117. VOLVER A LA REALIDAD

2505 Words
—¡Muchas gracias tío Oz! —gritan Norah y Jade al unísono arrojándose sobre mí. No puedo evitar reír complacido al sentir el fuerte abrazo de ambas, mientras Trav e Isma ríen también negando con sus cabezas por todo lo ocurrido esta noche. —No hay nada mejor que tener el abrazo de dos hermosas mujeres —ambas me dan un beso en cada mejilla y yo dejo uno en sus cabelleras. Es imposible que algo pueda borrar la felicidad de sus rostros. —Gracias por este viaje Oz, sin duda fue inolvidable. —Lo mejor para mi familia, además, quería que mis sobrinas conocieran a su tía y se divirtieran por lo alto, pero debo reconocer que incluso yo me llevé algunas sorpresas esta noche —respondo a Isma en lo que veo a Norah. —Es que no me aguanté —responde ella con su vocecilla cargada de inocencia. —Y espero que nunca lo hagas, porque son los actos más locos los que dejan las marcas más significativas de nuestras memorias. Las pequeñas se acuestan en mi pecho abrazándome fuerte, pierdo la mirada en la ventana sintiendo el calor de ambas y pensando una vez más en Ragnar. Ahora mismo son las cuatro de la tarde en Nueva York y suponiendo que esté en casa, quizás se encuentre leyendo algún libro o documento de trabajo… Maldición, realmente necesito tomar rápido una decisión, no puedo seguir huyendo de ella y menos cuando cada parte de mí la recuerda y la necesita desesperadamente. En el camino las pequeñas quedan profundamente dormidas, así que Isma y yo las llevamos cargadas en lo que Travis nos abre camino hasta la recámara donde las dejamos acostadas, limpiamos un poco sus rostros con unas toallas húmedas y las cambiamos para que duerman más cómodas. —Trav, quédate con ellas por favor, necesito hablar con Oz a solas. —No te preocupes tío, ve tranquilo que nada les pasará. Desde aquella discusión que tuvimos Travis y yo, llegamos a estar más cerca el uno del otro eliminando más la brecha que nos separa y aumentando la confianza, lo mejor de todo es que esta noche con su ayuda todo salió mucho mejor a lo esperado, tanto así, que incluso logré hacer que Linda abandonase el lugar, uno de los encargados de la residencia me llamó a los pocos minutos diciendo que ella estaba empacando para irse y los de seguridad le siguieron la pista hasta un hotel cerca de aquí. Creo que fue la mejor decisión que pudo tomar para todos, especialmente porque no hacía más que formar un alboroto por todo lo alto y no permitiría que arruinase la imagen de mis sobrinas ni mucho menos la de Bárbara, aunque ella sí dejo la suya por el suelo entre los alaridos en el evento cuando buscaba a Ismael. —Fue una noche bastante intensa —dice Isma al sentarnos en la sala. —Demasiado, pero rindió sus frutos. —Y más de lo planeado, lo mejor de todo es que mis hijas la pasaron muy bien, Norah cumplió su sueño de conocer a Bárbara, Jade quedó muy contenta al saber que su tía también la aceptó ayudándola cuando más la necesitaba y no conformes, Bárbara prometió a Norah que usaría sus ideas para la próxima colección. —Esas pequeñas conquistarán el mundo. —Mis hijas se lo merecen todo, ellas son lo más maravilloso que me ha pasado tras separarme de Bárbara. —¿Y planean seguir separados o esta vez sí se darán la oportunidad? —Por desgracia mi situación es muy inestable y la de ella ni se diga, me comentó que Bonetti la tiene amenazada con quitarle todo y ella no está dispuesta en dejar a sus hijas desamparadas. Pese a no tener una buena relación con ellas, eso no le impide velar por ambas. —No te preocupes, si quieres puedo encargarme de ese asunto personalmente. —Yo también le hice la oferta, pero ella me dice que solo necesita un poco más de tiempo para asegurar todo, dejar a sus hijas a salvo y después empezaría el trámite de divorcio. —¿Y qué harás con Linda? —suelta un pesado suspiro tirando la cabeza hacia atrás. —Ayer llamó el abogado diciendo que podía volver al país, pero no podré salir de Washington hasta terminado el juicio, el tema es que después de todo lo ocurrido esta noche creo que hablaré con él para hacer en paralelo el trámite de divorcio. —¿Crees? —Creo… no porque ame a Linda, ya que ese sentimiento se encargó ella misma de echarlo a la basura con sus celos. ¿Sabes? De no ser por eso creo que nada habría pasado esta noche con Bárbara. —¿Crees? —pregunté esta vez socarrón haciéndonos reír. —Creo… porque sin duda esa mujer se encargó de extender sus raíces muy profundo en mí años atrás. —Dime la verdad Ismael, entre tantas creencias ¿es posible que continúes tu relación con Linda? —No lo creo, pero al menos quiero que en este tiempo convivamos lo mejor posible por nuestra propia estabilidad mental, a no ser que ella quiera irse definitivamente de nuestras vidas, pues tampoco estoy dispuesto a dejar solas a mis hijas. —Igual sabes que te apoyaremos en lo que decidas y Marcus dijo que mientras estuvieras metido en todo este problema podías hacer uso de sus hombres. —Sí, ayer que hablé con él me dijo lo mismo y les agradezco toda la ayuda que me han brindado. —No hay nada qué agradecer, es lo que hace la familia. —Oz, dejando eso de lado, ¿piensas seguir huyendo de esa mujer o vas a recuperarla? —el dedo en la llaga… —no te lo digo por mal y aun cuando no conozco la historia, creo que tienes la oportunidad de estar con la mujer que amas. —Lo sé, pero las cosas son bastante complejas entre nosotros. —¿Crees que en verdad te ama o solo es un capricho entre ustedes como ocurrió con la pelirroja? —No… —una tonta sonrisa salió al recordar a mi pequeña luna y todas las locuras que hemos hecho, incluso los malos momentos. —No existe punto de comparación entre ambas porque ella se apoderó por completo de mí, calma mis voces hasta el punto de llegar a dominarlas y aun teniendo ese poder, no lo usa contra mí, sino que se acopla a ellas refugiándose en mis brazos. —Entonces no hay más por decir, regresa por ella Oz, lucha por ella sin importar cuán difícil sea ese camino, porque mereces a alguien que te ame de verdad. —Harás que me maten por ella Isma. —Entonces haz que valga la pena ya que tienes la oportunidad a diferencia de mí, porque, a pesar a todo, no estoy dispuesto a destruir la poca paz que hay en la vida de mis hijas, la de Bárbara e incluso las hijas de ella. Cuando se trataba de un tema respecto a los hijos; Marcus siempre fue el mejor pilar en reemplazo de Samuel, pero cuando tenía que ver con el amor de una pareja; Isma era mi mejor confidente al comprender más mi penuria que Marcus, pues aun cuando los tres renunciamos a tener una vida con las mujeres que amábamos, éramos Isma y yo quienes no podíamos estar con ellas, en cambio Marc de alguna u otra forma siguió teniendo a Livi en su vida una vez se reencontraron años atrás, lo mejor es que incluso viven juntos y tienen la oportunidad de rehacer sus vidas… lo que me hace preguntarme por qué todavía no lo han hecho. En fin, sea como sea Isma tiene razón al igual que Trav, necesito volver a Nueva York, necesito verla cuanto antes e intentarlo otra vez, aun cuando no sea mi amante la quiero mantener en mi vida a como dé lugar. (…) Birmingham, Inglaterra 20 de octubre Oz Hacía dos semanas que me había despedido de mi hermano y mis sobrinas, Isma ya tenía todo preparado para el juicio contra el gobierno por los daños ocasionados a él y su familia, pues se enteró también en la investigación que intentaron lastimarlos de no ser porque Linda huyó a tiempo, pero tampoco es para tirarle rosas porque igual tenía el poder de Marcus para protegerla a ella y mis sobrinas y por puro capricho no quiso usarlo. Después de eso preparé algunas cosas en Zúrich y vine a Birmingham para dar una charla en la universidad de Travis, su amiga Camille seguía con su estúpido interés en volver a verme y accedí ante la insistencia de él, quien ya estaba fastidiado de tanto escucharla hablar del mismo tema, así que di una cátedra estos últimos tres días y hoy por fin tendría un descanso, pero no imaginé que recibiría una inesperada llamada de cierta mujer solicitando que nos viéramos hoy mismo. Y sin más, me encuentro ahora en el hangar viendo descender su curveado cuerpo en una blusa clara sin mangas, pantalón oscuro y abrigo marrón, sonreí galante al verla bajar tan sensual extendiéndole mi mano la cual toma al llegar a los últimos escalones y dejo un beso en el dorso de esta, seguido de otro en la comisura de sus labios. —Un placer como siempre el poder verte nena. —Lo mismo digo, te ves encantador el día de hoy. —Una buena visita amerita una buena presentación —lanza su mirada inquisidora frunciendo sensualmente sus labios. —¿Solo soy buena para ti Oz? —pregunta provocadoramente sexy y rodeo su cintura con una mano. —Sabes que eres la mejor, pero si quieres podemos salir de dudas en el hotel —coloca su índice en mis labios repasándolos lentamente. —Ni en tus sueños, pervertido —Maldición, por eso adoro a Livi… Nos trasladamos al hotel donde me hospedaba dejando sus cosas en mi suite, no vi la necesidad de apartarle una habitación cuando perfectamente podíamos compartir la mía. Después nos trasladamos al restaurante donde ella me comenta lo ocurrido con la familia en estos meses, Liam y Robert van bien en la escuela, aunque la relación entre ellos y Marc sigue siendo inestable, especialmente con Liam, Robert por otra parte se concentra mucho en sus estudios y la familia. Ella por otra parte se encuentra trabajando nuevamente en una de las escuelas más prestigiosas de Manhattan y también dicta clases en una escuela pública los fines de semana, aunque esto último es porque se trata de jóvenes de bajos recursos. —Eres igual a Clyde, siempre queriendo ser los buenos samaritanos. —No seas así, igual a mi abuelo y a mí nos encantaba ayudar a otros, incluso Bonny lo hace al donar ropa, hacer recolectas para caridad y más. —Suficiente Livi, me harás llorar —solté sarcástico. —mejor dime a qué se debe esta visita tan inesperada al otro lado del mundo —ella cambia su semblante quedando con uno muy serio. —Quiero saber hasta cuándo te seguirás escondiendo de todos, especialmente de mi hija. El ambiente entre nosotros se tensiona y doy un trago a mi whisky para calmar un poco la sensación en el pecho al recordarla. —No lo sé, Travis me dijo que viajaría en su cumpleaños para celebrar con todos y quería que también fuese, pero todavía no estoy seguro de ir. —¿Qué te lo impide? —No sé… —coloca su mano sobre la mía dejando una caricia. —Desde que ella volvió a casa no ha sido la misma, ni siquiera finge la felicidad que nos demostró en medio del viaje, aunque sé que fue muy feliz esos días contigo —ladeé una sonrisa un poco triste. —No se te engaña fácilmente… —Quizás todavía no la comprenda del todo, pero sé que ella no se caracteriza por mostrar tantas emociones eufóricamente como otras niñas de su edad, eso hasta Marcus lo sabe, pero igual éramos felices con esas videollamadas. —Solo dime lo que tengas que decirme Livi, sin rodeos. —Antes que nada, quiero decirte que ella ha estado deprimida. Permaneció encerrada en su habitación la primera semana tras su regreso, apenas comía, no quería hablar con nadie y sus hermanos por poco tumban la puerta. —Me sorprende que no lo hicieran. —Lo sé, pero eso es porque cuando estaban a punto de hacerlo ella les dio acceso a ambos, tomó sus manos y se los llevó a la cama para que durmieran con ella. ¿Sabes lo más curioso del asunto? —No. —Que horas después los encontré desnudos abrazando a su hermana quien lloraba en sueños, entretanto, mis hijos le daban refugio y consuelo. Ese día comprendí que ella no había abandonado algunas costumbres de su niñez… sabes a lo que me refiero. Claro que lo sabía y más porque Rag me había contado varias veces cómo caían dormidos los niños amontonados entre sí, dándose el poco calor que era posible entre sangre, sudor y lágrimas tras ser torturados y violados… suponiendo que lograsen regresar con vida. —Un tiempo después estuvo más activa en el trabajo con Marcus y José, según me explicaron, se hizo con una reputación mucho más grande en la mafia y las peleas, unas donde no tenía piedad con nadie. Marcus creyó que esto la ayudaba a desahogar sus penas y más porque tú seguías desaparecido, pero llegó un punto en el que solo escogía combates para asesinar despiadadamente. —Y me imagino que fue cuando decidiste intervenir —asintió. —¿Y yo qué puedo hacer? Porque esas son decisiones de ella. —Quiero que regreses a casa con nosotros para que le des el balance que necesita. —¿Acaso tus métodos no funcionaron? —pregunté neutral intentando contener la culpa que sentía al permitir todo eso. —Sí, fue difícil convencerla al comienzo, pero al menos ahora vive más tranquila al ocupar su tiempo en otras actividades menos violentas… —Pero igual quieres que vaya por ella… —completé al ver su cara de: “haz tu parte o seré tu pesadilla” y exhalé profundo. —Quizás pueda ir para el cumpleaños de Travis, pero no aseguro nada, estoy a la espera de algunas cosas en Zúrich y no sé cuánto tiempo me tome. —Siempre y cuando no sea otro año, adelante. El resto de ese día me comentó otras cosas que estuvo haciendo Rag al igual que sus hermanos, también hablamos de su relación con Marcus y cómo se tornaba un poco compleja al ella salir con otro hombre, aunque no era nada importante. Ya en horas de la noche nos preparamos para dormir, instante donde casi termina sacándome de la habitación, pero al final accedió a dormir conmigo en la misma cama pese a jugarle algunas bromas que mejoraron mi ánimo significativamente.
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