Entre copas con la luna

70. VOTO DE CONFIANZA

Livi

Había quedado muy conflictuada por lo que me dijo Oz en el hospital, siempre he sido muy sensible cuando se trata de alguna situación relacionada con los niños pues viví en carne propia el abuso de muchos en el colegio, pero si era un tema de salud me afectaba más, me era difícil no llorar ante el llanto de alguno aun si era por una raspadura, sé que suena tonto, pero siempre fue así. Sin embargo, él tenía razón al decirme todo eso y aunque sé que no me lo dijo a mal, fue inevitable no llorar cuando regresé a casa con Benji y mi abuelo pensando en toda la situación, pero lo que más me afectó fue cuando desperté escuchando todo lo que decía ahogado en el doloroso llanto que lo abarcaba.

Nunca sabremos cuánto sufrimiento carga una persona hasta que la vemos en ese mismo punto en que vi y escuché a Oz anoche, me habría encantado hacer algo para eliminar el sufrimiento de ellos y que fuesen felices, pero lo único que podía hacer en el momento era abrazarlos dejando que compartiera un poco de ese calvario conmigo. Es por eso que hoy al levantarme atendí a Benji en lo que Oz se arreglaba para ir los cuatro al hospital, pues según nos informó mi abuelo, anoche llamó el doctor Diggs informando que había sacado la cita a las siete de la mañana y cubriría la ausencia de Oz con un permiso especial en la universidad.

Una vez quedamos listos tocó forzar un poco a Oz para que comiera algo porque no tenía ánimo de nada, lo que no es de sorprendernos considerando todo lo ocurrido con Benji, pero mi abuelo siempre sabe cuáles son las palabras exactas para llegar a él. En el trayecto Oz no soltó a Benji sino hasta llegar a la cita cuando el doctor Renné le pidió dejarlo en la camilla para revisarlo, nos informó de los exámenes que le harían y todos los tratamientos que serían posibles hacer dependiendo de los resultados, pero Oz no quiso perder tiempo en explicaciones hasta que no estuvieran listos.

Increíblemente salimos antes del consultorio porque el doctor le haría de una vez todo, puesto que fue programado ayer por el doctor Diggs adelantándose a todo esto, lo que nos llegó a sorprender al ver todo lo que había hecho por nosotros y especialmente por Benji en tan poco tiempo, por eso, mientras Oz estaba al pendiente de los exámenes y mi abuelo hablaba con la directora, no sé de qué cosas, yo fui a buscar al doctor Diggs encontrándolo en urgencias con un paciente, esperé a que terminara y fue cuando lo abordé de inmediato.

—Disculpe que lo moleste, pero me gustaría hablar un momento con usted si tiene tiempo.

Él ya me conocía, así que seguramente se hacía una idea sobre el motivo de mi inesperada visita. Me dio una señal para que lo esperara en lo que daba algunas indicaciones al personal y después vino conmigo dirigiendonos a la cafetería.

—¿A qué debo tu visita? —pregunta una vez nos sentamos.

—Quiero saber si Benji tiene alguna posibilidad de vivir sin importar lo difícil que sea el camino —su semblante cambió a uno más triste.

Era evidente que le afectaba esta situación.

—Son bajas las probabilidades, ahora mismo es más seguro que le quede un año de vida sin el tratamiento y los síntomas serían muy dolorosos para él —debí sacar muchas fuerzas para no llorar.

—Tiene que haber algo que pueda ayudar a Benji, él no puede morir cuando apenas está empezando a vivir.

—Olivia, es una cuestión de estadísticas y por desgracia él no tiene un buen panorama, mi sugerencia es que disfruten de su presencia tanto como puedan y háganlo feliz.

—¿Por eso nos ha ayudado tanto? —pregunté ofendida. —prefiere darnos la morfina para que no sufra en vez de darnos la cura para que se salve —afirmé con rabia.

—No es así, es solo que...

—Cállese —gruñí entre dientes para no hacer un escándalo en ese lugar. —Usted es doctor y el maestro de Oz, es quien más debería esforzarse en creer que Benji se puede salvar, pero si está tan seguro de que él morirá entonces me equivoqué al creer en usted.

Tenía unas fuertes ganas de abofetearlo en ese instante, pero no afectaría a Benji y Oz bajo ningún concepto, aunque era evidente que mis palabras le atravesaron como un puñal. Al saber mejor el panorama con él opté por levantarme para irme, pero antes de hacerlo lo miré como si fuera lo más insignificante del mundo en medio de mi dolor.

—Escúcheme bien doctor Diggs, Benji se salvará y tendrá una larga vida, se casará, tendrá hijos e incluso conocerá a sus nietos y le aseguro que eso no será gracias a usted, sino a todo lo que hará Oz de ahora en adelante por su hijo, porque a diferencia de usted yo SÍ creo en ellos y sé que saldrán adelante como padre e hijo —me incliné apoyando mis manos en la mesa sin apartar la mirada de la suya. —Se acordará de mí el día que vea a Oz en la portada de alguna revista médica siendo reconocido por sus increíbles logros y le aseguro que Benji estará entre las fotos diciéndole que fallaron todas sus estúpidas estadísticas; resultando vencedor gracias al increíble hombre que tiene como padre.

