pecho sentía un vacío que estaba muy seguro de que no podría sustituir con nada. Cuando subí a mi coche, de inmediato lo encendí y arranqué. Pensaba ir a algún bar, pues ella tenía razón; ya traía unos tragos encima. Cuando llegué a un semáforo, juro que no me di cuenta en qué momento se puso en rojo. Solo escuché los rechinidos de llanta; y aplasté el freno hasta el fondo, y recuerdos de aquella noche volvieron a mi mente como si los estuviera viviendo de nuevo.
**Flashback**
Estábamos sentados en la sala de juegos, Camilo y yo. Las chicas preparaban palomitas; habíamos planeado ver unas películas. Nos encantaba perder el tiempo en estas tontería
