171. AMOR INCONDICIONAL

2866 Words
Oz Imaginé muchos escenarios, cientos de rostros vinieron a mi cabeza cuando Isma me llamó diciéndome que habían amenazado a Marcus, pero en ninguna de mis más locas ideas llegué, como mínimo, a acércame a la historia que él había narrado. Marc llevaba más de un año viviendo un tormento en silencio, soportaba de nuevo las amenazas y palizas de los brabucones, solo que ahora no eran simples idiotas de escuela, sino que debíamos enfrentarnos a algo mucho más grande y peligroso, un mafioso, pero también debíamos buscar la manera de sacar a esas personas ya que Marc estaba dispuesto a ayudarlos como sea, complicando más las cosas para mí. Anoche cuando terminamos de hablar le inyecté un somnífero con la medicación para que pudiera descansar. Al menos me alegra saber que el desarrollo de mis experimentos puede ayudar a mi familia más allá de Trav., pero aun ahora cuando tengo los primeros rayos de sol frente a mí, me es imposible comprender por qué él debió terminar en esto si jamás lastimó a nadie, ese hombre se merecía lo mejor de este maldito mundo. —Oz —Isma me entregó una gran taza de café en lo que veíamos el sol ascender. —¿Qué ideas tienes? Porque si soy honesto, solo pienso en tener la cabeza de ese tal Cobbs. —Y la tendremos, pero tenemos que buscar la forma de asegurar las vidas de Mara y los Brown. —¿Crees que sea su hijo o solo es un truco de Cobbs? —No lo sé, es una ruleta rusa donde ambas opciones son posibles, pero por ahora no me fio de esa mujer, así que cualquier intento de sacarla deberá ser para mantenerla alejada de Cobbs y Marcus en lo que confirmamos la paternidad del bebé. —Dudo que él esté de acuerdo. —Estoy seguro que no estará de acuerdo con nada de lo que tengo planeado, pero no hay muchas opciones de dónde escoger. —¿Y si le pedimos ayuda a Borson? Quizás él conozca a alguien que pueda encargarse del asunto. —Sé que sí e incluso conozco varias culebras que pueden hacer el trabajo, pero no podemos soltar a los perros sin saber qué atacaremos con exactitud —me quedé mirándolo con algunas ideas en mente. —¿Qué? —Vamos por el desayuno para comentarte y después volvemos por Marc, necesito tu ayuda ya que conoces este lugar mejor que yo. Durante un par de horas estuvimos recorriendo el campus en lo que debatíamos las ideas para liberar a Marc de su pesadilla, fue bastante complejo considerando los pros y contras del asunto, pero al final logramos dar con algo para empezar. Así, regresamos a la habitación y levantamos a Marc para que comiera algo, entonces llegó el momento de soltar, lo que creo yo, sería lo más difícil para él. —Nos vamos a Princeton —en cuatro palabras el pobre se derrumbó volviéndose un manojo de nervios. —No, no puedo ir, no puedo darle la cara a Livi después de lo que pasó y menos que me vea de esta forma. —Marc, hablamos de Livi y si no quieres que ella venga exponiéndose frente a Cobbs, entonces deberás ir con nosotros. —Si voy él se daría cuenta, la última vez pude hacerlo por un descuido de Clift, pero esta vez no tengo una tapadera. —Para eso estamos nosotros, pero tienes que hablar con Livi y debe ser antes de ejecutar el plan. —¿Qué tienes pensado? —preguntó temeroso de la respuesta. —Deberás continuar trabajando para Cobbs hasta el parto de Mara, entonces pondremos a tu hijo a salvo junto a la esposa e hijo de Brown. —¡No! ¿Por qué? —Porque necesitamos que saques información y para eso deberás someterte por completo a Cobbs y ganarte su confianza, así como deberás conocer y ganarte el respeto de sus hombres. Si tenemos a alguien dentro que te suelte información e incluso que te odie al punto de querer arruinarte, eso nos servirá demasiado ya que nos ayudaría en cualquier momento. —¿Cómo alguien que puede arruinarme, aparte de Cobbs, puede ser útil? —Porque es igual a lo que pasa con los idiotas del colegio, ladran fuerte, pero cuando un lobo se les aparece la cola les queda entre las patas —suspiró resignado comprendiendo mi punto. —¿Qué pasará con Mara y Thomas? —A él no lo podemos sacar todavía, es una pieza clave y sería un riesgo muy alto. En cuanto a Mara, no me fio de ella, así que no pienso salvarla hasta estar seguro de que es una víctima y no una ficha de Cobbs. —Pero Oz… —¿¡Acaso no aprendiste lo suficiente con Clift!? ¿¡Qué quieres, Marcus, que Livi muera frente a tus ojos!? —Oz… —¡No Ismael, nada de Oz! ¡Estamos en un problema grande que afecta a toda la familia y el mínimo error podría costarnos la vida, incluso a Bárbara! Lo que menos necesitábamos era una discusión entre nosotros, pero esto fue más que suficiente para aclararles el camino de espinas que deberíamos recorrer a partir de ahora y si debía decírselos a los gritos, así sería. —¿Cómo nos iremos? —preguntó Marc resignado. —Usaremos la protesta de hoy, yo me encargaré de la distracción en lo que Isma te cubrirá hasta el auto. —Dime que no terminarás desnudo —ladeé una sonrisa levantando una ceja en afirmativa que los hizo reír. —Creo que podrías llegar al siglo de vida y seguirías haciendo mil locuras. —Tenlo por seguro, ahora vamos a prepararte. (…) Horas después Marcus —Jamás creí que estaría en una protesta con hippies ¿No terminaron a principios de los ochentas? —comenté desconcertado en lo que repasaba frente al espejo la vestimenta que nos envió Oz. —Se nota que aun en la universidad no participas de los eventos sociales, igual yo tampoco esperaba estar en uno, pero todo sea por salvarte —acomodó sus manos en mis hombros dándome fortaleza. —Vamos, es hora del espectáculo. Salimos hasta el lugar donde se celebraba el evento, en el trayecto él se colocó una peluca de cabellera muy larga y gafas redondas rojas, dándome también una peluca con afro que me hacía sentir ridículo. Divisamos algunos hombres de Cobbs que estaban buscándome, la algarabía de todos era impresionante y no dejaba de preguntarme en dónde estaba Oz o qué haría, pero lo creía capaz de detonar una granada… aun sin saber de dónde la sacaría. —Vamos allá, intenta mezclarte entre ellos —dijo Isma señalando un punto. —¿Y qué se supone que haga? ¿Recibir marihuana y actuar como un idiota? —pese a mi cara de desagrado, él reía negando con su cabeza. —Eres genial, pero no. Solo grita lo mismo que ellos y apoya la causa, ya sabes, esas tonterías. Cada que pasan estas cosas me arrepiento de decirles lo que ocurre en mi vida, pero sé que después les daré la razón. Hice lo que Isma me dijo siendo una voz más del montón y fue cuando a lo lejos, en la tarima, vimos a Oz subirse vestido parcialmente como un militar rebelde con su rostro pintado en líneas negras, pasó su brazo por detrás del sujeto que tenía el micrófono arrebatándoselo y todos bajaron la voz. —¡Miles de nuestros estudiantes, amigos, hermanos y padres han sido víctimas de este maldito gobierno! ¡No se conformaron con traernos crisis, muerte y hambruna en dos guerras mundiales, sino que también enviaron a jóvenes a la guerra mientras esos infelices comían como cerdos en sus mansiones! ¡Pero no más! —gritó Oz haciendo que todos levantaran sus puños. —Isma, ¿de qué es la protesta? —murmuré en su oído. —No tengo ni idea, pero por lo general es la misma mierda, por eso Oz no hace énfasis en nada nuevo. —¡No permitiremos que sigan enviando a los hijos a las guerras, así como tampoco permitiremos que nos ataquen por nuestro género, orientación, color de piel o estatus económico! ¡NUESTRAS VIDAS TAMBIÉN VALEN Y LE ENSEÑAREMOS AL GOBIERNO QUE NO SOMOS MENOS! ¡NO DEJAREMOS QUE OLVIDEN DE LO QUE SOMOS CAPACES DE HACER SI SE METEN CON NOSOTROS! El público gritó mucho más fuerte que antes ante la imponente voz de él que parecía llegar a cada uno y estos levantaron sus letreros y demás apoyándolo en su totalidad. —Prepárate —murmuró Isma viendo alrededor. Algunos hombres se acercaron a Oz y encendieron unos retales de tela que estaban en unas botellas las cuales fueron lanzadas hacia un cuerpo policial que había a varios metros de ellos, de pronto todo se volvió un caos e Isma me empujó llevándome entre la gente, como podía, veía a los hombres de Cobbs perderse entre el público y al cabo de diez minutos llegamos a un punto muy lejano de los disturbios y el campus encontrando un auto, mismo que me desconcertó al Isma abrir el baúl. —Entra. —¿Qué? —¡Entra ya o nos verán! Entre empujones terminé dentro del maletero sintiendo después el auto ponerse en marcha, íbamos bastante rápido y escuché algunos explosivos detonar a la distancia hasta que después de un buen tiempo solo eran autos a nuestro alrededor. No sabía qué pasaba, me encontraba desorientado, un horrible mareo se hizo presente al estar encerrado en tan reducido espacio y más temprano que tarde perdí el conocimiento. (…) Oz Cuando hicimos una parada tras salir de la ciudad descubrimos que Marc se había desmayado, así que lo acostamos en los puestos de atrás el resto del viaje hasta llegar a Princeton varias horas después. Fuimos recibidos por Clyde quien ya sabía la situación al haberlo llamado, no conocía los detalles, pero eso se hablaría después, lo que sí, fue que nos ayudó con Marc para llevarlo a su habitación donde lo cambiamos y atendí sus heridas dejándolo descansar. —¿Tuvieron problemas en el camino? —Algunos, pero nada grave. Tras un refrescante baño llegamos a la cocina donde Clyde nos tenía la comida servida, pero apenas y tocamos las sillas cuando va ingresando Livi con Travis luego de su paseo. —¡Papá! Como siempre, mi pequeño se sonrojó colocando una enorme sonrisa y vino corriendo hasta mí, lo alcé en brazos perdiéndome en su perfume que me hizo falta todos estos meses y más porque no pude estar en su cumpleaños. —¿Qué hacen aquí? —preguntó Livi tan feliz como asombrada dándonos un fuerte abrazo. —Antes que nada, quiero que escuches algo hasta el final sin hacer preguntas. Nos tomó un tiempo relatar lo ocurrido dejándolos muy preocupados y a Livi en un mar de lágrimas, pero solo hubo un dato que no le dimos, pues considerábamos que era Marc quien debía hacerlo, así que le pedimos subiera a la habitación y lo despertara para que hablaran de inmediato. —Será difícil, pero todo saldrá bien al final —dijo Clyde con un dejo de tristeza. Él ya sabía de Mara y su embarazo, un dato que le contamos antes que ella llegara para que pudiera auxiliarnos en caso de que las cosas se pusieran mal entre ellos. (…) Marcus Desperté sintiendo una calidez en mi rostro, eran caricias, me giré percatándome que ya no estaba en el auto y abrí los ojos encontrando a Livi llorando, estaba en mi habitación de Princeton, pero si ella estaba así es porque quizás ellos ya le habían contado lo ocurrido, además de vislumbrar mi lastimado cuerpo. —Livi, yo… —suspiré con pesadez. —No sé qué tanto te dijeron Isma y Oz, pero… —¿Por qué no me dijiste que te habían amenazado y que trabajabas para ese sujeto? —Porque no quería preocuparte ni mucho menos exponerte, por eso no quise arriesgarme a venir tanto como antes. —¿Y dónde queda la confianza entre nosotros? Marcus, somos una pareja y estamos juntos por una razón. —Lo sé, pero tú me importas demasiado y lo sabes… Significas mucho para mí… —quedé sentado en la cama sosteniendo su mano. —Livi, ¿qué más te dijeron aparte de Cobbs? —Me contaron sobre los Brown y que dejaste que te dieran esa golpiza por protegerlos junto a otra mujer. Entonces no le dijeron nada de ella… —No es así con exactitud… Livi, juro que pasaré el resto de mi vida sintiendo una horrible