Besa mi cabeza sin forzarme a que lo mire, es genial que tengo a un tipo ardiente cerca de mí que no me forza a nada o será que no le intereso tanto, ni idea, pero una parte de mi se siente agradecida de que no se sobrepase, salvo el beso, pero creo que yo fui la atrevida que lo ha besado primero, tengo que dejar de pensar tanto, escucho que abre y cierra la puerta del baño y es ahí cuando me pongo manos a la obra para terminar de arreglarme, el maquillaje muy leve estará bien, no quiero tener un ataque de nervios y terminar con el delineador escurrido, la máquina de resonancias me pone nerviosa, una vez terminada la tarea tomo mi chaqueta y me la coloco para salir de la habitación, prefiero esperar afuera, no vaya a ser que se le ocurra salir en pelotas del baño, aunque dijo que sería más cuidadoso, no pienso arriesgarme, antes de salir tomo mis gafas y mi móvil, me encamino a la barra del desayunador que es lo único que me sirve de comedor, la ventaja de este lugar es que tenía una cocineta, equipada y los banquitos del desayunador, yo solo tengo unos pocos muebles que no llegan ni a ser un veinte por ciento de lo que debería tener una casa, de hecho el lugar se ve un poco vacío, pero me es suficiente, no espero recibir visitas; reviso mi móvil y veo un mensaje de Sam junto a su ya típica llamada perdida, abro el mensaje y leo las líneas
—Mañana estoy de vuelta a Nueva Orleans y te patearé el culo por mala amiga si no me dices que carajos te está pasando, me debes una buena explicación—
Suelto una pesada respiración y le texteo por w******p para responder
—Estoy bien, Sam, mañana estaré ocupada con un cliente y tengo unos informes que entregar, prometo que en la semana me daré tiempo para contarte todo—
Las notificaciones de entrega se vuelven azules y la leyenda de en línea se vuelve visible, creo que estaba esperando mi respuesta, veo la leyenda escribiendo y logro leer su sermón en la pantalla
—Solo quiero que estés bien, sé que te mudaste, ¿crees que el vecino no me lo diría? Además, tu doctora me llamó porque no te localiza y yo soy tu contacto de emergencia, entiende que estoy preocupada—
Niego con la cabeza, si bien un impulso me llevo a independizarme, ella debe entender que no estaré con ella siempre dentro de mi burbuja de confort, creo que hablaré con ella en cuanto tenga un espacio y seré directa, en estos momentos mi vida es complicada y necesito saber que mierda pasa en mi cabeza y que carajos pretende Andrew
—Lo siento, Sam, te lo diré todo, lo prometo, cuídate y salúdame a Vince—
Me responde con unos stickers de besos y abrazos, sonrío, es como una niña, amo a mi amiga ocurrente
—Nathalie, ¿puedo llevarme tu espejo? —
Pregunta Andrew sacándome de mi ensoñación, lo veo caminando por el pasillo enfundado en vaqueros, polera negra y una chaqueta, ¡wow! luce bastante bien en ropa informal, prefiero ese estilo al del intimidante jefe con traje, esperen un momento ¿acaba de pedirme mi espejo? ¿acaso no puede comprar uno él mismo?
—¿La baratija que tengo en mi cuarto? Me la regalaron de cumpleaños ¿Qué tiene de especial? —
Andrew suelta una pesada respiración y me mira con mucha atención, ese centelleo raro en sus ojos se hace presente, a este paso estoy pensando en que sea un alienígena o algo por el estilo, los hombres de n***o y la conspiración Roswell son ciertos
—Quien te lo regaló tenía malas intenciones, vuelvo a decir que necesitas una mente muy abierta para entender lo que pasa y te juro que te explicaré a detalle después de demostrarte que no tienes esquizofrenia, pero debes creer en mí, por esa cosa has tenido pesadillas recientemente, guarda cierto ritual obscuro—
Arqueo una ceja incrédula de semejante cosa, no creo en los seres sobrenaturales, me gustaría ver uno para saber si son reales, pero ya estoy loca así que ¿Qué más da si le creo un poco a este tipo?
—Andrew, haz lo que quieras, solo que tendré que comprar un nuevo espejo para poder arreglarme, el del baño es algo incómodo, no tiene mucha luz natural y no puedo maquillarme en el —
—Te voy a compensar regalándote uno, pero por tu bien debo llevarme el de tu habitación—
Solo asiento, ahora no se quien está más loco si él o yo, se regresa a mi habitación y solo observo hacia el pasillo esperando a que venga de vuelta, al regresar miro que carga su mochila consigo
—¿Estás lista? —
—Si, debo ir sin desayunar, así que estoy lista—
—Te llevaré a un buen lugar después de las pruebas ¿te gustan los wafles? —
—¿A quién no le gustan? —
Pregunto encogiéndome de hombros, él me sonríe y de nueva cuenta invade mi espacio personal besándome la frente
—te llevaré por unos wafles más tarde y, por cierto, luces hermosa—
—Gra-gracias—
—¿Nunca te dan cumplidos? —
—Es una historia muy larga que no estoy lista para contarte—
—Lo siento, soy muy curioso, yo también tengo cosas por contarte, pero vámonos que Lucius me pateará el culo si no llegamos a la hora que acordé con él—
—¿Hiciste una cita? —
—Si, cuando te quedaste inconsciente lo llamé, le conté sobre lo que estaba pasando y me pidió ser puntual—
Me levanto de mi asiento y tomo mi móvil y mi cartera que no entiendo cómo llegó al desayunador, junto al juego de llaves, quizás en mi ataque de ayer las deje tiradas por ahí y Andrew los tomó, en fin, le hago una ceña y sin esperarlo, toma mi mano
—No voy a escapar, grandote—
—Lo sé, solo estoy experimentando el ir de la mano de una chica linda—
Ruedo los ojos saliendo del apartamento, aseguro la puerta y nos hacemos camino por las escaleras tomados de la mano de nueva cuenta; salimos del edificio y caminamos por la acera, Andrew busca en uno de sus bolsillos y saca unas llaves, presiona el pequeño mando y las luces de un lindo auto parpadean, si no me equivoco, un Mercedes Benz, este chico tiene estilo
—No creerías que iríamos caminando ¿o sí? —
—Pensaba en un taxi o autobús, pero tú auto está bien—
Sonríe y se acerca abriendo la puerta del copiloto para mí, me acomodo en el lindo auto y en un abrir y cerrar de ojos el aparece en el asiento del piloto, se mueve demasiado rápido, enciende el auto y arranca
—Me llamo Andrew Wargner, al igual que tu veo a esos seres extraños, pero aún no te diré detalles al respecto, tengo dos años casi tres viviendo en esta ciudad, soy una persona muy curiosa y si debo aceptarlo que invado tu espacio personal por gusto, eres atractiva, así que acostúmbrate a los cumplidos de mi parte, que serán muy comunes y frecuentes; aunque me tengas quizás en un concepto de mujeriego yo te tengo en un buen concepto a ti, aunque tenga escasos días de conocerte—
—¿Por qué me dices esto? —
—Sencillo, la base de cualquier relación es la confianza, y no hablo solo de una relación amorosa, sino profesional, amistosa entre todos los tipos de relaciones existentes, soy alguien muy directo, puedo decirte que eso me ha metido en problemas una que otra vez, pero así soy y prefiero decir las cosas como son, no me gusta mentir—
—Eso es bastante bueno, no hay como la sinceridad—
—Entonces ya que estamos de acuerdo con eso, quiero que después de esos estudios, salgamos a desayunar y pasemos el día juntos, quiero poder decirte todo con libertad—
Trago en seco, el no aparta los ojos del camino que por cierto me resulta familiar, creo saber a qué hospital me lleva y es uno el cual mis bolsillos no pueden pagar
—Está bien, me tienes algo curiosa, solo una duda ¿tu pagarás todo esto? —
—Si, yo te lo propuse, yo pago y no está a discusión, además soy tu jefe y como tú jefe me preocupo por tu salud—
—Aún no eres mi jefe, no he firmado ningún contrato—
Veo como esboza una sonrisa, ¿Cómo puede estar tan seguro de todo? Quisiera tener la mitad de su seguridad
—Te haré una propuesta que no vas a poder rechazar, Nathalie—
—Creo que te gusta mucho mi segundo nombre—
—Es un nombre lindo y tú eres una gran chica—
—Insisto que no me conoces del todo y si te pasas de listo te patearé las bolas, aunque seas mi jefe—
—ahora ¿lo ves? Ya me dices jefe, bueno ya estamos aquí—
Suelta aparcando el auto en el estacionamiento, estamos en el centro de trasplantes multi órganos Ochsner
—No vas a traficar con mis órganos ¿o sí?
—No digas barbaridades, Harper, aquí trabaja mi hermano, bueno realmente trabaja en Nebraska, pero vino por un caso difícil con un paciente aquí en Nueva Orleans, jamás permitiría que te hicieran daño—
Dice en tono serio, estoy intrigada con su protección hacia mí, suspiro y antes de que baje del auto lo tomo de la mano
—Lo siento, solo fue una mala broma, no quería incomodarte—
Niega con la cabeza y me sonríe, lleva mi mano a sus labios y besa mis nudillos
—Tranquila, no pasa nada, ahora vamos—
Me sonrojo, veo como sale del auto y yo lo sigo, esto es realmente extraño, tanto que me hace dudar de mi realidad, si esto es una alucinación y ya estoy en un cuarto acolchonado, déjenme seguir viviéndola, quiero a mi sexy jefe para mi sola; Nos encaminamos hasta la entrada del gran edificio y un chico se tropieza con nosotros
—¡Carajo! Lo siento, yo… ¿señor Wargner? —
Un chico de ojos ambarinos, una barba visible, pero arreglada de piel clara le dirige la palabra a Andrew, veo que este le sonríe
—Hola Dan, ya te dije que me llames tío—
—Lo siento no me acostumbro creo que ni su sobrina se acostumbra aún —
Suelta pasándose una mano por la nuca un tanto nervioso
—Te presento a esta bella señorita, su nombre es Harper Collins, Harper este es Dan Thompson, yerno de mi hermano Dominick—
Extiendo mi mano hacia a él, me la estrecha con algo de fuerza notoria y me da una amplia sonrisa
—Mucho gusto, Harper, bueno, debo irme, solo vine con tío Lucius a entregar la documentación para la beca de la universidad, debo estar en clases en veinte minutos—
—Suerte con eso Dan—
—También fue un gusto conocerte, Dan—
Asiente sonriendo y sale corriendo de nueva cuenta para tomar camino hacia el estacionamiento
—¿Cómo es que Dominick Stargees y tu son hermanos? No tienen el mismo apellido —
—La respuesta que comúnmente damos es misma madre diferente padre, pero como eres muy curiosa te lo explicaré también cuando salgamos de aquí—
—La lista de cosas por responder va en aumento—
—Después de la explicación querrás saber aún más, se puede poner muy interesante—
Suelta algo divertido y yo solo niego con la cabeza ¿Cuántas cosas oculta este hombre? Ni idea, pero es entretenido, caminamos por el largo pasillo, veo que camina muy seguro y llegamos hasta la penúltima puerta, da unos golpecitos con sus nudillos y la puerta se abre, una enfermera aparece
—¿Puedo ayudarlo? —
—Si, vengo a ver a mi hermano, el doctor Simmons—
La mujer pone los ojos como platos, quizás no se imagina que este hombre sexy sea hermano de un médico
—Deje le digo que se encuentra aquí señor…—
—Wargner, Andrew Wargner—
—Señor Wargner—
Entra de nuevo al consultorio cerrando tras de sí y casi en el mismo instante aparece de nuevo abriendo la puerta
—Pasen, el Doctor Simmons los está esperando—
Asentimos y entramos en el consultorio, una habitación amplia de unos cinco por cinco, con una mesa de examinación, una báscula, un enorme librero de madera un escritorio amplio con un ordenador, dos sillas para recibirnos y detrás del dichoso mueble sentado en lo que parece una cómoda silla un tipo de cabello rubio de ojos grises que aparenta unos cuarenta nos observa, creo que el atractivo es de familia
—Hermano—
—Hola Andrew, tú debes ser Harper ¿cierto? —
Dice amablemente, asiento y nos acercamos tomando nuestros lugares
—Lucius creo que como yo ya te diste cuenta ¿o me equivoco? —
Suelta Andrew y sus ojos centellean de color esmeralda, siento ese cosquilleo en mi nuca de nuevo, Lucius se frota la barbilla y noto ese efecto también en sus ojos, pero de un tono azul neón
—Si, pero es la paciente a la que quieres que descartemos la esquizofrenia—
—Así es—
—Oigan, con todo respeto, pero puedo hablar—
—Lo siento Harper, mi hermano me dio una pequeña introducción de tu caso, pero tienes razón, la paciente eres tú, así que, dime, ¿desde cuando tienes este diagnóstico? —
—Oficialmente desde los diecisiete, pero desde niña recuerdo ver cosas, solo que ahora las alucinaciones son más violentas—
—Bien ¿hay algún trauma que las volvió más fuertes? —
Agacho la mirada al escuchar esa pregunta, juego con mis pulgares nerviosa, Andrew lo nota
—Lucius, ¿es necesario preguntar eso? —
—Solo quiero saber desde cuando se volvieron frecuentes, un accidente, algo que comprometiera a tu cerebro—
Mi mano va a la de Andrew tomándola, si bien esto es incómodo, es más la curiosidad que tengo al querer saber los resultados
—No fue un accidente como tal, pero si tuve un evento traumático, que si no le molesta no quiero dar detalles ahora —
Respondo mientras mira a Andrew, lleva su mano a mi mejilla y me acaricia
—Bien es todo lo que necesito saber del evento, entonces hubo un estado que comprometió tu psique, bien, ¿Qué medicamentos tomas? —
—Tomaba ziprasidona, no me hacían efecto, solo me provocaban mareos, jaquecas y nauseas, así que las suspendí desde la semana pasada, le comenté a mi psiquiatra, pero parece que le importó un comino mi opinión, así que también renuncié a las terapias—
—La ziprasidona es un medicamente bastante fuerte, si las alucinaciones no se fueron con eso entonces hay que buscar de dónde vienen, bien, comenzaremos con algunos exámenes sanguíneos y luego las tomografías, ya veremos qué es lo que pasa en tu cabeza—
Se para de su asiento y lo imitamos, se adelanta y nos hace una seña
—Acompáñenme a toma de muestras, es por aquí—
Hacemos lo que nos pide, estoy un tanto nerviosa, Andrew parece notarlo y ahora toma mi mano y me da un ligero apretón
—Vas a estar bien, Nath, te voy a cuidar, lo juro—
Susurra, yo solo puedo tomar una profunda respiración, ya veremos que carajos sale en los resultados.