59. NOTICIAS

1978 Words
Los días siguieron su curso y con ello la noticia de las becas empezaban a llegar, esas cartas los ponían muy nerviosos, diría que a mí también, pero mentiría ya que en mi caso me sentía confundido. Todos habíamos decidido hacer la solicitud para la universidad de Princeton siendo la más cercana a donde vivíamos, además de que eso nos permitiría seguir juntos, no obstante, Clyde nos sugirió que enviáramos también a otras universidades para tener más opciones. Así, Marc había solicitado beca para estudiar negocios internacionales y finanzas, Isma solicitó para dos carreras; ingeniería electrónica e ingeniería aeronáutica, según él, ambas le gustaban y el golpe de suerte le daría el camino correcto, Bonny sí estaba decidida en estudiar diseño de modas y por mi parte estudiaría medicina. Todos con caminos completamente diferentes y futuros inciertos, pero las noticias pronto llegarían a nosotros. Entramos a mitad de julio y con ello teníamos todas las cartas de las universidades a las cuales enviamos solicitud, no quisimos abrir ninguna hasta tenerlas todas y hoy era el día en que descubriríamos qué camino tomaría cada uno. Clyde repartió las cartas a cada uno, pero ninguno tenía el valor de abrirla, ni siquiera yo pude hacerlo con la ansiedad tan grande que sentía. —Abuelo mejor ábrelas tú con Livi y nos dan la noticia a cada uno, porque a este paso no lo haremos nunca —dijo Bonny bastante nerviosa. Entre los dos toman las cartas, pero Livi para darle más intriga mezcla todo para que ninguno sepa a quién pertenece cada una… de verdad puede ser cruel y despiadada cuando quiere. Se reparten todo a la mitad y cada uno va abriendo una por una leyendo en completo silencio, nosotros no hacíamos más que morir de la angustia al no saber el contenido de estas, pero tampoco nos atrevíamos a tomarlas. —Muy bien, parece que ya todo está dicho con claridad —menciona Clyde una vez ambos terminan de leer todo. —Estimada Bárbara Clyde, me complace informarle que el Drexel University en la ciudad de Filadelfia y Parsons School of Design en la ciudad de Nueva York, desean tu presencia inmediata para que los deleites con tus diseños —dice Livi con entusiasmo cual presentadora de televisión. Bonny da un fuerte grito al saber que tiene dos grandes oportunidades para escoger, lo bueno es que ambas ciudades no están lejos de aquí, así que seguiría estando cerca de su familia en caso de que los necesitara y como todos contábamos con licencia de conducir, sería fácil adquirir un vehículo para transportarse. Todos nos levantamos para felicitarla y ella toma sus cartas sin salir de su euforia, Livi aclara su garganta y vuelve a su pose de presentadora haciéndola ver sumamente sexy. —Estimado Marcus Jhonson, me complace informarle que la Universidad de Harvard en Massachusetts, solicita su presencia inmediata para se convierta en el CEO de su propia multinacional. Ella le entrega su carta en lo que todos nos quedamos asombrados, Harvard no es cualquier cosa y conseguir una beca en ese lugar es un triunfo muy grande, pero uno que se merece por completo después de todo lo que tuvo que hacer para obtenerla. Todos lo felicitamos por ese logro tan increíble y las chicas le dieron un beso doble en sus mejillas, estaba tan asombrado que no tenía palabras para expresar lo que sentía, pero eso también implicaría que se iría lejos, incluso más que Bonny. —Felicitaciones a los dos, arrojaron la vara alto y los resultados dicen mucho —menciona Clyde bastante orgulloso. —Ahora sigamos que nos quedan dos personas más. —Primero di la de Ismael —mencioné antes que hablara, su mirada era de desconcierto, pero igual dio una afirmativa con su cabeza. —Ismael, parece que en tu caso serás compañero de cuarto de Marcus en Massachusetts, porque el MIT solicita tu creatividad e ingenio para la carrera de ingeniería aeronáutica y astronáutica. Isma me mira asombrado, pero también con duda al saber que yo no apliqué a ninguna universidad en esa ciudad, así que no estaríamos juntos por mucho tiempo. Coloqué mi mano en su hombro y le di una sonrisa de satisfacción al estar orgulloso de él, ese lugar tampoco era cualquier cosa y que pudiese cumplir su sueño y el de su madre significaba mucho para los dos. Todos lo felicitaron también, así como hicieron con Bonny y Marc, pero esa alegría se vio disipada cuando Clyde carraspeó su garganta y soltó las cartas que tenía en su mano como si no hubiese más por decir, lo que nos dejó a todos desconcertados. —Por último y no menos importante, Oz, en tu caso debo decir que… —No quiero saber —interrumpí tajante. Todas las miradas apuntaron en mi dirección, pero antes de que alguien dijese nada, salí de casa rápidamente, todo el sonido a mi alrededor se perdió entre los gritos de mis voces, la mía incluida, fue abrumador saber que la distancia que nos separaría sería demasiada, que quizás no volveríamos a ser los amigos de siempre, que la hermandad se perdería y este sueño tan cálido parecía haber llegado a su fin. No pude regresar a casa sin pensar en la avalancha de cosas que mis voces se encargaban de recalcarme tortuosamente y al no obtener forma alguna de calmar todo esto ni callar los gritos, fui a un bar de mala muerte a beber y fumar hasta que pudiese caer desmayado. Un trago iba, otro venía, parecía agua lo que estaba bebiendo y no alcohol, lo bueno es que el dueño del lugar me conocía y sabía que siempre le respondía por mis cuentas, incluso había ocasiones en las que me daba bebidas más “finas” y por ende, más costosas, pero si hubo uno al cual tomé gusto fue ese maldito Jack Daniel’s, prácticamente se convirtió en otro amigo para mí, el único con el cual compartía mis momentos más oscuros y demenciales. Cada mes solía encargarle algunas botellas, una vez logró conseguirme una edición especial que me fascinó, pero no importaba cuál fuese ni las notas que lo caracterizaran, después de que sea Jack y ese infeliz estuviese a mi lado, sabía que tenía al mejor amigo para ahogar mi locura. En todo este tiempo logré tener un buen aguante al alcohol, pero los momentos en los que me sentía abrumado era lo que me hacía embriagarme descontroladamente, así que la resaca al día siguiente era inevitable y sabía que eso era lo que me esperaba dentro de unas horas, más porque iba en la segunda botella. De pronto veo a una chica sentarse a mi lado, sé que la he visto antes, pero no la recuerdo con claridad. —¿Tienes un minuto? —Si quieres sexo tendrá que ser otro día quién quiera que seas. —Eres un imbécil, no quiero sexo Oz necesito hablar contigo, es importante. —No sé ni quién eres ¿por qué quieres hablar conmigo? Déjame en paz. Me encantaría estar ebrio, pero por desgracia tenía mis sentidos bastante alertas y con ello la razón funcionaba muy bien para mí. —Soy Madison, nos conocimos hace unos meses en la fiesta de Jules ¿Recuerdas? La piscina, camisetas mojadas, drogas, alcohol, sexo. Cierro mis ojos rebuscando en mis pensamientos hasta que los abro nuevamente y la miro con más detalle. —¿No tenías el cabello castaño? —Sí, y me lo tinturé de rubio ¿Será que podemos salir ahora que te acordaste de mí? Fastidiado, le di una señal al cantinero para que guardara mi botella y salí del lugar con Madison, nos quedamos en el estacionamiento, no había mucha gente así que al menos podíamos hablar sin problema. —¿Qué quieres? —pregunté déspota. —Tengo un maldito problema y no sé qué hacer, recordé que trabajas en el hospital y pensé que de pronto podías ayudarme. —Me importa un carajo tu vida Madison, búscate a otro que te ayude en tus problemas. Me di la vuelta para volver al bar a lo que ella toma de mi brazo con furia para detenerme y hacer que la vea. —No te irás a ningún maldito lugar porque este también es tu puto problema Oz y TIENES que ayudarme. De pronto levanta su blusa de la nada dejando ver un abultado vientre, no era tan grande, pero definitivamente ese no era el cuerpo que recordaba en ella. Al comienzo no entendía bien lo que ocurría hasta que vi su rostro, me miraba como esperando una respuesta y estaba muy fastidiada, entonces volví mi vista a su abdomen y comprendí lo que ocurría desatando la hecatombe en mi mente. —No, no es verdad —murmuré negando con mi cabeza. —Sí lo es y será mejor que me ayudes porque ESTO está aquí por ti —señala a su abdomen con desprecio. —Déjate de estupideces que siempre me cuido cuando estoy con alguien, es una regla para mí, así que ese problema no es mío, ve a buscar al que lo ocasionó en vez de meterme en tus estupideces. —Es tu maldito problema también Oz, tal vez no lo recuerdes, pero te haré un pequeño viajecito a esa noche. Los dos estábamos muy ebrios, uno de los chicos que estaba en la habitación con su novia nos dio hierba y… —Ahí sí tendré que detenerte, estoy demente Madison, pero las drogas no son lo mío y eso siempre lo he tenido claro. Lo que es una mentira porque en el bosque llegué a consumir hasta veneno en más de una ocasión, así que tenía resistencia a muchas sustancias legales e ilegales, me gané días y noches enfermo, pero bien valieron la pena, aunque obviamente es algo que no le diría a ella. —Y no digo que fumaste, quien lo hizo fui yo, pero en el instante en que te fuiste al baño, él agregó una mezcla en tu bebida para que tuvieras un viaje y después tuvimos sexo. —¿¡Qué mierda estás diciendo!? —grité. Estaba que la asesinaba ahí mismo. —Lo que escuchas, te drogamos, tuvimos sexo y aun así recordaste el puto condón, el puto problema es que yo te lo arrebaté y lo abrí, pero ninguno se dio cuenta de que alcanzó a romperse. —Claro y sabes toda esa información porque estabas en tus malditos cinco sentidos. —No imbécil, sé esa información porque la chica que estaba con ese idiota era mi hermana y ella no estaba tan alcoholizada como nosotros, nos vio teniendo sexo mientras estaba con su novio, al parecer en medio de mi viaje hice el comentario entre risas y mi hermana no dijo nada sino hasta hace unas semanas que empezaron los síntomas. Pasé mis manos con ira y frustración sobre mi rostro y cabello, hasta mis uñas llegaron a lastimar mi cuello del estrés en el que me encontraba, ya ni el alcohol existía en mis venas después de escuchar todo eso. —Yo no tengo garantías de nada y perfectamente pudiste estar con otra persona, además, eso fue hace como cuatro o cinco meses es imposible que hasta ahora te dieras cuenta. —No lo sé, nunca tuve síntomas, mi cuerpo no había cambiado y no le di importancia a nada, pero el mes pasado caí en cuenta que llevaba mucho tiempo de retraso y entonces hice la prueba. —Ya, felicitaciones entonces, porque no me trago esa mierda de que en todo este tiempo no follaste con alguien más. —Sí lo hice imbécil, pero con todos me cuidé, el único con el que tuve un problema fue contigo y aquí está la consecuencia creciendo dentro de mí. …esto es imposible y un pésimo chiste de la vida.
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