106. UNA NAVIDAD DIFERENTE

2701 Words
Diciembre – Nochebuena 9pm Oz Estas últimas semanas han sido una montaña rusa en lo que respecta al movimiento, además de estar en diciembre y todo lo que conlleva, también debimos presentarnos al juicio contra Madison, las cosas estuvieron muy intensas en todo momento, especialmente porque ella quiso hacer una contrademanda por todo lo que le hice, pero al no existir pruebas sobre eso y yo haber aparecido bastante lastimado, con testigos y pruebas, realmente el panorama para ella fue muy malo, eso sin mencionar que el diagnóstico de Travis y todos los testigos del hospital fueron llamados a declarar, incluso la misma Viviana comentó muchas cosas siendo las marcas de los golpes que Madison se producía lo que más peso tuvo para la corte. Después de la última sesión la cual se celebró la semana pasada, lo más seguro es que dieran un dictamen el otro año a causa de las fiestas, pero al menos me quedaba tranquilo al saber que ella seguiría en la cárcel sin posibilidad de salir. Por otra parte, el apoyo de la familia fue fundamental, no solo en el desarrollo del juicio, sino también en casa, los chicos llegaron el primero de diciembre a primera hora de la mañana preguntando por mí, incluso formaron un alboroto diciendo que llamarían al ejército con tal de dar conmigo, pero al ver que me encontraba bien, pese a las heridas, se quedaron más tranquilos. Sin embargo, había algo en el semblante de Isma y Marc que me dejaba pensando, parece que ese par tenían su guardado y estaba dispuesto a descubrirlo, pero primero quise enfocarme en atender a mi hijo, Livi y el juicio, esperaba que en algún punto me comentaran toda la situación, aunque nunca lo hicieron, supongo que sus razones tendrán y solo el tiempo me dará la revelación de todo, pero lo que sí llegaron a comentar fue lo ocurrido con Livi. Marc y yo hablamos a solas sobre el hecho reclamándome por lo bajo por toda la situación, comprendía que se sintiera impotente al estar tan lejos, pero yo mismo le dije que ahora me había asegurado de hacer que Madison pagara por todo y una vez esté en la cárcel la tortura continuaría para ella. En paralelo, las cosas entre todos estuvieron como siempre con algunas discusiones ridículas, reuniones diarias en la mesa, mi hijo obteniendo la atención completa hasta caer dormido en la noche que es cuando los chicos y yo a veces hablábamos, y digo a veces, porque por lo general se quedaban en cama disfrutando de la compañía femenina que tenían. Lastimosamente en mi caso no pude verme con Raquel por un viaje de último minuto que planeó su esposo, algo que nos irritó a los dos aplazando el encuentro para el otro mes, así que buscaba otras compañías para llenar algunas horas libres. —¡Tierra llamando a Oz! —el grito de Bonny me hace reaccionar, dándome cuenta que estaba en otro mundo… otra vez. —¿Qué decías? —Gracias por escucharme —suelta sarcástica y fingidamente indignada. Tomé de su muñeca acomodándola en mi regazo donde la aprisiono a la vista de todos. —Deja de hacerte la digna y mejor repite. —Que eres el mayor idiota de todos y perdiste muchos puntos por no darme un regalo de navidad. —¿Quién dice que no tengo algo para ti? —¿En serio? —sus ojos brillaron de interés alimentando mi ego. —Claro, tan solo baja tus manos por mi pecho y búscalo. —Eres un pervertido. —Si no quieres tu regalo no hay problema, no es obligatorio —entrecierra sus ojos con dudas y hace lo que digo. —más abajo. Relamo mis labios lascivamente y ella saca la llave del bolsillo de mi pantalón mirándome con ganas de asesinarme. —Si esto es una broma… —tiré de su cintura dejando sus labios cerca a los míos. —Busca en el lado derecho de mi armario y luego me besarás —sentencié. Ella sale disparada a mi recámara cual niña pequeña, bebo de mi whisky tranquilamente y escuchamos el fuerte alarido de ella quien viene corriendo hasta mí. —¿¡De verdad!? —pregunta sin creer en nadie. —Me dijeron que el diseño era exclusivo y saldría el otro año, no creo que a la casa Gucci le importe tener un bolso menos en sus estantes —vuelve a dar otro grito entre pequeños saltos y se lanza a mi cuerpo dándome un profundo beso. —¡Mil gracias! ¿Cómo lo conseguiste? Debió costarte una fortuna. —Hablé con Borson para conseguirlo, me tomará un tiempo pagarlo, pero sé que en tus manos valdrá la pena —contesté restándole importancia. —Te adoro. —Lo sé, pero la próxima vez que sea en lencería con tacones negros y un collar largo de perlas. —Deja de decir esas cochinadas frente a Benji —riñe Livi manoteando mi brazo haciéndonos reír. Por mucho que me encante divertirme con ellos, he sentido algo diferente en mí después de estar esos días con Madison y más al tener tan míticas visiones, no sé a qué se deba en específico, pero cada que mi mente deambula en esos lagos se intensifica la sensación en mi cuerpo dejándome suspendido de la vida. Todos