Un día más, ya amaneció, miro a todos lados y no hay ni rastro de Jacob, doy gracias a Dios por estar sola, me levanto aún toda a dolorida por las patadas que ayer me dio el y que creo merecía por llevarle la contraria, las monjas del orfanato me lo decían, debía obediencia a mi esposo, así me ganaré el cielo, me dirijo al baño me aseo luego me visto y bajo a la cocina, revisó la nevera y me doy cuenta que no hay cerveza nuevamente ¿Acaso se las bebió toda anoche?, me asustó pues si él llega y no encuentra seguro se vuelve a molestar, pero después pienso que mejor voy a comprarle, así evitó otra paliza más, desayuno un poco de cereal y salgo a comprar las dichosas cervezas. Al parecer solo me dejó encerrada ayer pues ya hoy las llaves están donde mismo.
Voy caminado rumbo a la cervecería cuando veo una farmacia, así que decido entrar y comprar un ungüento para calmar mi adolorido cuerpo que reclama con cada paso que doy.
- Buenas- digo al vendedor que está de espalda a mí, el pega un brinco y se voltea llevándose una mano a su pecho en señal de que lo he asustado.
-. Que susto me ha dado señorita, ¿En qué puedo ayudarle? Pregunta
-Disculpe no fue mi intención, ¿Tendrá un ungüento, o algo que sirva para golpes?- Pregunto, el me mira como analizándome, yo bajo la cabeza, me da vergüenza que sepa que me golpearon ayer -. Verá es que soy muy propensa a las caídas, soy muy torpe, el otro día me caí por unas escalera sin querer- digo rápidamente antes que pregunte y no sé porque me justifico con este señor él solo me observa sé que no me creyó, pero no dice nada y lo agradezco.
Él se va y entra por una puerta que no había visto, vuelve a los pocos minutos y llega con lo que creo es un envase de ungüento me dice que tengo que colocar sobre mis heridas, según el esto calmará mis dolores, también me entrega una caja con pastillas, dice que me tome una cada 8 horas, que es un antiinflamatorio, los coloca en una bolsa me las entrega, canceló el costo de lo sale todo y salgo de la farmacia, camino hasta mi destino, llego a la licorería y compro las benditas cervezas de Jacob.
Me devuelvo a la casa meto las cervezas en la nevera, y subo a mi cuarto con la bolsa de los medicamentos, me acerco a la cama, y vacío todo el contenido de la bosa en esta, veo que cae una especie de tarjeta la cogí con miedo, como si en cualquier momento fuese estallar cual bomba y leo:
¿Eres mujer? ¿Sufres maltrato físico y emocional? No mereces pasar por eso, recuerda no estás sola, búscanos, somos una organización sin fines de lucro, estamos para ayudarte a superar por lo que pasas y salir a flote." "la mujer es un ser valioso, inteligente, hermoso, y lo más importante de este mundo" teléfono: 564125952455
Empecé a llorar, está nota me estaba haciendo ver una realidad que no sabía, estaba pensando que él tenía razón ¿Jacob tiene razón? No, él no la tiene, si estaba siendo una mujer maltratada, y llore más fuerte pues no sabía cómo salir de esto, no creía que las personas detrás de esta tarjeta pudieran ayudarme, Jacob no me dejara ir, él me dijo, no soy nadie y sin él no sobreviviré, y si me alejo me buscará de eso estoy segura.
Llore hasta que me quede dormida, Desperté después de un rato y entre al baño me coloque el ungüento en todo mi cuerpo, sentí un alivio inmediato, me tome una pastilla, y salí a la cocina tenía que preparar la cena, ya pronto Jacob llegaría del trabajo y si no hay nada, las consecuencias serán peor.
Estaba terminado de hacer la cena, cuando escucho la puerta abrir, me asome con cuidado y era Jacob, mi cuerpo se estremeció al verlo ya que estaba totalmente borracho ¿Dónde estuvo en todo el día? ¿Y el trabajo?
No sé en qué momento me ve y se acerca a mí, yo por instinto me agachó y cubro mi rostro, tratando de cubrirme como si con eso fuese a evitar que me golpeara, el me agarra del brazo haciendo que me levantará.
-. ¿Meee tienes miiiedo? -. Pregunta, no respondo nada.
-. Reeespondeeee te loooo ordeno. -. Dice con su aliento de licor pegado a mi cara.
-. No. -. Respondo, aunque estoy aterrada de lo que pueda llegar hacer, si estando sobrio me lastima no quiero ni imaginar lo que haría estado así de pasado de tragos.
-. Eso me gusssta, queee me obedezca y hables cuando teeee lo ordene -. Dice e hipa. -. ¿Entonces queeee me tienes? - pregunta y no entiendo a qué se refiere. -. ¡RESSSPONDEE! - me grita y suelta un eructo en mi rostro. -. ¿Me amasss?
-. Si, te amo. -. Respondo y bajo mi rostro con miedo.
-. Va…vamos aaall cuarto -. Dice y jala de la mano.
-No, no Jacob, así no. -. Digo y me arrepiento de inmediato, no debo de contradecirlo por qué las consecuencias son está, recibo mi primera cachetada.
-te di...je que va...mos al cuuarto.-dijo llevándome arrastra hacia la habitación. Mientras yo lloraba, pues sabía lo que me esperaba, he tratado de complacerlo, pero cuando él está molesto o en este caso borracho, se desahoga obligándome.
Una vez en cuarto, me llevo hasta la orilla de la cama, yo me negaba, forcejeaba con él, no quería que lo volviera a hacer, no quería que abusara de mí, sé que negarme lo molestaba y excitaba más, pero no podía permitir que lo volviera hacer.
-. Eres mía, entiéndelo -. y otro golpe más, que me hizo caer en la cama, Jacob aprovecho y subió encima de mí, y casi al instante sentí como rompía mi camisa, saco un pecho por encima de mi sujetador y lo llevo a su boca, chupando y mordiendo sin piedad, yo no podía hacer nada, solo lloraba en silencio, mientras rogaba porque parará, porque tomara conciencia de lo que hacía, que se echará atrás y me pidiera perdón por hacerme daño, pero era algo inútil tener esos pensamientos.
Vie entre lágrimas como levanto mi falda, rompió la tanga y como desabrochaba su pantalón y sacaba su m*****o, no tenía caso seguir luchando, él era más fuerte que yo, de pronto sentí como entro en mí, rasgando mi interior con su brusquedad, no estaba preparada para eso, no sentía ningún tipo de placer por el contrario sentía un dolor que desgarra mi alma, estaba siendo ultrajada nuevamente.
Yo seguía aún llorando y pidiendo a Dios que me llevará con él, cuándo sentí un gruñido de parte de Jacob, señal de que estaba llegado al clímax. Cayó encima de mí, y se durmió enseguida debido a la borrachera que tenía, yo con cuidado salí debajo de mi esposo y me encerré en el baño, aún con lo que quedaba de mi ropa me hice bolita debajo de la regadera, quería que el agua lavara mi cuerpo que se llevará todo el asco que sentía, pero era inútil, está será mi vida y no hay nadie que pueda ayudarme, todo esto me lo merecía, tal vez no fui buena niña, ni buena amiga, y tal vez no sería buena esposa, ni buena madre, por eso estaba viviendo esta vida.