17. PROPUESTA INESPERADA

2380 Words
Escupí mi cerveza llegando a toser un poco sin poder creer lo que escuché, tiene que estar bromeando, ese sujeto no pudo decir eso en serio. —Será mejor que me expliques qué estupideces estás pensando antes que deje a tus nietas en un orfanato y a ti en un manicomio. Al ver su rostro sentí una punzada muy extraña en mi pecho y negué con mi cabeza sin querer comprender realmente esas palabras. —¿Viejo? —Oz, sé que tú e Ismael prácticamente viven en el bosque y ese no es un lugar para que unos jóvenes como ustedes estén viviendo, tienen mucho potencial y sé que pueden salir adelante en sus vidas; pero están desperdiciando todo eso en estupideces. —No sé qué mierda te metiste, pero Isma y yo no viviremos con ustedes, es una locura y que yo lo diga ya es bastante. —Piénsalo, sé que Bonny en este momento debe estarle diciendo lo mismo a él y Livi estará hablando con Marcus, y por el bien de tu amigo será mejor que no se sobrepase con ella o lo castraré. —Creo que tu nieta es capaz de ponerlo en su lugar y él jamás le haría daño; es una buena persona, pero no te desvíes del tema y explícame toda esta mierda. —Oz, he visto lo suficiente en ustedes y dentro de poco van a graduarse de la escuela ¿acaso crees que el resto de sus vidas será estar de fiesta en fiesta y drogarse en alguna esquina? Son chicos con talentos extraordinarios, lo único que necesitan es un empujón. —¿Y tú quieres hacer de salvador? —pronuncié furioso. —Mira viejo, Isma y yo tuvimos los mejores malditos ejemplos de paternidad y aprendimos lo suficiente para no querer otro padre en nuestras vidas, así que si quieres tomar ese rol con nosotros te puedes olvidar de ese asunto. Me levanto y bebo lo que queda de la botella, apenas logré dar unos pasos cuando él sujeta mi brazo con firmeza, pero sin llegar a lastimarme. —Habla con tus amigos, si acceden, te aseguro que recibirán todo mi apoyo y el de mis nietas, tendrán un mejor futuro Oz y sería una excelente oportunidad para ustedes —me libré de su agarre y salí de ahí lo antes posible. Isma estaba en la sala con Bonny y salió corriendo detrás de mí, escuchaba que me llamaba, pero me sentía abrumado con todo lo que escuché, estaba confundido. —Oz detente ¿qué mierda te pasa? Isma logra tomar mi hombro para voltearme y notamos en el rostro del otro la misma duda. —¿Te prepuso lo mismo que Bonny a mí? —asentí en silencio. —Si quieres regresa con ellos, necesito pensar todo esto. —Olvídalo, primero estás tú, eres mi hermano y no te dejaré solo. No mencionamos una palabra más y nos fuimos caminando rumbo al bosque, no queríamos arruinarle el momento a Marc con toda esta noticia y sabemos que igual Livi tiene el poder de convencerlo para que hable con nosotros después, así que preferíamos estar solos. Al llegar al refugio nos sentamos en completo silencio viendo la fogata que habíamos hecho, miles de preguntas pasaban por la mente de ambos, pero no había una voz que se manifestara por nosotros. Isma y yo teníamos claro que no existía un futuro alentador en nuestras vidas, no éramos nada para nadie, solo nos teníamos el uno al otro y más porque eventualmente Marc se alejaría para ir a la universidad. Estábamos felices de que al menos uno de nosotros tuviese un futuro próspero, en especial él quien se esforzaba tanto cada día para obtenerlo, pero... ¿cómo tomar lo que nos habían dicho sin sentir esta avalancha de cosas? —¿Tú crees que ellos en verdad puedan hacer algo por nosotros? —No sé, pero si alguien tiene más oportunidades de una mejor vida entre los dos eres tú —dije sin dudar. —¿De qué mierda estás hablando Oz? Te recuerdo que no tengo nada y… —Sí tienes, posees buenos recuerdos con ella, sabes lo que se siente tener un calor de hogar, el amor de alguien a quien le importes de verdad y yo soy la traba en tu camino. —Eso no es verdad, no lo eres. —Sí lo soy, ambos sabemos que el mayor deseo de ella era verte triunfar como ingeniero, quería que cumplieras tus sueños y formaras una hermosa familia, sé que en el fondo todavía lo piensas, pero no te atreves a avanzar porque eso implicaría dejarme atrás y la culpa no te deja. Apenas levanté la mirada para comprobar