seguimos repartiendo los regalos, las chicas están en manos de los hombres que aman y mi pequeño entre ellas dos arrebatándole la atención a mis hermanos, aunque ellos solo ríen al hecho haciendo algunas bromas, que aun cuando mi hijo no las comprenda, sí ríe con ellos ante tanta felicidad a su alrededor, misma que le permitió reducir sus pesadillas hasta suprimirlas por completo, pero quedó un poco inquieto ante ciertas acciones las cuales seguimos trabajando con él, secuelas que espero no sean permanentes. Escuchamos el timbre y abro la puerta encontrándome con Bells quien me saluda muy feliz seguido de su esposa, ingresan saludando a todos y compartimos un poco con ellos entre bebidas y algunos pasabocas. —Gracias, pero igual no nos quedaremos mucho tiempo, la familia nos espera —menciona Bells, aunque por la forma en que devora los pasabocas diría que no tiene muchas ganas de irse. —Vine porque quise darles un regalo de navidad muy especial. —Adelante. —Esta mañana me reuní con el juez Fitz, quien me informó, hizo una sesión definitiva para darle cierre al caso de Madison para evitar cualquier sorpresa durante las semanas de receso. Ella fue sentenciada a cuarenta años de prisión sin posibilidad de libertad condicional hasta pasados treinta años. La alegría de todos no fue contenida demostrando la tranquilidad en los rostros de cada integrante, aunque yo permanecí neutral. Me acerqué a él en lo que todos seguían comentando del hecho apartándolo un poco. —¿En dónde la colocarán? —Bueno, le informé al juez que ella provenía de una familia importante y lo mejor era dejarla en otro lugar para no perturbar a nadie, entonces recordé que ella había dicho que le encantaba el sol y la playa. Chasqueé la lengua quedando ambos con la dicha del deber cumplido. —Madison siempre gustó de vivir en California, dijo que quería vivir allá para tomar todos los días el sol como tanto le fascina. —Y ahora podrá hacerlo con los sensuales bikinis que le harán sus nuevas compañeras de cuarto. —Quedará perfecta en la portada Freak Vogue —brindamos con una sutil y maquiavélica risa. (…) 12:57pm Marcus —Deberías estar durmiendo. Bebí un poco de café en lo que Samuel se sienta a mi lado. —No puedo, tuve una pesadilla. —Has tenido demasiadas en estos días ¿Algo que quieras compartir? —No te preocupes, todo está bien. —De acuerdo… —murmura por lo bajo y sirve un poco de café para él. —¿Sabes? Siempre dije que me recordabas mucho a mi hijo, ustedes dos son muy inteligentes, amantes de las finanzas, se preocupan por la familia y harían lo que sea con tal de ver feliz a la mujer que aman. —¿En serio? —susurré con pesadez. —Sí. ¿Sabes qué más tienen en común? —Tú dime. —Ambos son pésimos mentirosos porque son demasiado sentimentales, pero cuando algo muy malo les pasa al punto de rebosarlos igual que a una copa, no pueden esconderlo, y cada día que pase sin dar una solución al problema es peor para ustedes. Restregué las manos en mi rostro intentando buscar nuevamente la tranquilidad en mí, una que perdí desde hace algunos meses y solo empeoró cuando supe lo que le ocurrió a Livi. —Hijo, sabes que cuentas conmigo, sé que algo te pasa y haré lo que sea para ayudarte, solo dime qué ocurre. —Ya le había mencionado por encima la situación a Ismael, pero las cosas empeoraron en noviembre cuando me enteré de algo —solté al borde de la desesperación. —¿Qué? —Hay un sujeto que se veía bien, hablamos este año sin mucho problema, viene de una buena familia y en verdad parecía alguien bueno… pero… —Tranquilo —dice suave colocando su mano en mi brazo. —Hace poco me enteré que algunas cuentas donde me pidió ayudarle no eran para la universidad sino para unos trabajos que estaba haciendo, al comienzo me dijo que solo era una empresa pequeña que él empezó para aprender de este mundo y quise creer en él, pero no es del todo cierto Samuel, la empresa es una fachada de lavado de dinero y yo fui tan imbécil de hacerle el trabajo de contabilidad sin darme cuenta. —Pero se supone que debes ver recibos y otras cosas más de la empresa. —¡Sí, y vi todo! —exclamé desesperado. —revisé lo que me daba y le respondía inquietudes, pero como dije, él camufló bien todo el asunto y ahora estoy metido en un problema muy grande porque aun cuando intenté salir de eso, él me está chantajeando diciendo que debo continuar con el trabajo o irá con la policía llevándole la evidencia con mis anotaciones. —Entonces debes ir tú primero. —No puedo, él tiene todo el material que me evidencia, si quiere, podría incluso culparme únicamente a mí sin mencionar a la verdadera empresa para la cual trabaja. Estaba desesperado, realmente no veía una salida y ahora que le había contado todo a Samuel sentía que en verdad el mundo comenzaba a derrumbarse para mí, perdería mi beca, mi futuro y hasta mi libertad… (…) 3:56am Oz Salí de casa en mi auto recorriendo las solitarias calles de la