La herida era en el costado de Patricia y estaba muy infectada, parecía que el perro había sido muy rabioso. Aston no podía creer que ella hubiera estado sufriendo todo ese tiempo, sin decir nada.
—Haré todo lo que esté en mis manos para ayudarla a recuperarse, pero necesitará de usted para que se recupere por completo —¿Está bien? —preguntó el médico, notando la expresión de Aston.
—Sí —respondió él rápidamente, aunque no se sentía nada bien.
—La señora Patricia necesitará muchos cuidados durante su recuperación y usted debe ser el encargado de suministrarle los medicamentos que le indicaré —el médico empezó a darle instrucciones de todo lo que necesitaba hacer.
Patricia permaneció inconsciente durante varios días, Aston estaba desesperado, no podía perderla, no ahora. Se sentía c