que mis palabras eran ciertas, él está afligido al saber que yo conocía esa verdad. Isma siempre me empujó para volver a la escuela, estudiaba conmigo y quería que al menos me graduara, pero sé que ese deseo era impulsado por el recuerdo de ella. Igual llevaba un tiempo pensando que tarde o temprano debía tomar una decisión y no estaba dispuesto a permitir que arruinara su futuro para estar al lado de alguien como yo, alguien que no tenía una estabilidad en ningún sentido, apenas sobrevivía con lo que obtenía, pero no podía ser la estanca de su vida cuando sé que tiene sus propios sueños y anhelos. —Si me lo preguntas Isma, creo que deberías tomar la oferta, no sé qué planes tiene el viejo, pero dijo que estaba dispuesto a ayudar en lo que hiciera falta, acepta esta oportunidad y al menos hazle sentir que valió la pena su sacrificio. —¿Y qué hay de ti? —Nací sin nada y moriré sin nada, no hay un futuro ni felicidad para mí porque nunca supe lo que era eso, al menos tú tenías a tu madre, pero yo nunca tuve a nadie a mi lado que me mostrara un cariño sincero. —No pienso abandonarte, eres mi hermano y no te dejaré solo. —Haz lo que quieras, iré a dormir. Me fui al improvisado lugar que tenía por cama y retiré mi ropa, quería darme un baño, pero no tenía el ánimo para levantarme. Me quedé mirando a la nada con la mente en blanco hasta que finalmente caí dormido, me olvidé en sueños de mi vida, de la propuesta del viejo y de todo lo que pudiese atormentarme. (…) Me levanté al día siguiente muy temprano, apenas el sol estaba apareciendo, tomé algunas cosas y las empaqué en mi mochila para salir a darme un baño, Isma había pasado la noche en la intemperie, estaba frío y la fogata se había apagado, así que volví a encenderla y lo cubrí con un cobertor que tenía en mi cama, era perfecto para este clima por lo que estaría bien con él. Me perdí durante muchas horas en el bosque hasta llegar a la cascada, aquella que alguna vez presenció mi intento de suicidio. Me desvestí e ingresé al río para refrescarme, el agua estaba helada, lo que era perfecto porque podía obtener una mejor concentración y control de mí mismo. Al salir y vestirme encendí un cigarrillo, no tenía apetito por toda esta situación, no entendía por qué ese hombre quería ayudarnos, o mejor dicho, a mí, ya que a Isma al menos se le veía su esfuerzo por querer salir adelante, uno que camuflaba bien pensando que seguía mi estilo de vida, pero sabía que era una mentira. No volví a ver a los Clyde ni a los chicos esa semana, solo me la pasaba en el bosque dando vueltas o buscaba cigarrillos en alguna tienda. En uno de esos días Livi por poco me ve cuando entró a un local donde compraba comida, por suerte logré salir sin ser visto y me perdí entre las calles. No sabía realmente ni de qué huía, no quise darle más vueltas al asunto, pero tampoco quería ver a nadie. Ya íbamos para la segunda semana en la que no supe nada de ellos, estaba sentado junto a la cascada con un cigarrillo mirando al horizonte, me encanta este lugar por la paz que se siente, a pesar del bullicio de las voces en mi cabeza se puede apreciar el silencio del entorno. —Hace mucho no venía aquí. Giré exaltado al escuchar esa voz y mis ojos se abrieron anonadados al ver al viejo frente a mí. —¿Cómo diste conmigo? Ni siquiera los chicos conocen este lugar. —Ellos no, pero yo solía venir mucho cuando tenía tu edad —se acerca tomando asiento junto a mí y estira su mano en señal de que le entregue algo, pero no sé lo que quiere. —Entrégame el cigarrillo y la cajetilla que guardas —volteé mis ojos fastidiado y lo hice. Sí, sí, ya sé que es contraproducente considerando cómo era yo, pero lo que menos quería ahora era una discusión y ya de por sí me sentía fastidiado. Entregué lo que me pidió y lo vi sacar un cigarrillo, lo encendió con el mío devolviéndomelo después con las cosas mientras daba una calada con mucho placer, en lo que yo me quedé muy descolocado por su accionar. —Deja de mirarme así, llevo muchos años sin fumar uno y ahora lo necesito, es un hábito que dejé el día que nació Bonny. —Como sea —respondí quitándole toda importancia al asunto, di una calada a mi cigarrillo y seguí