ciudad, pensaba en todo lo ocurrido este año dejándome llevar por la tranquilidad que ahora sentía tras la noticia de Bells, sin embargo, ahora tenía otro asunto que atender y no podía darle más esquivas a esto, aunque tampoco lo hacía, tan solo le daba su tiempo. Llegado a mi destino, descendí del auto y toqué el timbre un par de ocasiones hasta que la luz iluminó la vitrina de la puerta, esta se abrió dejando ver su silueta cuyo semblante evidenciaba la sorpresa de verme esta noche en su casa. —Creí que nunca vendrías. —¿Estás con tu familia? —No, ellos están en casa de mi hermano, les dije que me sentía mal para poder estar solo… —…ahogándote en tus penas —completé, a lo que él afirmó. —No te preocupes, no te quitaré mucho tiempo. —¿A qué viniste Oz? —A entregarte el regalo prometido. No dijo más y se hizo a un lado permitiéndome ingresar a la casa, detallaba los lujos de esta, las fotografías con los rostros sonrientes de cada integrante y tomé una en la que aparecían él y su hermano en un lago de pesca. —Se ven muy unidos. —Lo fuimos hace años, pero la enfermedad me separó de todos, o eso creía hasta que llegaste tú con ese discurso. —No me culpes de tus actos y tampoco a la enfermedad, eso es asunto tuyo, aunque, no imagino lo que dirá el decano cuando se entere de mi visita, seguramente me odiará más que antes. —Él no tiene derecho a meterse más en mi vida y menos después de saber que estoy “tomando” el tratamiento —acentúa las comillas con sus dedos. —Te di mi palabra con el tratamiento, dije que solo te haría volar, pero no que te iba a curar. —Y también dijiste que prepararías algo especial para mí como obsequio si me portaba bien. —¿Y te portaste bien? —¿No viste la ficha de asistencia? —Cualquiera puede modificar esa idiotez, sino míranos. Saqué de mi abrigo una pequeña caja la cual recibió, abriéndola frente a mí y vislumbrando la jeringa ya lista para ser inyectada. —¿Dolerá? —No. —¿Cuánto tardará en hacer efecto? —Eso depende de ti, si no tienes actividades muy “enérgicas”, por así decirlo, serán veinticuatro horas, tiempo suficiente para despedirte, pero si decides darte una última follada, entonces doce horas. —¿Una follada me arrebatará la mitad de mi vida? —preguntó con cierta sonrisa irónica que me contagió. —Poético ¿no? Considéralo un obsequio especial hecho a tu medida. —Gracias, me aseguraré de usarla el día correcto. —Como quieras, yo solo vine a entregarte lo que te prometí y le permití a tu familia estar más tiempo contigo como tanto deseaban, solo espero que fuese suficiente para todos. —Lo fue, no te preocupes. Por otra parte, te informo de una vez que mi abogado te citará en unos días para la lectura del testamento, pero te verá a solas en su oficina para hacerte entrega de dicho usufructo en efectivo, consideré que era la mejor manera para evitar que lo rastreasen, aunque debí darle un nombre falso. —¿El que te di la última vez? —Sí, así que lleva la identificación correcta. —Lo haré, pero no era necesario que me incluyeras, sabes bien que esto no lo hago por dinero. —Lo sé, pero es un obsequio de mi parte para que sigas con tu investigación y puedas salvar a tu hijo, te lo mereces más que nadie, solo úsalo bien. —Así lo haré, igual te lo agradezco —estrechamos nuestras manos y caminé hasta la puerta con él detrás de mí. —Oz, gracias de nuevo por comprenderme y ayudarme en esto, les deseo lo mejor a ti y a tu hijo. —Fue un placer servirle a la parca, espero que disfrutes el corredor de la muerte y salúdame a Caronte. —Lo haré. En efecto, dos semanas después al hecho recibí una llamada de su abogado pidiendo reunirnos, me comentó toda la situación guardando total discreción y entregándome la suma total de un millón y medio de dólares, de la cual saqué cien mil por sus servicios y silencio, llevé el restante conmigo guardando una pequeña parte en el banco, otra la oculté en la casa de Clyde, saqué doscientos mil para Bells por sus servicios en todo este tiempo y la última parte la dividí en otras dos cuentas más que tenía con identidades diferentes, de esa manera estaría asegurado por todas partes ante cualquier inconveniente. Lo bueno fue que al crear el elixir me aseguré de que este no dejase rastro alguno en el cuerpo, tampoco le provocaría dolor ni nada parecido y su muerte sería muy tranquila, lo haría cerrar sus ojos llegando a detener su corazón mientras estaba en un profundo letargo, un pequeño trabajo fruto de todo mi aprendizaje con Borson en este tiempo. También, según supe por el director Derran, el sujeto falleció en algún punto de la noche de año nuevo; siendo encontrado a la mañana siguiente por su hijo quien fue a visitarlo, su esposa no se percató de nada al levantarse creyendo que estaba cansado por el tratamiento, cuando en realidad, él ya estaba al otro lado disfrutando de su libertad como tanto ansiaba.
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