42. PERCEPCIÓN

1748 Words
Oz La tomo rápidamente antes de que caiga al suelo acomodándola mejor en mis brazos. —¿Ella está bien? —Sí, solo se ha desmayado, no te preocupes, supongo que esta discusión fue demasiado para ella. Nos fuimos a su alcoba donde la acomodé sobre la cama cubriéndola bien, Marc deja un beso en su frente y acaricia su cabello con suavidad, yo solo dejo una caricia en su mejilla y ambos salimos rumbo al despacho. Al llegar sirvo dos vasos de bourbon y tomamos asiento en el sofá. —Gracias por venir tan rápido. —Gracias por cuidar de mi hija. —No lo hice Marc, les fallé a todos y por mi culpa ella terminó muy mal, de saber lo que había pasado con ese sujeto no le habría insistido en que viniéramos a Londres, ella dijo que no quería verlo, pero nunca me imaginé nada de lo que pasó. —Para mí también fue difícil enterarme de eso, fue demasiada información en tan poco tiempo y más al enterarme de lo que hiciste por ella en todos estos días. Bebo y sirvo un poco más, esta semana fue demasiado larga para mí y lo peor de todo es que todavía no termina. —Haría lo que sea para mantenerla a salvo y lo sabes, ella es importante para esta familia. —Y también para ti —definitivamente lo sabe. —Mira, no diré que comprendo la situación porque eso sería una mentira, pero lo que sí tengo claro es que ella significa demasiado en tu vida y esto va más allá de una sobrina favorita, ella llegó profundo en ti ¿no es así? —Desde hace años dije que ella causaría estragos en nosotros y no mentí. —Oz, ¿estás seguro de que quieres hacer esto? Podemos entrar a negociar los términos y así librarte de muchas cosas, sé que si algo llega a pasarte ella no se lo perdonaría. —Es mi deuda Marcus, deja que me encargue de mis asuntos, solo cuida de ella en lo que yo me ausento esos dos días. —Así será ¿Y qué pasará con los Müller? —Ellos son inocentes y víctimas en toda esta situación, además de que le han cogido estima a Rag, déjalos aquí un tiempo para mantenerlos a salvo. —De acuerdo. También tengo algo para ti, revísalo y si decides usar ese As entonces avísame. Tomo el sobre revisando su contenido. Marcus está dispuesto a dar una fuerte suma con tal de liberarme de mis deudores, pero sé que un par de ellos no me dejarán libre hasta que logren saciar su sed conmigo. —Quédatelo porque esto no me servirá para todos, hay cosas que no se resuelven con dinero y el odio que tienen hacia mí es grande. —Prométeme que volverás con vida Oz, no quiero ver otra vez esa cara en mi hija, no soportaría verla llorar si lo peor llega a pasarte. —Haré lo que pueda, pero no prometo nada. —Oz... —No Marcus, no esta vez, ya los decepcioné al descuidarla y no haré otra promesa para incumplirla. Tomo mi trago, dejo el sobre en la mesa y salgo del despacho sin mirar atrás directo al cuarto de ella, me cuesta un poco abrir la puerta pero finalmente lo hago, se ve tan hermosa durmiendo, lástima que tenga pesadillas, su ceño está fruncido y sus manos empuñadas, me siento junto a ella acostándola en mi pecho y la abrazo con cuidado impregnándome de la fragancia en su piel, hoy es azahar y lavanda. —Perdóname Rag, solo te pido que no me odies por lo que haré, pero entiende que te quería con vida y no vi otra opción rápida y efectiva. La abrazo un poco más fuerte hundiendo mi nariz en su cabellera, todo lo que vivimos en este viaje y lo que viví estos años con ella viene a mi mente, también todo lo vivido con Travis desde el primer día que lo tuve en mis brazos y dejo salir ese dolor por la incertidumbre de no saber si volveré a verlos otra vez. Jamás creí en religiones o en dioses, pero siempre he creído en mí mismo y en mi familia, esa que se construyó con personas fracturadas en muchos aspectos, una que es perfectamente imperfecta haciendo que todos encajemos en ella. Me gustaría tener una garantía por muy pequeña que sea de que volveré a verlos, pero no veo un futuro certero para mí excepto la muerte. Acomodo a mi pequeña nuevamente en el colchón, cubro bien su cuerpo y acaricio su mejilla en lo que dejo unidas nuestras frentes. —Hazme renacer en tus labios mi pequeña, perdóname por abandonarte y no olvides que te amo Rag, lo he hecho desde la primera vez que te vi y lo haré después de mi muerte. Dejé un casto beso en sus labios, sentí una presión en los míos y abrí mis ojos pensando que ella lo haría, pero no, seguía inconsciente y aun así algo en su cuerpo la hacía reaccionar a ese gesto, solo ella logra sacarme una sonrisa sincera con su existencia. —Siempre dije que eres increíble, adiós mi pequeña. Dejé otro beso en sus labios sintiendo su respuesta y salí rápidamente de esa casa sin mirar atrás un solo segundo. Por mucho que quisiera estar con ella sabía que no era posible, antes tomé tiempo prestado y eso me saldría muy caro más adelante, pero todo valdría la pena, ella soportó el infierno desde que era un bebé e incluso ahora lo volvió a soportar por protegernos a todos, así que haría lo mismo por ella. —Señor, permítame acompañarlo. —Este trayecto me toca solo José, pero te pido que cuides de mi pequeña, ella es lo más valioso que tenemos. —Y así será señor, sé que las circunstancias no fueron las más adecuadas, pero déjeme acompañarlo, considérelo un último servicio para usted si quiere verlo de esa manera. —Creí que tu lealtad era con Ragnar. —Es principalmente con ella, pero también con la familia y usted es importante en su vida. —De acuerdo, supongo que una compañía no me caerá mal. Nos acercamos al auto, él abre la puerta para mí y luego sube del lado del conductor para alejarnos de la casa, vi las ventanas esperando que ella se asomara y al mismo tiempo deseando que no lo hiciera, sería más doloroso verla tras el cristal con su mirada fracturada. Al cabo de unos minutos llegamos a mi destino donde hay algunas camionetas y todos los hombres esperando por mí, ambos nos bajamos del auto acomodándonos frente a ellos. —José, qué milagro verte en este lugar ¿Acaso debo esperar una emboscada por tu parte Oz? —No, él no tiene nada que ver, solo seremos tú y yo. —Señor… —Ya puedes retirarte, no olvides lo que te pedí José, sabes cuánto vale para mí. —Señor, no olvide que al decirle “siempre” a alguien también se genera una promesa con esa persona, por favor no le vaya a fallar. Sentí una gran tensión en mi cuerpo al comprender sus palabras, si antes me sentía mal al abandonarla; ahora la sensación es peor. —Haré lo que pueda, pero no prometo nada. —La promesa ya está hecha, solo debe cumplirla y seguir siendo un hombre de palabra, lo veré pronto señor y permítame decirle que ha sido un placer trabajar para usted en estos días. Él estira su mano con una sonrisa sincera, respondo el gesto estrechando ambos con fuerza y luego sube al auto, pero no se va de inmediato. Me giro un momento mirando su rostro, él asiente ligeramente y retorno mi mirada a esos sujetos, sigo mi camino hacia ellos subiéndome en una de las camionetas y salimos rápidamente del lugar. El idiota de Ben está diciendo no sé cuántas estupideces mientras miro por la ventana y un relámpago resuena a lo ancho del cielo iluminándolo brevemente, mis ojos se abren, mi corazón se agita, siento como si ella se levantara abruptamente de esa cama a la vez que escuché ese sonido ensordecedor y la lluvia comienza a caer con fuerza borrando todo rastro del camino detrás de mí. Ragnar Me siento de inmediato al escuchar ese relámpago tan fuerte, mi corazón parece detenerse y ese vacío se hace más fuerte, algo no está bien. De pronto caigo en cuenta de que los Müller y Marcus están en la habitación bastante preocupados. —¿Dónde está Oz? El silencio abunda en el lugar, pero no necesité palabra alguna para comprender lo que ocurría porque sus rostros de preocupación e impotencia me lo dijeron todo. Salí corriendo de la habitación, Marcus trata de detenerme; pero corro más rápido hasta llegar a la entrada principal encontrándome con José quien me retiene entre sus brazos, trato de liberarme de su agarré, pero él tampoco se rinde. —Suéltame, es una orden. —No señorita; debe calmarse primero, recuerde lo que siempre me dice: con la cabeza caliente se consigue hacer estupideces, pero con la cabeza fría se puede conseguir el mundo entero —detengo mi forcejeo al comprender su actitud y nos miramos fijamente. —Tú sabes dónde está —afirmé. —Sí, pero todavía no es el momento de buscarlo, recuerde que tiene otros asuntos que atender y le conviene más esperar un poco, confíe en él. Me entrega una Tablet donde veo la información que tenía preparada para mí, leo todo y mi semblante es más serio, entonces voy controlando mis confusas emociones con cada palabra e imagen que veo en la pantalla. —Entrega a los Müller la lista con todo lo que necesitaremos y prepara solo un puñado de nuestros hombres, cuantos menos seamos será mejor y confirma la cita con ella a primera hora, no quiero perder un minuto de su vida en estupideces. —Ya están seleccionados y listos para obedecer sus órdenes, la cita confirmada y la lista enviada, coordinaré con ellos para recoger la mercancía. —No quiero errores José, no está permitido tenerlos, porque a partir de esta noche Londres arderá bajo mi mano y convertiré a Gran Bretaña en cenizas si es necesario. Odio, ira, crueldad, eso es lo que me enseñaron desde que nací y es lo que desataré en esta maldita isla si Oz llega a morir.
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