mirando el horizonte. —Todos están preocupados por ti, llevan buscándote estos días sin descanso y ya no saben qué más hacer, incluso Ismael está pensando lo peor. —Al menos me conoce lo suficiente para saber lo que haría. Quedamos en un silencio sepulcral, damos otra calada y él vuelve a hablar. —Sé que no me vas a creer, pero me recuerdas mucho a mí cuando tenía tu edad, era arrogante, sarcástico, muy directo en mis respuestas, buscaba pasarla bien con mis amigos y alguna chica que se cruzara en mi camino. —No somos iguales, eso te lo aseguro. —¿Lo dices por las voces que escuchas a diario? —me tensioné en el acto. —¿Quién mierda te dijo eso, fue Ismael o Marcus? —pregunté a la defensiva. —Ninguno, lo supe desde la primera noche que estuviste en mi casa, trabajé en un psiquiátrico como conserje durante muchos años y aprendí bastante del personal médico, es por eso que puedo identificar los males que afectan a las personas como tú. Genial, esto era justo lo que necesitaba, ahora las chicas lo sabrán y tendré que soportar esa maldita cara de lástima que odio en la gente. —Dime lo que quieres y lárgate. —Quiero que me des una respuesta a lo que te propuse, de verdad estoy dispuesto a ayudarlos a salir adelante para que tengan una mejor vida. —¿¡Qué mierda te importa lo que pase en nuestras vidas!? Si quieres llévate a Ismael y permítele cumplir sus sueños, pero déjame en paz porque nadie dará nada por mí en el futuro, yo no tengo un maldito futuro viejo, entiéndelo. —Sí lo tienes Oz, solo necesitas tomar la oportunidad y lo comprobarás por ti mismo, puedo ayudarte buscando un trabajo estable, eres un joven muy inteligente y eso se nota por las ideas que das cuando van a planear algo o al hacer sus trabajos de la escuela, incluso tus notas son bastante buenas y con ellas puedes conseguir fácilmente una beca universitaria. —No me importa nada de eso viejo, solo déjame que no hay nada ni nadie esperando por mí. —Siempre hay alguien para todos y tarde o temprano aparece esa persona, no importa si no me crees ahora, pero cuando pase te acordarás de mí. —Genial, ahora resulta que tengo que seguir pensando en ti —él ríe y da una calada. —¿Qué es tan gracioso? —Saber que has pensado en mí. Tomé mis cosas dispuesto a irme, no iba a permitir que este viejo se burlara de mí y menos ahora que sé conoce mi secreto, o uno de tantos. Toma mi brazo sin mucha fuerza y me mira profundamente evitando que de un movimiento más. —Oz, no tienes nada que perder, tú mismo lo has dicho entre líneas, así que al menos inténtalo y si no funciona no pasará nada, nadie te va recriminar por eso. —No entiendo por qué estás tan empeñado conmigo. —Hagamos algo, acepta mi propuesta, múdate con nosotros, trabaja duro y gradúate y si consigues la beca universitaria te diré la razón, igual no te falta mucho y estarás a la par con tus amigos ¿Qué dices? —Digo que eres pésimo para negociar. —Piénsalo y si te decides estaremos esperándote en casa con las puertas abiertas. —No deberías, nunca se sabe cuándo entrará un ladrón. —¿En serio? Qué chiste tan malo, vamos, eres mejor que eso. —¡No soy tu maldito payaso así que trágatelo! —termina su cigarrillo y lo apaga para después guardarlo en una pequeña bolsa. —Mi propuesta está hecha y de ti depende lo que pase en tu vida Oz, pero al menos sí te sugiero que des la cara a tus amigos, los cuatro están muy preocupados por ti y quieren verte, aunque no lo creas significas mucho para ellos. Se levanta y lo veo alejarse varios pasos hasta que se detiene y voltea a verme con una cálida sonrisa. —Si lo piensas bien; creo que sí tienes gente a la que le importas de verdad, pero estás muy aferrado a tu pasado y eso es lo que no te permite avanzar. Gracias por el cigarrillo, al menos tienes buen gusto —gira nuevamente y retoma su camino perdiéndose en el bosque. Si antes estaba mal; ahora me sentía peor, pero sus últimas palabras tocaron profundo en mí. Encendí otro cigarrillo y me quedé repasando toda mi vida, lo que viví en mi infancia, cuando conocí a Isma y todo lo que viví de ahí en adelante, era un remolino de emociones cuya espiral no parecía tener fin.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD