83. UNO POR LOS TRES

2596 Words
Octubre Los últimos meses han sido de no creer para mí y así como el año pasado estos mismos meses fueron de muchos cambios en mi vida, los del presente año no fueron la excepción. Después de firmar el contrato con Borson volví a la universidad y esa misma semana quedé al día con todas mis asignaturas, también me dieron un permiso especial (por petición de él) para estar en clases avanzadas sin tener inconveniente alguno y si el docente en cuestión lo consideraba, podía pasarme en la asignatura respondiendo ante él con los trabajos y exámenes correspondientes. Esto prácticamente hizo que los cuatro años que debía estudiar de pre medicina se redujeran a un año y en agosto me hice oficialmente un estudiante de la escuela de medicina. Parece imposible de creer considerando el tiempo de estudio, pero es porque no volví a trabajar en el hospital, sino que me dediqué a trabajar únicamente para Borson en todo este tiempo, el ingreso es bastante bueno y me permitió solventar muchos gastos para Travis, sacar para unos ahorros y también compré algunas cosas para él que eran necesarias como ropa, zapatos y artículos de uso personal, una “pequeña” compra que terminó excediendo Livi al querer llevarle prendas para cuando estuviera más grande. Si se analiza con detenimiento, realmente no se compró mucha ropa que le quede actualmente, pero prácticamente esa mujer se encargó que tuviera vestimenta hasta los tres años, algo que casi provoca un infarto en Bonny cuando supo esto porque, según ella, quería encargarse de TODO el guardarropa de mi hijo y cuando digo todo, me refiero a que ella estaba diseñando el traje de boda de Travis… literalmente. Igual preferí evitarme esa migraña y dejé que las dos discutieran el asunto, lo que sí, fue que accedí a lo que decía Bonny ya que ella me ahorraría mucho tiempo y dinero escogiendo lo mejor para mi pequeño, pues era el regalo para él como madrina. En cuanto a ella e Isma, no volvieron a hablar en este tiempo, pero igual nos preguntaban cómo estaba el otro, pese a la inminente separación era evidente que el amor entre ambos prevalecía, pero realmente aceptaron la distancia haciendo cada uno su vida con sus pedazos y los recuerdos que era todo lo que quedaba para ambos. Respecto a Marc y Livi… bueno, hablé con él ese mismo día que mi hijo dijo sus primeras palabras contándole todo lo ocurrido, era mi hermano y no podía callarme algo como eso, pero igual me sinceré dejando en claro que mi interés por ella no era del tipo amoroso, sí quiero muchísimo a Livi, pero no la amo, no en la forma que lo hace él, también le di a entender que había escuchado la conversación que tuvo con ella cuando sufrí el desmayo y le dije que jamás haría algo tan bajo como quitarle una novia a él o Isma, claro que el hecho de acostarme con Bonny fue otra cuestión porque en aquel entonces no eran nada ni había sentimientos, pero una vez éstos nacieron en ellos, yo me hice a un lado para no intervenir más en la vida de ambos, al menos no de esa manera. En ambos eventos, ahora que lo veo en retrospectiva, me doy cuenta que en verdad la hermandad entre nosotros tres parece inquebrantable y todo porque la honestidad y lealtad es algo que prevalece sin importar nada. Lo otro que también me dejó tranquilo fue que Livi habló con él al día siguiente contándole todo igual que yo, Marc comprendió lo ocurrido sin señalarla de nada, sino que antes su amor incrementó al ver que ella no se atrevió a ocultarle algo de tal magnitud y a su vez me hizo feliz al ver que el futuro de ellos realmente sería prometedor. En cuanto a Clyde, él sigue dándome su apoyo incondicional, trabaja fuerte por todos, me ayuda llevando a Travis a todas las citas con Renné, a sus exámenes médicos, le da su medicación acorde a las indicaciones, está pendiente de sus síntomas, cambios físicos, anímicos, en fin, ha sido un abuelo ejemplar que me ha regalado mucha fortaleza, aunque nunca se lo he dicho. Y mi pequeño, aquel que ahora me observa con la luz más pura que sus zafiros puedan brindar, me está dando otro de los regalos más bellos que jamás olvidaré, la oportunidad de verlo cumplir su primer año de vida. Soy el maldito bastardo enfermo mental de mierda más afortunado del mundo solo por tenerlos a mi lado, especialmente a él y lo que más me alegra es que hoy no cierro un ataúd, sino su primer regalo de cumpleaños, algo que jamás he querido celebrar en mi vida y hoy significa tanto para mí aun cuando todavía está en peligro de muerte. —Muy bien pequeño, hora de ayudar al viejo en la cocina, no sea que haga un desastre con tu pastel y nos ganemos una pelea hoy —estira sus brazos para que lo cargue, lo cual no tardo en hacer. Trav todavía no logra caminar, pero al menos se sostiene tanto como puede, quizás sea por los golpes que recibió de Madison o tal vez por un desarrollo común en los niños de su edad, pero eso no nos detiene en nada, menos al ver que cada día ríe con todas sus fuerzas. En este tiempo también aprendió a decir algunas palabras más, como por ejemplo: sí, allá y "eta" (que se supone significa galleta), lo incentivamos para que repita más palabras, pero él se niega a hacerlo echándose a reír al vernos tan insistentes, o se avergüenza un poco cuando estamos a solas y le enseño a decir mamá mostrándole una foto de Livi, lo que todavía no dice, pero sé que lo hará. Para el mediodía llegaron Isma y Marc quienes hicieron todo lo posible por viajar para acompañarnos este día, también porque no estuvieron para el grado de Livi ni su cumpleaños, así que los tres eventos los celebraríamos hoy, tomando las horas del día para celebrar con Travis y en la noche iríamos los cuatro a una fiesta de disfraces con temática de los años veinte en un bar; haciéndolo un excelente lugar para celebrar la mayoría de edad de Livi, por desgracia Bonny dijo que lo más seguro era que no alcanzaría a llegar hoy por un proyecto de moda que debía entregar, así que no contaríamos con su presencia en la fiesta. —Abran paso que llegó el cumpleañero —Livi y Clyde reparan en nosotros que vamos entrando a la cocina a lo que ella viene revolviendo la mezcla de galletas. —Te ves guapísimo mi niño hermoso —halaga ella con dulzura y mi pequeño como siempre pide estar en sus brazos. Ella toma a Travis diciendo cuántos corazones romperá con lo guapo que se ve gracias a la nueva ropa que le envió su tía de cumpleaños, los chicos bajan tras ducharse haciéndole también halagos mientras Clyde y yo continuamos con todo. Estas ocasiones en las que podemos estar reunidos me llenan de mucha tranquilidad apaciguando mis voces, al menos tanto como es posible. —Livi, necesito que firmes unos documentos —menciono al cabo de una hora cuando me libro de algunas cosas en la cocina. —¿Documentos? ¿De qué? —Es sobre la tutoría de Travis, estaba esperando que te entregaran tu identificación para hacerlo y hace poco el abogado me envió los papeles para que los firmes con la información actualizada. —Creí que el primero sería el único. —Lo sería de no ser porque eras menor de edad. No dijo nada más y acomodé todo en las páginas correspondientes para que firmara, hubo un momento en que quiso leer todo, pero mi pequeño no hacía más que distraerla con sus juegos morbosos haciéndola reír y como debíamos terminar los preparativos, firmó en cada lugar que le señalé sin ver nada. De saberlo antes habría sacado un préstamo en el banco a su nombre y no se habría dado cuenta, hasta un seguro de vida por miles de millones. A mitad de la tarde acomodamos todo en la mesa, organizamos los regalos, la comida y varias bebidas, encendí la vela en lo que todos ellos cantaban esa estúpida canción que odiaba con el alma, pero mi pequeño sonreía a más no poder al verlos tan felices acompañándolos con los aplausos, yo lo tenía en mis brazos grabándome cada gesto de su rostro, cada ángulo que me regalaba, cada segundo era sagrado para mí. Al ellos finalizar le di la señal a Trav, había practicado antes con él así que ya sabía qué hacer, logrando apagar la vela por sí solo emocionándose más en compañía de nuestra familia. Livi repartió la torta para todos, Clyde las bebidas e Isma y Marc tomaron los regalos y los abrían frente a todos para que Trav los viera. Ellos le regalaron dos LP, uno de Pink Floyd y otro de Guns N’ Roses, Livi le regaló un peluche de oveja hecho por ella para que acompañara al que ya tenía y Clyde le obsequió una esclava en oro con sus iniciales. —Oz, no encuentro tu regalo ¿lo dejaste en la alcoba? —pregunta Isma. —No, yo le obsequié algo que no podía guardar en una caja, pero que siempre estará a la vista de él —todos se quedan viéndome con la misma incógnita. —¿Ya vas a empezar con tus misterios? Di dónde dejaste el regalo de Benji. —Ya les dije y no insistan. —Sea lo que sea, no importa —menciona Clyde dejándome esta vez a mí con la incógnita. —Creo que le has dado el regalo más importante de todos que es su vida y nada puede superar eso, de no ser por ti, hoy no estaríamos celebrando algo tan importante. En verdad odio admitirlo, pero en las pocas veces que él salía con palabras de ese tipo, una calidez se desprendía de mi pecho haciéndome sentir orgulloso y muy feliz por todo lo que he hecho y sacrificado en este año. —Gracias viejo. —Gracias a ti por darnos el regalo más hermoso de todos. En el semblante de cada uno encontré seguridad, calidez, apoyo, cariño y una familia a la cual sentía pertenecía, una que me aceptaba por lo que era y que en vez de darme la espalda, siempre estaban listos para extenderme una mano en lo que necesitara aun si no quería recibirla. (…) Caída la noche los chicos y yo nos preparamos para la fiesta al igual que Livi, claro que los dos decidieron cambiarse en mi habitación para hablar un poco en lo que jugábamos con Travis, quien no podía borrar su enorme alegría del rostro y menos al ver al par de idiotas haciéndole caras y voces graciosas con las ovejas en sus manos. —Deberías decirle a Livi que haga otra para que participes —menciona Marc. —Seguro, pero que sea un oso o un lobo para comerme a esas dos ovejas. —Excelente, le diré que lo haga. —¿Sí sabes que lo dije en broma? —Sí, pero yo no. —Mejor apresúrense, esta noche quiero disfrutar con los dos como en los viejos tiempos —reclama Isma. —No estaría mal. Marc, ¿crees que Livi te suelte la correa para una salida solo los tres o se pone muy estricta con esa regla de madera? Las expresiones de cada uno eran de fotografía, yo con una sonrisa perversa, Marc viéndome primero desconcertado y después comprendiendo a lo que me refería, así que ahora quería matarme, e Isma pensando en mil ideas al ver nuestros rostros mientras Trav se preparaba para reír al saber que vendría una escena de película para él, quien siempre disfrutaba estos momentos cada que veía el mismo semblante maquiavélico en mí. —¿¡Qué diablos escuchaste Oz!? —pregunta Marc exaltado y muy enojado. —¿De qué hablan? ¿Qué pasó? —Una pequeña lección ¿No es así señor Jhonson? —canturrié bufonesco provocándolo más. —¿Lección? —Isma se queda pensando unos segundos hasta caer en cuenta de a qué me refiero. —Mierda, no me digas que los viste. —¡Ojalá! habría quedado sin mano ese mismo día, pero lo que escuché me bastó para desfogarme esa semana con un par de fantasías. —¡No te atrevas a decir una palabra más! —Venga Marcus, tienes que contarnos más detalles —insiste Isma. —¡Claro que no! Jamás les diré una palabra, eso es algo que nos concierne únicamente a Livi y a mí —contestó muy a la defensiva. —Espera… Oz mencionó una regla de madera… Oh mierda… —la cara de Isma sin duda me dijo que sabía más que yo. —Por eso me pediste que te acompañara a comprarle esas cosas a Livi. —¡CÁLLATE! —Exijo saber qué cosas compraron y por qué no me dijeron nada. —Ni se te ocurra decir una palabra más Ismael Friedman —amenazó Marc a Isma de una forma que jamás llegamos a ver, pero a nosotros nada nos quitaba la emoción. —¿Sobre qué señor Jhonson? ¿Sobre la regla de madera, el bolígrafo metálico, las corbatas o las gafas que jamás vi a Livi usar? —soltó Ismael generando un rush electrizante en mi cuerpo solo de imaginar a Livi usando todo eso y más. Las cosas se pusieron más salvajes entre los tres, Marcus tratando de callarlo, Ismael exigiendo saber los detalles de lo que había escuchado y yo queriendo saber más de sus encuentros sexuales… definitivamente Marcus es fácil de domar, lo que me da una clarísima idea de cuán dominante es Livi en la cama con él. Es una suerte que las mujeres se demoren tanto en arreglarse, ya que eso nos permitió seguir molestando a Marcus con miles de cosas más que nos hizo reír hasta las lágrimas a los tres, porque mi hijo no se quedó atrás con sus risas. Al final nos terminamos de arreglar con los trajes correspondientes a la época acompañados de un sombrero para cada uno, todos diseñados, fabricados y enviados por Bonny (detalle que le pedí con tiempo hacía un par de semanas). Nos quedamos en la sala con Clyde y Travis hablando trivialidades; cuando escuchamos unos tacones que silenciaron las voces de todos y nuestras miradas repararon en el vestido dorado que se me movía sensual entre las increíbles curvas de Livi, acompañado de un accesorio en su cabeza color dorado con plumas negras, aretes largos al igual que el collar de perlas, medias veladas negras, un abrigo y cabello recogido estilo vintage. —Bastardo con suerte —murmuramos Isma y yo a Marc quien no salía de su asombro al igual que nosotros. —Sí, la verdad lo soy —respondió con una cara de idiota que no se la quita nadie. Marc fue con ella dándole un beso en lo que ambos se sumergían en su burbuja romántica, mientras nosotros nos despedíamos de Clyde y mi pequeño manojo de perversión que exigía los brazos de Livi, pero estoy seguro que su solicitud solo era para tamborear ese par de… Joder, debo controlarme o no habrá boda en esta casa… Todos subimos al taxi y partimos al bar siendo Clyde y mi pequeño la última mejor vista antes de partir.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD