Perdida sin ti

Capitulo 1. Accidentada

Seis años antes

Charles Carrington III estaba volviendo en su camioneta con una potranca traída del rancho Green Valley, que se dedicaba al rescate de caballos en peligro y los rehabilitaba para utilizarlos en equinoterapia para el tratamiento de niños y niñas con distintas problemáticas.

Se habían contactado con el habiendo perdido toda esperanza con la joven yegua. Perteneciente a la r**a Mustang, había sido una joven yegua salvaje hasta que se cruzó con un grupo de humanos sádicos que la habían dejado en pésimas condiciones. El animal había quedado muy maltrecho, le quebraron las patas, la violaron y finalmente la usaron para tiro al blanco. El solo hecho de que estuviera viva era un milagro. Habían considerado sacrificarla, primero por las heridas creyeron que no podría volver a caminar siquiera pero milagrosamente pudo volver a ponerse en pie. La habían herido de tal manera a la pobre que posiblemente no pudiera reproducirse ya, les había dicho el veterinario. Le habían metido botellas, habían reventado su matriz era tan triste...Igual por el momento el problema principal era que no dejaba acercarse a nadie, animal o humano, pues por todo lo padecido la pobre habia quedado con una especie de estrés post traumático.

Su única esperanza, le dijeron, era dársela a él. Pues su rancho era famoso no solo por la cría de pura sangres sino por la doma de caballos salvajes, y sobretodo porque no usaban métodos violentos para con los animales.

Había conducido durante más de diez horas para llegar al pueblo de Henderson Nevada dónde estaba la granja. Lo habían invitado a pasar la noche y temprano se había levantado para emprender el retorno a su hogar, el rancho. Llevaba el tráiler para llevar al animal detrás de su camioneta Ranger.

Había tenido que desviarse de la ruta principal y tomar un atajo debido a un accidente cuando de repente una mujer salió de la nada dándole tiempo apenas para una frenada.

La mujer era masomenos de su edad, o quizá un poco más unos treinta y tantos...Tenía el pelo rubio pegado a la cabeza, estaba empapada y cubierta de sangre y en los ojos una mirada de horror.

Freno y la mujer se acercó corriendo.

-Por favor por favor sácame de aquí- le gritó golpeando la ventana del acompañante.

No sabía de qué escapaba la mujer, pero algo muy feo le había pasado.

Extrañamente le recordaba a Charlotte, el cabello rubio, los ojos claros...su hermana era una médica oncologa que había fallecido hacia poco justamente de cáncer. La herida abierta aún en el corazón de Charlie.

No pudo evitar abrirle le puerta, aunque quizá pensó, se estaba involucrando en algún riesgo innecesario. Pero no podía dejarla allí sola...

Le abrió la traba de la puerta.

-Pasa, pasa...-

-Oh muchas gracias! Gracias, gracias!- le dijo sollozando.

-Estemmm yo voy para Texas...no se a donde quieres que te alcance...hospital?? policía??- ofreció Charlie.

Repentinamente la mujer dejo de sollozar y se enderezó en el asiento

-NO!- le gritó en un tono imperativo ya sin lágrimas -Nada de hospitales ni policías, solo debo alejarme todo lo que pueda de aquí...-

Bueno, pues de allí se alejarían y después vería como lo resolvería pensó Charlie.

A medida que se alejaban de allí...la mujer no pronunciaba palabra.

-Charlie Carrington III- le dijo el inclinando su sombrero texano.

Ella estaba en shock, en un estado no muy diferente que la protranca que llevaba allí detrás pensó... sería acaso...? La habrían abusado?? O intentado matar? que le habría pasado?

De repente lo miró sus ojos vacíos por un instante sin ninguna expresión.

-Y tú, como te llamas??-

Ella lo miro sin comprender por un momento...se empezó a poner nerviosa...

Repentinamente la angustia inundó sus ojos de nuevo.- Oh por Dios!- exclamó ella su semblante completamente horrorizado - Yo...yo...no lo sé!- ella agitó su cabeza -No recuerdo como me llamo!-