18. REGALOS

2861 Words
Actualidad Este último año y medio ha sido bastante bueno en la vida de ella, avanzó mucho en sus estudios hasta el punto de conseguir su título de bachiller, ahora Livi le enseña en un nivel universitario, Marc la instruye en negocios y yo le doy clases de medicina e ingeniería, también ha podido acercarse a todos dejando apenas medio metro de distancia, eso sí, todavía tiene limitaciones como por ejemplo: tomar la mano de alguien, que la abracen o estar en lugares llenos de gente como cines, ferias, centros comerciales, entre otros. Sin embargo, así como ella ha progresado en ese sentido, también hubo muchas dificultades en la familia, Marcus por su lado llegó a ganarse el odio de sus hijos al estos ver cómo llegaba su hermana con heridas en su cuerpo y nunca hablamos con ellos sobre los entrenamientos pues los resultados lo decían todo. A quien sí le contamos al detalle fue a Livi, ella había hablado conmigo para estar al tanto de lo que hacíamos, nos llegamos a ganar varias bofetadas de ella, pero nunca nos arrepentimos de nada porque teníamos el consentimiento de la pequeña y solo nosotros conocíamos el verdadero esfuerzo que hacía para cumplir sus objetivos. Travis por su parte llegó a ver pocas veces sus heridas, me pedía explicaciones y le di las necesarias, también estuvo a la defensiva, pero en cada visita al ver que ella se acercaba más a él, comprendía que era mejor no quejarse más y esperar el resultado final de esto, quizás podía ocurrir lo mismo en un tiempo con Liam y Robert, pero habría que esperar para saberlo. Lo que me alegró bastante fue saber que ellos se hablaban mucho, Livi me decía que las veces que él llamaba solía hablar con la pequeña y a veces hasta se quedaban una hora al teléfono. También, por boca de él, supe que en las veces que venía y no podía acompañarlos, ellos solían ir al parque a caminar, hacían ejercicio e incluso ella le ayudaba a entrenar. En las ocasiones que podía acompañarlos se veían bien juntos, se nota el cariño que le tiene por cómo le habla y la consciente con lo que ella desea, la trata y cuida como si fuese su hermana menor. Ella por su parte no le hace ningún desprecio, aunque sí sigue haciéndole bromas conmigo como desnudarlo al dormir, tomarle fotos o videos comprometedores y se aprovecha de él gracias a las clases de actuación que le he dado, siendo esta su mejor arma para dominarlo. (…) Llevaba unas semanas sin compartir con la familia e incluso debí pausar mis clases y entrenamientos con la pequeña por cuestiones laborales y académicas, aprovecharía que Marcus salió de viaje por negocios y Livi fue a visitar a su hermana para hacer una salida con los chicos este fin de semana. Nos subimos a mi auto y fuimos directo a un campo de paintball donde ya tenían todo preparado para nosotros cinco, nos faltaba un sexto para quedar en empate, pero la pequeña dijo que haría grupo conmigo para que Liam, Robert y Travis fueran otro. —No es justo, tienes más entrenamiento y puedes ganarnos fácilmente —protesta Liam. —Ustedes tres son adolescentes, hacen mucho ejercicio, deportes y son inteligentes, así que no importa mi entrenamiento sino la estrategia para ganar, recuerda que esto es paintball, no lucha libre —una líder nata mi pequeña luna. —Tiene razón, nosotros somos tres y cada uno tiene sus fortalezas, así que hagamos un buen plan y acabemos con ellos —tan propio de Robert tomar el mando cuando no quiere perder más tiempo en tonterías. Nos fuimos a alistar con el equipo y el armamento, cada grupo trazó su estrategia, pero mi pequeña y yo no teníamos interés alguno en obtener la bandera de ellos, sino en demostrar que somos excelentes cazadores y para hacerlo más interesante, apostamos que el equipo perdedor debía hacer lo que el ganador quisiera por seis horas seguidas. —¿Ya pensaste qué quieres hacer con tus esclavos, pequeña? —Tengo muchas ideas, pero no tiempo suficiente. —Entonces vamos a debatirlas después y