—Andrew, ¡wow! me has sorprendido bastante, la verdad había oído hablar del lugar, pero nunca había tenido la oportunidad de venir, seré la envidia de Sam, dice que es complicado conseguir una reservación—
Estamos en Domenica, un sofisticado restaurante de comida italiana, la pasta ha sido exquisita aunque me siento un tanto fuera de lugar, mientras todos a nuestro alrededor vienen vestidos de etiqueta, tanto Andrew como yo venimos bastante informales, somos los bichos raros
—Me alegra que hayas aceptado mi invitación, la verdad me lo recomendaron mucho, pero no me atrevía a venir, pero volviendo a uno de los temas, encontré unas facturas que quizás te puedan servir para comparar números—
Saca del bolsillo de su chaqueta una pen drive y me la entrega
—Lo revisaré esta noche—
—No, tienes que descansar, hazlo mañana, por favor, esta noche solo disfrutemos de nuestra cena y si no puedes dormir puedes enviarme mensajes por w******p sin problemas, pero no te quiero trabajando, tarde, mañana tenemos un asunto que revisar juntos respecto unos faltantes y en verdad necesito que analicemos la situación respecto a tu contrato—
—¿Mi contrato? Creo que tenemos bien definido el hecho de que trabajaré para ti los fines de semana—
—No, Nathalie, creo que en verdad esto merece mucha atención y quiero insistir en que seas mi empleada permanente, el trabajo que tenías que realizar para mí en Mitchell´s terminó, me entregaste un excelente informe ayer, pero necesito actuar y es tiempo y debe ser entre semana, además me gustaría que a partir de ya fueras mi asistente y le estés exigiendo de manera semanal informes al departamento de contabilidad que la verdad no sé para que les pago si nunca me resuelven lo que necesito, quiero que las empresas vayan bien—
Parpadeo un par de veces, esto en verdad me tiene anonadada, quiere que cambie mi rutina por completo, un trabajo con más responsabilidades, pero pensándolo bien, en Mitchell´s tengo incluso más responsabilidades y por menos paga y merito, no puedo rechazar su oferta, fuera de los obsequios como las flores, el brazalete o esta cita, él se ha preocupado por mí y mi salud, desde que él está presente muchas de las voces se han ido y me ha despertado tanto la curiosidad de su mundo que no puedo declinar; cruza su brazo sobre la mesa alcanzando mis manos y poniendo gesto suplicante
—No necesitas rogar, vaquero, está bien, seré tu empleada, solo dame unos días para dejar resueltos los pendientes en la oficina y renunciar—
Sus ojos centellean color esmeralda y una sonrisa parte su rostro en dos
—¿De verdad?, ¿aceptarás la propuesta? —
—Claro, pero a cambio de algo—
Me da una sonrisa de medio lado, sabe que me gusta negociar, pero no le pediré nada que se espere o eso creo
—Dime—
—Muéstrame tu mundo y lo que eres —
—Eso será sencillo, te lo mostraré mañana al salir de la oficina ¿te parece? —
—Claro—
—Bien, solo debes tener la mente abierta, después de todo antes de ser un demonio, fui un ángel, ovejita, uno con una curiosidad inmensa y un gran deseo por vivir en el mundo humano—
*************** *************
Me levanto de mi asiento estirando las piernas un poco, durante un par de horas he estado trabajando en los balances, al fin encontré todos los faltantes, verifiqué las facturas con el supuesto proveedor y con el fisco, en definitiva la fuga de dinero es grande, creo que el señor Stargees representará a Andrew en un próximo juicio por falsificación de información, robo, fraude, entre otros delitos, más, estoy cansada pero satisfecha; veo como la puerta de la oficina se abre y Andrew entra
—Nath, ¿todo bien? —
—Si, ya he terminado, tengo aquí todo lo que encontré—
Respondo acercándome de nuevo a mi escritorio y tomando el folder, se lo entrego y le da una hojeada, noto como frunce el ceño un par de veces y luego me mira asombrado
—Eres increíble, Nath, ahora, dejemos esto un momento de lado, te quiero mostrar algo, toma mi mano—
Un poco dudosa accedo a su petición, me sonríe y le devuelvo el gesto
—Cierra los ojos, no te voy a comer—
—Está bien, pero nada de besos ¿ok? —
—Trato hecho—
Hago lo que me pide y de pronto siento una ventisca fría en mi rostro, no creo que hayan encendido el aire acondicionado de la oficina con este frío ¿o sí?
—Ya puedes abrir los ojos Nath—
Llevo mis manos a mis gafas acomodándolas un poco al mismo tiempo que abro poco a poco los ojos, no estamos en la oficina, estamos a orillas de Mississippi, mis ojos se abren como platos al ver la maravillosa vista
—¡Carajo! ¿Cómo haces eso? —
—Te dije que soy un demonio, al igual que tú, tengo cosas que ocultar, Nath, no es fácil tener una identidad como la mía, pero quiero comenzar a compartir mi mundo contigo—
Sus ojos centellean esmeralda y chasquea los dedos de una mano mientras que en la otra aparece ante mis ojos una linda rosa, yo solo observo asombrada
—No estoy loca—
—No, Nath, no lo estás, ya te lo he dicho, pero quiero explicarte que quizás esto esté un poco más allá de tu comprensión por ahora, tú también eres especial, pero necesitas dominar tus miedos, quiero ayudarte a hacerlo, hay algo en ti que me atrae tanto que me hace tener la necesidad de mostrarte todo de mí, hay mil cosas que quiero decirte, pero no te quiero abrumar, lo primero ya lo sabes, soy demonio, mis hermanos también lo son y juntos gobernamos el infierno, representamos los pecados capitales y el infierno se divide tal cual lo describe Dante, yo se lo he mostrado en sueños para que pudiese plasmar mi idea, pero al contrario de lo que muchas personas creen, nosotros no somos los que castigamos a la humanidad, sus almas se condenan por sus propias decisiones, dios, que por cierto es mi padre, es quien les otorga realmente el castigo y nosotros solo equilibramos el mundo, solo queremos darles un lugar mejor—
Trato de procesar toda la información me resulta impresionante que alguien que luce como cualquier humano pueda ser un demonio, aunque ya me ha mostrado un poco sus habilidades
—¿y lo de la cola y los cuernos? —
Me da una sonrisa negando con la cabeza
—Si bien, tengo una verdadera forma demoniaca, no tiene nada que ver con el tipo con patas de cabra y piel roja, eso es solo una idea absurda que implantaron en las personas para burlarse de mí—
—¿Hay muchos demonios? —
—Si, cuando la primer rebelión de ángeles, yo me llevé a la tercera parte de la guardia celestial ¡Carajo! Hable demasiado rápido—
—¿Qué? —
—Prácticamente te estoy dando mi verdadera identidad—
—La verdad no se mucho de religión, si he leído un poco la biblia, pero me considero una persona atea, bueno, consideraba, llegaste tú y me moviste todo el esquema, pero por favor no te detengas, me tienes muy curiosa—
—Está bien, te voy a satisfacer, yo comandé la primera rebelión de ángeles y muchos cayeron a la tierra junto conmigo, luego hubo otra rebelión en la que cayeron doscientos más, tengo casi la mitad de lo que alguna vez fue parte de la guardia celeste conmigo, pero en el infierno hay cargos, no solo somos gobernantes, hablo de mis hermanos y yo, somos príncipes del inframundo, los demás se convirtieron en demonios inferiores, que si bien, les permitimos tentar a la humanidad, son más vulnerables a los objetos religiosos como los crucifijos, los exorcismos, el agua bendita, en nosotros eso no tiene ningún efecto, aunque ya no nos gusta poseer cuerpos, eso lo hacíamos por diversión en la edad media—
—¿En serio te divertías poseyendo cuerpos? —
Se encoje de hombros y mira al horizonte
—En aquel entonces era bastante divertido, cuando los humanos inventaron más cosas ya tuvimos otras cosas en las cuales entretenernos, pero luego me encadenaron en el infierno y viví en soledad por mucho tiempo, nadie quiere estar en mi circulo—
—¿Cuál es tu circulo? —
—Te lo revelaré después—
—Me dejarás con la curiosidad, eres malvado—
—No lo soy, solo quiero que proceses la información y luego me tengas la misma confianza que yo te tengo, Nath—
—Te tengo bastante confianza, créeme, eres el primer hombre en mucho tiempo que tolero tener cerca—
—Eso me hace sentir alagado, pero mi identidad es un tema delicado aun, porque con ella viene una marea de explicaciones y hoy no tenemos mucho tiempo—
—Andrew, me dejarás con la curiosidad —
Respondo haciendo un puchero y él solo sonríe divertido por la situación
—Te lo diré pronto, la verdad me asombra que te lo estés tomando tan bien, aunque quiero decirte algo, como ya lo sabes, me gustas, lo que me haces sentir es auténtico y los demonios contrario a lo que las creencias judeo cristianas les enseñan a los humanos, los demonios no mentimos, nosotros les dimos el conocimiento a los humanos de diversas cosas que mi padre les restringió, les dimos la inteligencia sacándolos de la obscuridad de la ignorancia, nosotros siempre quisimos compartirles lo nuestro y en mi caso particular, quiero decirte que no te dejes guiar por lo que las escrituras digan de mí, siempre hay que escuchar las dos versiones de la historia—
—¿Por qué me dices todo esto? —
—Porque no quiero perderte al decirte mi identidad, me dolería mucho, no tienes idea de lo que has despertado en mí, eres la única que me ha quitado este vacío, ¡Carajo! No necesitas acostarte conmigo para yo poder sentir lo que siento, eres mi respiro de aire fresco, Harper—
—No me digas Harper—
—Así te llamas—
—Amo cuando me dices Nath—
—Nath, mi Nathalie—
—Andrew o ¿prefieres más Andy? —
—Andrew está bien—
Me acerco unos pasos a él y llevo mis manos a sus mejillas, agradezco traer tacones, por lo menos así quedo un poco más alta, lo suficiente para no tener que pararme de puntas, su barba pica en mis palmas, veo como suspira y cierra los ojos, pareciera relajarse ante mi toque
—Tú me has dado más que nadie en años, Andrew, me vale un carajo tu identidad, para mí solo eres Andrew Wargner, mi sexy jefe que me trata de ligar a cada momento y que me tiene maravillada—
Sus ojos se abren centellando y me sonríe
—De verdad ¿te gusto? —
—Mucho, pero también tengo cosas que contarte sobre mí, por eso no quiero acelerar una relación—
—No te voy a presionar—
—Gracias, y tranquilo, no te patearé las bolas, puedes besarme si quieres, la verdad me gusta bastante cuando lo haces, solo no te pases de la raya o conocerás la fuerza campirana —
—Prometo darte tu espacio, aunque me encanta invadir tu espacio personal como no tienes idea—