vergüenza por lo que hice y la culpa me va a carcomer hasta el final de mis días porque no quiero perderte. —¿Qué pasa? Marcus, si es por Cobbs… —No —contesté tajante. —Te pido que me escuches antes de hacer un reclamo o pregunta, juro que las contestaré todas al final, pero por favor, te lo suplico, no olvides que te amo y que para mí tú eres la única. Era evidente que terminaría nerviosa y aun cuando estaba igual o peor que ella, le conté sobre Mara y lo ocurrido según nos relató Cobbs. Livi lloraba, yo lloraba, el dolor nos abrazó como nunca antes y más porque temía perderla por algo que ni siquiera fue mi culpa, pero ya estaba hecho y ese bebé era también un inocente, aunque al final ella no mencionó ni una palabra, solo lloró con más intensidad mientras yo me derrumbaba dudando en si la abrazaba o no pues no sabía si me rechazaría. Los minutos pasaron, el llanto fue cesando y apenas pude colocar mi mano sobre la suya para no incomodarla… Cuánto daría por volver en el tiempo para ignorar a ese infeliz en vez de ayudarlo… —Livi —pronuncié al fin como si fueran mis últimas palabras. —Te amo demasiado y sé que esta no es una noticia fácil de asimilar, si quieres tomarte un tiempo, adelante, yo respetaré la decisión que tomes, pero creo que lo mejor es que terminemos. Mi voz se fracturó en las últimas palabras, así como ella abrió sus ojos a más no poder clavándolos en mi corazón. —¿De qué hablas? —Livi, aun si en tu corazón hay perdón para expiar mi terrible culpa, no puedo arriesgarme a que él te encuentre, si fue capaz de golpear a su propia hija embarazada frente a mí, no imagino lo que te haría y es algo con lo que no puedo cargar. —Marcus… —Además, quiero liberar a Mara y los Brown, pero si ese hijo resulta ser en verdad mío, entonces le daré mi apellido, no pienso dejarlo sin un padre, sabes que no soy esa clase de hombre. —¿La amas? —sonreí triste negando con mi cabeza y presioné un poco sus dedos. —No, en mi corazón solo estás tú, lo de ella solo fue una vez y por las drogas que nos dio Cobbs, pero nunca te fui infiel. —¿Entonces por qué vas a dejarme? —quedé confundido con el ceño fruncido. —Marcus, tú mismo lo dijiste, no fue tu culpa lo que pasó con Mara y yo estoy dispuesta a apoyarte en lo que necesites. —No Livi, no permitiré que él llegue a ti, no dejaré que los lastime —se levantó ofuscada al igual que yo. —¿Por qué haces esto? ¡No entiendo! Si no la amas y dices que soy importante para ti, entonces no tiene sentido que terminemos. —Entiende que no puedo permitir que te lastimen, ya estoy arriesgado la vida de mi hijo como para tener que arriesgar también la de ustedes. —¿Y dónde quedan nuestros sueños y la relación que hemos formado? —Livi… —¡No, Marcus, me niego a terminar esto por miedo! —gritó con firmeza. —Quizás le temas a Cobbs y no digo que yo no tema después de ver cómo te dejó, pero tampoco permitiré que arruine nuestras vidas —dio unos pasos hacia mí mostrando la fiereza tan propia de ella. —Si el plan que tienen Oz e Isma puede funcionar y sé que así será, entonces te esperaré y juro que te apoyaré con tu bebé, pero me niego a perderte. Esta vez fui yo quien se derrumbó ante ella, pero Livi, con total benevolencia, me envolvió en sus cálidos brazos dándome la esperanza que me hizo falta a lo largo de este año a la vez que el miedo me invadía solo de pensar que Cobbs podría asesinarla. —No necesito un anillo para decirte que estaremos juntos en las buenas y en las malas, pero debe ser así, juntos. La abracé más fuerte sintiéndome el hombre más afortunado por tener a la familia que tenía y la mujer más maravillosa del mundo en mis brazos, pero más importante aún, al saber que todavía tenía su amor a pesar de lo que había hecho. —Te amo, Livi, eres mi vida entera.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD