51. EFEMÉRIDES

1993 Words
Ragnar Cuando Oz me dijo que haríamos este viaje fueron miles de cosas las que sentí a partir de ese día, hasta ahora no he podido comprenderlas todas y se me hace complejo darles un título. Con el tiempo se me hizo más fácil imitar ciertas palabras, expresiones y demás para evitar situaciones con la familia que me generaban incomodidad, o simplemente para que no preguntaran nada. Cuando él me enseñó a actuar fue más fácil desenvolverme para expresar esas emociones que no comprendía, él se encargó de señalarme las diferencias con sus actuaciones adicional al material que veíamos, fue así como pude saber distintas formas de manipulación y control sobre otros, les daba lo que querían para obtener mi propio beneficio, lo que trajo grandes ventajas en el trabajo. Sin embargo, al hacerlo con Oz me costaba un poco, no comprendía la razón, pero siempre quedaba con un mal sabor de boca luego de hacerlo, aunque él nunca se llegó a dar cuenta de esto y así aprendí a darle más de lo que deseaba. El momento donde más creí que él podía darse cuenta sería en este viaje, esperaba que lo hiciera y me detuviera, quería que me viera, quería que reconociera la mentira en mí. Entre más pasaban los días la avalancha de emociones me ahogaba más y a veces olvidaba lo que era real o falso entre tanta mentira, creo que incluso me creí más de una en el proceso, pero al verme en el espejo veía la verdad, aquella que se desnudaba marcando no solo la máscara, sino el rostro que yacía bajo esta y con ello las cicatrices. No fue sino hasta el día en que llegamos a Londres que pude ser consciente de lo que hacía y pasaba. Cuando fui a cambiarme para ver a Oliver, vi mi reflejo encontrando la verdad de mi falsa existencia y de pronto la avalancha fue más intensa, me ahogué, me herí en el proceso y ahora debía afrontar lo que vendría. Sabía que Oliver me pediría estar en su cama, conocía sus fetiches, sus debilidades y los transformaría hasta volverlos mi arma, pero una con la cual lastimaría mi vida. Protegí a mi familia de algo peor y de saber lo que haría Oz podría haberme ahorrado muchas cosas, pero el daño se efectuó en mí, la fractura fue al final inevitable y con ello otra avalancha de dolor se apoderó de todo. Lo siguiente que vino esa noche fue el descubrimiento y la plenitud del placer y la lujuria, es algo que también me marcó profundamente, pero silencié esos pensamientos hasta que Oz llegó a la habitación y de alguna forma los expresamos, esto fue algo que días más tarde se enlazó con las palabras de Marcus: "solo debe pasar si te hace sentir segura". Y es que, si tuviera que escoger a una persona para algo así sería Oz, a él me entregaría sin dudarlo, pero también está muy claro para mí que no se atrevería a hacerlo o al menos no mientras siga siendo una niña. En paralelo, también hubo algo con los Müller que caló profundo en mi vida y que solo sé el título porque ellos y Oz lo mencionaron: Amistad, una palabra que solo había conocido con mi hermano Liam, pero al vivirlo con Adler y Ares se sentía diferente, cada uno me brindó algo único y así mismo me hicieron sentir, y lo que comprendí al final es que quería seguirlos teniendo en mi vida para explorar más con ellos. La siguiente navaja se clavó en mi piel cuando Oz desapareció esos días y volvió muy lastimado, al verlo junto a mí con todas esas heridas en su cuerpo y saber que fue por mi culpa; era más peso del que podía soportar en el momento. En ese punto exacto es donde me percaté de cuán importante es él en mi vida, por todo lo que he aprendido de mi familia, películas, investigaciones en libros y demás, sé que lo quiero, pero al mismo tiempo no sé qué es eso. ¿Qué es querer? ¿qué es amar? ¿cuál es el valor de una amistad? Estas y mil preguntas más invaden mi almohada cada día sin dar con una respuesta. ¿Tan dañada estoy que no lo sabré nunca? ¿Siquiera lo merezco después de todos los horrores que cometí? Asesiné a hombres, mujeres, niños y niñas de muchas edades, motivos hay muchos, formas aún más, vivo impregnada de la sangre de verdugos e inocentes por igual sin poder evitarlo por mucho que me baño cada día. La primera noche que nos reunimos en familia, quise estar con Livi para hablar de esas emociones que me asfixiaban sin llegar a comentarle toda la verdad, sabía que sería suficiente para ella y así fue, pero sus palabras me dejaron más confundida de lo que ya estaba y eso generó que me alejara de Oz un tiempo. Continuar la mentira sería sencillo considerando todo lo que ellos querían y esperaban de mí, pero en la mirada de un hombre sabía que él conocía parte de la verdad en mí y tal verdad me carcomía por dentro sin poder evitarlo. Cuando todos se fueron pensé que diría algo, creí que me confrontaría finalmente, anhelé que lo hiciera para al fin soltarlo todo, pero eso nunca pasó, al llegar al pueblo no podía con nada más y él supo que estaba en mi límite, entonces lo solté sin medir las consecuencias en ese instante, ya las conocía previamente pero mi cabeza era un desastre y hablé sin pensar. Con tal acto aprendí que la verdad no es buena para nadie, menos cuando la red de mentiras es tan grande y es peor cuando se trata de una persona que posee una oscuridad como la mía. Alguien así es difícil de encontrar porque nadie está dispuesto a tanto y él hizo mucho sin importarle nada, se sometió a mi dolor, marcó su cuerpo como yo, sufrió conmigo, lloró conmigo, peleó conmigo, se sumergió en lo más profundo del océano para indagarlo hasta tomar mi mano y sacarnos a la superficie. En sus brazos encontré el refugio más importante de mi vida, en su aroma habita la tranquilidad que calma mis tormentos, en la plenitud del placer encontré lo sublime; lo efímero; lo imposible, en sus besos sin importar el lugar que los deje está la esperanza de una nueva vida, está la palabra de la tierra prometida y en sus ojos, esos faros turquesa con sonrisa demencial, él, él me sostiene cuando duermo, cuando despierto, cuando vivo y cuando muero. Anoche que lo escuché tan fastidiado por toda la situación como yo, no soporté las ganas de llorar, mi alma pesaba y dolía dicho peso, me alejé hasta poder soltar eso en la ducha por un buen tiempo. Cuando al fin me decidí en salir del cuarto lo busqué, quería que al menos estuviera a mi lado ¿Egoísta? Seguramen… o más bien, sí, sí soy egoísta por pensarlo, por desearlo a pesar del daño que le hice. Lo vi en la sala bebiendo, iba por la tercera botella y se veía muy desorientado, lloraba desconsolado y eso me hizo sentir que algo se quebraba en mi pecho, algo me asfixiaba y estrujaba con intensidad. Arrojó la botella una vez la terminó y tomó la siguiente, bebió de esa cuarta como si fuese agua, cayó en el sofá para cubrir su rostro y gritar tanto como le fue posible, yo caí en el suelo y lloré más al verlo, por mi culpa estaba así, no me conformé con ver las heridas en su cuerpo para provocarle más en su mente y su alma. No soportaba un minuto más de verlo en ese estado, salí rápidamente y tomé la botella para que no continuara bebiendo, quería que me escuchara, quería que se detuviera, pero en cuanto me vio trató de alejarme, me gritó que era una mentirosa y que jamás debí aparecer en su vida, pero le dolía más que no quería dejarme ir. Tomó el vaso para servir otro trago como si aún estuviera en sus cabales, le pedí que no bebiera más y con el vaso en mano lo estrelló contra la mesa con furia, me gritó que no me metiera en su vida, terminó con lo que quedaba de aquel líquido en el envase, la sangre manchó el suelo y la botella, trataba de pensar en algo para hacerlo entrar en razón, pero nada venía a mi mente. Él se alejó para buscar otra botella sin soltar la vacía, le dije que fuera al baño para tomar una ducha y él a la distancia la arrojó hacia mí, caí, esta estalló, traté de alejarme y él vino hacia mí con furia, tomó de mi camiseta viéndome como si quisiera matarme en el momento, ahí sentí miedo, el mismo que había vivido entre aquellos muros y entonces reconocí otra emoción, pero era otra negativa. Él quiso decir algo más, contuvo sus palabras, mas sus manos me arrojaron al suelo haciendo que parte de la botella se clavara en mi pierna junto a algunos fragmentos. En el pasado tenía claro que todas las personas que se acercaban a mí era para lastimarme, pero no él, Oz siempre estuvo para protegerme y cuidarme, o al menos hasta esa noche, ahí reviví con intensidad el miedo, la furia, el dolor y hasta el odio. Como pude me levanté y retiré la quinta botella de sus manos luego de forcejear con él, sin embargo, esto hizo que él moviera aquel fragmento expandiendo un poco más la herida. Vertí el contenido de la botella en mi pierna y no sé de dónde saqué la fuerza, pero pude someterlo hasta que terminamos en el baño de la sala donde lo hice caer y golpeé su estómago hasta hacerlo vomitar, así evité que termináramos en el hospital con miles de preguntas junto a la policía. Mientras él vomitaba yo me quitaba todos los fragmentos de mi pierna, debí vendarla con mi camiseta temporalmente, luego de que él expulsara todo de su cuerpo lo limpié y le ayudé para llevarlo al sofá donde lo abrigué. Recogí todos los fragmentos del suelo, limpié la sala, el baño y luego volví con él, lloraba en silencio y me miró afligido hasta que sus palabras se clavaron en mi alma. ­—Lo que más me duele es amarte como te amo y saber que solo me diste una gran falacia, quería una verdad para ambos porque eso eres para mí y tú solo fuiste una mentira ¿Pero sabes qué es lo más irónico? Que mis voces y mi corazón te siguen defendiendo, pero no más de lo que yo lo hago porque no puedo odiarte, este sentimiento va más allá del amor y no quiero nada más que a ti aun cuando duelas. ¿Tan profundo llegamos en nuestras vidas que en este punto lo dejamos todo? Después de eso él siguió llorando hasta quedarse dormido a los pocos minutos, curé la herida de su mano y luego fui a la habitación con el botiquín para tratar mis heridas, no usé anestesia para intensificar el dolor pensando que quizás podía disminuir el de mi pecho, pero fue inútil. Una vez terminé con el vendaje, seguí llorando hasta dormir solo un par de horas, me levanté, preparé algo de comer para él y me fui a alistar para irnos en cuanto despertara. Cada paso dolía, mi cuerpo no dejaba de pesar y las lágrimas seguían saliendo sin fin, al cabo de unas horas más él despertó y cuando me enfrentó en la puerta lo dejé sacar esa furia, al menos esta vez estaba mucho más consciente que antes y de alguna forma me castigaba por mis actos. Nunca me gustó que me lastimaran, pero esta vez había un motivo real por el cual merecía sufrir.
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