escogemos las mejores para aprovechar al máximo las seis horas. Ella toma nuestras armas, me entrega la mía y nuestros ojos oscurecen dando esa señal de que estamos listos para ir por nuestro premio. Llevábamos dos horas de juego y la pelea iba muy pareja, se nota que los tres sacaron lo mejor de sí mismos, además de estar motivados por la apuesta, estoy seguro que cada uno tenía una cuenta por cobrar a nuestra luciferina, pero no estaba dispuesto a permitir la derrota. Íbamos en un excelente punto de persecución cuando una fuerte tormenta se hace presente, hacen sonar una alarma en el lugar indicando que debíamos terminar el juego, pero ninguno accedió a renunciar hasta obtener la victoria. Noté que mi pequeña había logrado sacar con éxito a Robert, fue una pieza clave en su equipo puesto que era el estratega, ahora debíamos acabar con dos más y esto sería nuestro, ella me dio la señal para ir tras Liam y ella iría por Travis. Aproveché que la tormenta se hizo más fuerte para escabullirme entre los arbustos, me ubiqué cerca de la bandera y esperé a que él apareciera, sabía que ella estaría en el punto de ellos para atrapar a Travis quien es excelente para la defensa, así que en cualquier momento aparecería Liam. Tal como lo predije, al cabo de unos minutos estaba cerca buscándonos, preparé mi arma y jugué con él mientras lo rodeaba como si hubiese una manada de lobos acorralándolo en la zona. —Donde sea que estés, te encontraré y ganaré —dice muy seguro de sí mismo. Corre al lugar donde está la bandera, pero no sale de inmediato, tiene que acabarme y llegar a su punto para ganar, arrojo una piedra al techo para llamar su atención, luego otra a un lado del fuerte y él sale corriendo con la bandera, le doy un poco de ventaja haciendo que siga el camino que deseo, entonces termina resbalando en un lodazal y descargo mi arma sobre él para luego atrapar la bandera. —Buena jugada, pero te falta mucho por aprender ahijado. Arrojo su arma un poco lejos y salgo corriendo con la bandera, entonces suena otra señal y el clima se pone más intenso, si esto sigue así será más difícil salir del lugar. Me regreso por Liam quien no está donde lo dejé, pero unas pocas huellas que iban desapareciendo me dan a entender que se lastimó un tobillo, intento buscar su rastro durante diez minutos, aunque estas desaparecen más rápido por el clima y escucho un grito proveniente de él, corro rápidamente hasta encontrarlo tirado en el suelo y levanta su vista con un poco de dificultad. —Me doblé el tobillo y volví a resbalar lastimándome más. —De acuerdo, apóyate en mí para salir más rápido, debemos encontrar a tu hermana y a Travis así que estate pendiente de ellos —asiente y nos vamos lo más rápido que podemos. Hubo algunas ocasiones en las que casi caemos, pero pude sostenerlo a tiempo. Nos tomó veinte minutos encontrar el lugar donde nos esperaban los demás, se veían preocupados y más al ver a Liam, pedí que me prestaran la camilla que tenían en la enfermería y atendí la herida lo antes posible. Él sí llegó a quedar bastante lastimado con la segunda caída, pero por suerte no hubo fractura, así que sanaría rápidamente en unos días. Nos cambiamos en el lugar para estar secos y tomamos algunas bebidas calientes en lo que esperábamos a que escampara. —Propongo un brindis por un increíble juego y el primero de muchos —dice mi hijo bastante alegre. Levantamos nuestros pocillos y brindamos como si todos fuésemos ganadores, si algo tiene Travis es que aprendió bien de Livi y Marc a tener esa hermandad por encima de todo. Estuvimos riendo y recordando todo lo que hicimos, por desgracia Travis y mi luna tuvieron dificultades, pero él reconoció que de no haber sido por la tormenta ella habría ganado, sin embargo, él le ofreció una tregua y salieron juntos de ahí antes de que las cosas se pusieran peor como nos pasó a Liam y a mí. Regresamos a mi casa luego de una hora de espera y nos dimos una ducha para quedar mejor, pedí pizza para comer entre todos y luego jugamos a las adivinanzas en la sala, no quisimos hacer nada que implicara movernos para evitar que Liam se lastimara más, así que nos divertimos entre varios juegos hasta tarde. Entre los chicos habían preparado toda la sala para que durmiéramos ahí como si fuese un campamento, recordé la primera vez que ella durmió aquí y cómo nos divertimos molestado a mi hijo, desde entonces esas noches han sido divertidas cuando él viene a visitarnos. —Gracias por cuidar de Liam —murmura mi pequeña. —Es mi ahijado y mi sobrino, no permitiría que una apuesta estuviera por encima de su salud —ella toma mi mano haciéndome saber cuán agradecida está por lo que hice. En este tiempo desarrollamos un lazo más estrecho por las veces que venía a quedarse en mi casa y las horas de entrenamiento y estudio junto a Marc, todo ha sido intenso entre nosotros, aprendemos más del otro y con ella no tuve miedo de ser como era y de expresar los pensamientos que invaden mi mente, pero lo más hermoso, es que ella hacía mis sueños realidad al estar en las noches conmigo. Cuando viene a mi casa para quedarse a dormir nos quedamos en el balcón por las noches viendo al cielo, siempre estoy con un vaso de whisky, a veces un habano o un cigarrillo y ella a mi lado observando el firmamento, pero yo dejaba de ver hacia arriba para verla a ella, porque esa pequeña se convirtió en mi cómplice nocturna con el centello de la luna en su cuerpo, creamos nuestro lenguaje con cada uno de nuestros sentidos e hicimos que las palabras se volvieran casi innecesarias en muchas ocasiones, ella es mi todo y por ella estoy vivo. (…) Han pasado algunos meses, me encontraba de regreso en la ciudad luego de estar un mes estudiando en Suiza unos tratamientos experimentales para el cáncer, hicimos algunas mejoras y en un tiempo debía regresar para comprobar los resultados de las modificaciones. Livi había ido por mí al aeropuerto junto a los chicos quienes habían salido de sus clases deportivas, fuimos a casa de ellos para una cena que había preparado en lo que yo hacía unas llamadas para que arreglaran una casa de campo donde tenía una sorpresa para ellos. Imaginé una bienvenida con una cena, charla familiar y ambiente ameno como siempre, pero nada me preparó para la escena que tenía ante mis ojos. Entramos buscando a Marc y la pequeña en el despacho, el mayordomo nos había dicho que ellos estaban encerrados desde temprano y no habían salido hasta ahora, pero al abrir esa puerta, los cuatro nos quedamos impactados al ver que los dos estaban acostados juntos sobre el sofá. Escuchamos que ella le decía algunas palabras, sé lo que dijo, pero eso pasó a segundo plano porque al verla sobre él me hizo tener una sensación extraña, algunas de mis voces decían que ella nos había traicionado, otras se negaban a esa idea y otras nos recordaban que el lazo entre nosotros es diferente, ese vínculo no lo tenía con los demás en la familia y por eso no debíamos sentirnos mal. Ellos se percataron de nuestra presencia y se levantaron, entonces Marcus pronunció unas palabras que marcaron otro momento de mi vida para siempre. —Familia, las palabras sobran después de que ustedes lo han visto con sus propios ojos, sin embargo, hay algo importante que deben saber, quiero presentarles a mi adorada hija Ragnar Jhonson Clyde, nuestra integrante ya tiene un nombre perfecto y digno de ella. La veo estirar su mano hacia nosotros, sus hermanos se acercan para abrazarla primero y luego va con Livi, yo todavía no logro salir de mi asombro hasta que ella se pone frente a mí y toma mi mano diciéndome en clave "lo prometí". Una sonrisa se dibuja en mi rostro y la levanto entre mis brazos, no me creo que esto esté pasando, pero ella acaricia mis mejillas y mis labios como si me viera por primera vez, entonces comprendí que esto iba más allá de cualquier cosa. Sentir su fría piel y saber que volvería a tenerla entre mis brazos fue el regalo más grande que