Salí de ese lugar lo más rápido posible regresando al piso donde estaba Oz, debí respirar profundo para tranquilizarme tras todo lo ocurrido con Diggs y evitar que él se diera cuenta, pues no quería abrumarlo con más cosas.

—¿Qué pasa nena? Parece que vinieras de querer asesinar a alguien sin éxito —pregunta inquisitivo.

—Discutí con la cajera de la cafetería porque no quería darme lo que pedía, pero ya solucioné eso —mentí, pero era mejor eso a decirle la verdad.

—Seguro... —contestó sin creer mucho en mi respuesta pese a darle un tono firme. —En fin, lo de Travis tomará una hora más, lo bueno es que todo se está haciendo seguido así que al atardecer tendrán listos los resultados.

—Eso es una excelente noticia.

—Es solo un avance, pero no la solución al problema —soltó con amargura, pero esta vez no me dejé llevar por el dolor.

—Tenías razón Oz —me mira confundido. —tú necesitas a alguien que te apoye de verdad y no un manojo de nervios que te complique más las cosas.

—Livi...

—Quiero que me hagas partícipe de todo lo que hagas con Benji y me expliques lo necesario en medicina para aprender a actuar ante cualquier emergencia que pueda pasar, haré lo que sea necesario Oz, pero te ayudaré sin importar nada —acuné su mano entre las mías con firmeza. —También quiero que sepas que creo fervientemente en que podrás salvarlo y sé que Benji vivirá muchos años gracias a ti, por eso te pido que confíes en mí y en que haré lo mejor por su bienestar para que no le falte amor, ni siquiera el tuyo.

—No sé qué te dieron en esa cafetería pero estás muy rara nena —soltó en broma dejándome ver una burlesca sonrisa al estilo Oz.

—No me dieron nada útil, pero yo sí le daré todo a Benji para que sea un buen niño y no le falte nada.

Él acunó su mano en mi mejilla y ladeó una sonrisa sincera.

—Gracias Livi, no solo por lo que dijiste, sino también por lo de anoche.

—Yo... no fue nada... —respondí nerviosa.

—Lo es todo para mí porque tú eres la única chica que ha estado a mi lado apoyándome en toda esta locura junto a Clyde —dejó un beso en mi frente muy fraternal. —Si estás segura de querer hacer eso, entonces te enseñaré a medida que vaya aprendiendo sobre la condición de Travis para que sepas todo lo que pasa y asimismo puedas actuar.

No pude evitar ocultar mi felicidad al saber que él me había dado nuevamente el voto de confianza con su hijo, pero esta vez me aseguraría de hacerlo a la perfección para no fallarle a nadie y tampoco a mí misma.

(...)

Oz

A media mañana se fueron todos nuevamente a casa para quedarse con Travis, Livi dijo que hoy no iría a la escuela pero sí seguiría estudiando allá mientras cuidaba a mi pequeño, me sorprendió mucho ver la determinación que tenía a comparación de hace unos días cuando estaba en urgencias, por un segundo dudé en si dejarla continuar o no, pero quise darle otra oportunidad al saber que al menos ella es responsable con lo que se propone y eso es suficiente peso para mí,

Por mi lado, estuve el resto de la mañana en clases avanzadas discutiendo varias temáticas con los maestros y a mediodía fui a la biblioteca para recopilar toda la información necesaria sobre el diagnóstico de Travis, quería empaparme de principio a fin para saber qué tan avanzado estaba el campo respecto a su condición y de esa manera buscar las mejores alternativas para él. También, en un pequeño espacio que tuve previo al trabajo, fui a las oficinas de la facultad para tener un listado de todos los maestros y directivos, así averiguaría su historial profesional y un poco de su vida privada acorde a lo que fuese necesitando, esto con el propósito de poder atraerlos como moscas en miel y obtener un mejor respaldo a futuro.

Ya para el atardecer regresé al consultorio del doctor Renné donde su asistente me informó que estaban listos los resultados, pero en ese momento él no se encontraba, así que le pedí me entregara todo y busqué un listado de otros oncólogos en el hospital, ahora mismo solo necesito atiborrarme de información, no de palabras vacías e inútiles, cada minuto en la vida de Travis es un grano de arena menos que juega en mi contra y no podía desaprovecharlos. Hablé con al menos tres oncólogos de diversas subespecialidades, también con dos inmunólogos y dos neurocirujanos, a todos les presenté el historial de Travis, comenté algunas teorías y debatí varias ideas con ellos que estaban asombrados al escucharme hablar con tanta propiedad, inclusive, hubo uno que me preguntó si en realidad no era un médico disfrazado de conserje, le seguí su estúpido juego para obtener más información resultando de utilidad ya que me ofreció una cita para discutir esa semana el caso con mayor profundidad.

A diferencia de ayer no me dejé caer por los resultados, las lágrimas no podían ser admitidas bajo ningún criterio a no ser que tuviera un verdadero espacio para mí, porque ni siquiera quería que Travis me viera mal otra vez, aunque sé que en algún punto será inevitable por mi condición, pero eso no me detendrá en mi objetivo de salvar la vida de mi hijo sin importar cuántos favores deba hacer en el camino o cuánta droga deba traficar parar obtener el dinero, todo será por él.