pude recibir, pero también, el hecho de que ella escogiera ese nombre significó mucho para mí. Hace un tiempo estudiábamos sobre leyendas nórdicas y le mencioné muchas cosas al respecto, además que nos prometimos hacer un viaje a Europa para vivir la experiencia, pero no habíamos podido por trabajo en el caso de ambos, ella al llevar un imperio en la mafia y yo al trabajar como jefe del departamento de oncología e investigación en el hospital y la universidad. Luego de eso pasamos unos días en la casa de campo que tenía, esa misma tarde nos fuimos para celebrar este maravilloso momento, nos divertimos con los chicos en una catapulta que había hecho para ellos, quería que ella sintiera una experiencia diferente y supo disfrutarla muy bien, cenamos una barbacoa que Livi y Marcus cocinaron y seguimos divirtiéndonos, incluso los chicos se olvidaron por un momento de ese rencor que tienen hacia Marc. Solo ella podía unir en un mismo espacio a personas que se odien con intensidad y hoy era la prueba de ello. (…) Era la una de la madrugada, hace un par de horas llevaba tomando mientras veía de pie el cielo por la ventana, pero no podía conciliar el sueño, entonces siento su aroma impregnar mi nariz, sonreí de lado, sus pasos se van acercando hasta donde estoy y toma mi mano con suavidad. —¿Se sintieron mal porque Marcus fue el primero? Bajé mi rostro para ver sus luceros y mis voces recriminaron fuertemente un sí, pero yo sabía que no era verdad lo que decían. —Son complicadas pequeña, sabes que cada una tiene su carácter. Ella acuna mi mano entre las suyas dejando frías caricias y su mirada se suaviza queriendo llegar no solo a mí, sino también a ellas, a las voces que me atormentan. —Por favor no se enojen conmigo, entiendan que no importa si Marcus era el primero o no, nada va a cambiar lo que hay entre nosotros y todos son importantes para mí, esto no es una jerarquía, es solo una familia y así como ellos están unidos a mí, ustedes también me importan y les aprecio más de lo que se imaginan. Sentí que mi corazón se detuvo, es como si en mi mente pudiese ver el rostro de sorpresa de cada voz, así como las lágrimas que ellas derramaron por esas palabras, entonces una hizo acto de presencia con una pregunta que sabía quería que le hiciera. —Pequeña, ellas quieren saber qué significan para ti. —Ellas son tú y tú eres alguien importante para mí, eres mi tío a la vista de todos, pero principalmente eres mi amigo, mi maestro, mi cómplice, mi doctor, eres mi complemento y la persona que me ha acompañado a recorrer la divina comedia, eres mi Virgilio y no pude tener a alguien mejor. Me arrodillé quedando a su altura y ella me abrazó muy fuerte enredando sus dedos en mi cabello entre sutiles caricias, respondí con la misma intensidad sintiendo el narcótico aroma de su cuerpo, uno que olía al paraíso entre todas esas flores y frutos que la rodeaban día a día en el jardín de su casa. —Te quiero Oz, a ti y a cada una de las voces y demonios que te acompañan, nunca vuelvan a pensar que los dejaré de lado o que no me importan porque es mentira. Nunca me arrodillé ante nadie, nunca me entregué realmente a nadie y nunca amé a nadie de la forma en que la amo a ella… no, ni siquiera la amo, esto que siento va más allá del amor, pero no buscaré una palabra porque no es una etiqueta lo que quiero, sino que mi deseo es seguir a su lado como lo he hecho hasta ahora. —Oz, ¿puedo dormir contigo? —me separo de ella perdiéndome en ese manto ónix de sus luceros y acaricio su mejilla con delicadeza. —Eso no tienes ni qué pedirlo mi pequeña, sabes que es un placer y un honor para mí tenerte a mi lado. Vuelve a abrazarme, la cargo para ponerme de pie y llevarla a la cama, pero antes coloco el seguro en la puerta para evitar que nos molesten en la mañana, la dejo en el colchón y ambos nos acostamos a dormir sintiendo el aroma y la temperatura del otro como la primera vez.
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